En medio del éxodo y el cansancio, hay una fuerza que persiste, a veces invisible, pero firme: la de los vínculos humanos. Cada gesto de acompañamiento —un mensaje, una remesa, una palabra, una sonrisa en una cola interminable — es un hilo que sostiene la trama de un país que se rehace dentro y fuera de sus fronteras.
Tejer redes no es solo un acto de sobrevivencia: es una forma de construir futuro. Las comunidades migrantes que se organizan en el exterior, los vecinos que comparten lo poco que tienen, las madres que crean grupos de apoyo para sostenerse en la distancia… todos son parte de un mismo tejido que mantiene viva la esperanza de reconstruir un destino común.
Este artículo busca mirar más allá del duelo migratorio para rescatar la capacidad del venezolano de recomenzar en colectivo. Porque, aunque las circunstancias políticas y económicas sigan siendo adversas, la energía de la cooperación cotidiana es la semilla de cualquier cambio posible.
Hablar de apoyo dentro de la comunidad hoy es hablar de resistencia cultural, de solidaridad como estrategia de futuro. Y en ese sentido, no hay quiebre definitivo: solo hilos sueltos esperando volver a entrelazarse.
No es sorpresa saber que, en los últimos años, millones de venezolanos han partido en busca de seguridad, oportunidades o simplemente un respiro. Pero detrás de cada maleta hay un eco que sigue resonando en quienes permanecen: la necesidad de sostener la esperanza. En medio de la dispersión, lo que ha mantenido viva la idea de país no son las fronteras, sino los vínculos.
Tejer redes — a veces con hilos invisibles — se ha convertido en la manera más humana de resistir. Redes de migrantes que se organizan para enviar medicinas o becas, redes de vecinos que cuidan juntos a los niños mientras uno busca trabajo, redes virtuales que cruzan océanos para acompañar duelos y celebraciones. Cada una, es una forma de no rendirse ante el aislamiento.
Pero estas redes no pertenecen solo a quienes se fueron. En Venezuela, la solidaridad cotidiana también ha sido una tabla de salvación. El intercambio, la creatividad en la comunidad, las ollas compartidas, las iniciativas culturales y las microredes de apoyo emocional son la trama que evita el derrumbe total. Lo que parecía mera sobrevivencia se ha vuelto un modelo de reconstrucción civil. Es de singular importancia la aparición de videos que muestran nuevas canciones sobre Venezuela, videos sobre la venezolanidad, videos sobre el país, todo lo cual nos ayuda a rescatar las raíces perdidas, nuestra identidad.
Las redes humanas funcionan como un sistema circulatorio que mantiene la esperanza en movimiento. A través de ellas fluyen los recursos, las palabras de aliento y, sobre todo, la certeza de que no todo está perdido. Porque un país no desaparece cuando su gente se va; desaparece cuando se rompe la confianza entre quienes se quedan. Y eso, por ahora, no ha ocurrido.
Hablar del poder del apoyo comunal es hablar del futuro. La reconstrucción que Venezuela necesita — económica, política, emocional — no podrá hacerse con una sola visión. Nacerá del reencuentro entre quienes migraron y quienes resistieron dentro, de la sinergia entre experiencias, aprendizajes y afectos.
Tejer redes no es un gesto menor. Es un acto político y espiritual. Es decidir creer en el otro cuando todo invita a la desconfianza. Es construir, desde lo pequeño, un territorio de esperanza compartida.
Y mientras ese futuro llega, el tejido continúa creciendo — a veces silencioso, a veces frágil, pero siempre vivo — en las manos de quienes se niegan a dejar de soñar un país posible.
¿Cómo podemos multiplicar oportunidades para activar el poder de la comunidad?
En esta entrega, como práctica, les incluyo una serie de frases y preguntas derivadas de ellas. Los invito a leerlas atentamente y pensar en respuestas para ampliar sus perspectivas y acciones en torno a su poder de tejer relaciones. Esta podría ser una actividad estimulante para discutir en grupo (familia, amigos, compañeros de trabajo).
Les recuerdo que: “Cada persona que sumas a tu vida es un hilo más en el tejido de tu futuro”.
