El uso del maltrato físico como medida disciplinaria en niños predispuestos genéticamente a desarrollar conductas agresivas conduce al aumento de comportamientos antisociales, particularmente en varones, de acuerdo con un estudio reciente publicado en la revista Aggressive Behavior.
El maltrato físico ha sido asociado en varias investigaciones previas con conductas agresivas en niños y adolescentes. A pesar de estas evidencias, no todos los niños que son víctimas del castigo corporal desarrollan conductas antisociales.
El objetivo de la investigación fue examinar si había una asociación entre la predisposición genética a desarrollar conductas agresivas, el maltrato físico y el comportamiento antisocial.
Para determinar la predisposición genética, los investigadores estudiaron un grupo de 1.500 gemelos de 9 meses a 5 años de edad.
Los investigadores compararon el comportamiento de los gemelos fraternos con el de los gemelos idénticos. Dado que los gemelos idénticos comparten el 100% de su composición genética, los autores del estudio asumieron que las conductas que dependían de la influencia de factores genéticos serían más frecuentes en los gemelos idénticos que en los gemelos fraternos.
Los datos de la investigación provienen de una muestra representativa de niños nacidos en el año 2001 a nivel nacional en EE.UU.
Los autores del estudio observaron que la predisposición genética, tanto en niñas como en niños, incrementaba el riesgo de desarrollar conductas antisociales. El uso del castigo corporal también aumentaba el riesgo de presentar comportamientos antisociales en niños de ambos sexos, no predispuestos genéticamente.
Sin embargo, cuando se combinaron los dos factores –riesgo genético y castigo corporal- solo los varones presentaron un riesgo