- Con esa imagen en mente, piensa en las redes emocionales, profesionales y culturales de las cuales formas parte.
- ¿Cuáles son las más importantes para ti?
- ¿Tienes alguna que sea a la vez seguridad y trampolín?
- Haz un mapa para visualizar tus relaciones en función de su cercanía actual contigo y las posibilidades de crear vínculos más fuertes o significativos desde el punto de vista de objetivos comunitarios. Considera este gráfico como la radiografía de tus relaciones.
- Dibuja tres círculos concéntricos y coloca tu nombre en el centro de ellos. En estos círculos vas a anotar los nombres de tus conexiones personales más importantes según la cercanía afectiva – no necesariamente física – que sientas con cada una. Coloca en el círculo más alejado aquellas personas con las cuales no tienes mucho contacto y en el medio las personas con las cuales tienes relaciones más estrechas.
- Ahora tienes en tus manos un instrumento muy útil que puedes utilizar para distintos fines. Al ver la situación actual que te refleja este mapa, tendrás motivos de reflexión y de acción para acercarte a personas con las cuales has dejado de relacionarte, pero que quisieras revertir la situación. También puedes pensar en algún proyecto y tienes un abanico de posibilidades para construir un grupo o equipo con el cual puedes llevarlo a cabo.
- Liderazgo y reciprocidad.
- Cuando analices este mapa de contactos o relaciones puedes indicar con flechas en distintos sentidos, de quienes recibes o has recibido impacto.
- ¿Quisieras o tienes la posibilidad de generar impacto en otros? ¿Quiénes están en tu mapa actual? ¿Cómo puedes hacerlo? Recuerda que las redes crecen cuando se alimentan con generosidad. ¿Cómo puedes expandir tu red de contactos?
- La tecnología como aliada.
- ¿Tienes algún proyecto que quisieras realizar? ¿Cuál es el propósito que te anima? Las redes sociales, grupos y plataformas de voluntariado podrías utilizarlas con mayor impacto cuando tienes objetivos claros.
- ¿Has pensado en personas que pudieras contactar para hacer equipo contigo? Puedes utilizar las redes sociales para iniciar conversaciones iniciales sobre intereses comunes que pudieran materializarse en proyectos interesantes.
El hilo que aún nos une
Quizás el futuro no se construya con grandes gestos, sino con pequeños actos que nos sostienen sin hacer ruido.
Un mensaje reenviado, una mano extendida, una receta compartida, una sonrisa que viaja entre pantallas: hebras que se cruzan para que nada se rompa del todo.
Cada vínculo es una promesa.
Cada gesto, un recordatorio de que seguimos aquí —dentro o fuera— cuidando los restos de un mismo sueño.
Y aunque a veces el cansancio se sienta más fuerte que la fe, basta un hilo para empezar de nuevo el tejido.
El próximo tiempo, tal vez, requiera de menos resistencia y más ternura: aprender a anticipar la esperanza, como quien prepara la tierra antes de la siembra.
Espero que esta nueva entrega de actividades y estrategias los animen a la conexión y participación. Serán muy bienvenidas las sugerencias o comentarios que deseen hacer por la página de MiradorSalud o mi página web.
Jeannette Díaz
Imagen: Marlis Trio Akbar de Unsplash
Nota sobre la autora:
Jeannette Díaz es Doctora en Educación de la Universidad de Massachusetts, Amherst, Profesora Titular Jubilada de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Central de Venezuela. Durante sus 28 años como docente, Coordinadora Académica y Coordinadora de Investigación, disfrutó siendo mentora y coach de estudiantes y profesores apoyándolos en el desarrollo de sus habilidades creativas y progreso en sus carreras docentes. Formalizó esta área de interés cursando estudios y obteniendo la Certificación como Integral Master Coach® de Integral Coaching Canada. Es miembro de la Federación Internacional de Coaches en el nivel Profesional (PCC). Actualmente trabaja como coach, ayudando a profesionales creativos, arquitectos y emprendedores a cerrar la brecha entre sus expectativas y logros alcanzados. Página web de Jeannette Díaz.



















Un Comentario
Alicia Ponte
Excelente Jeanette, sigamos construyendo redes!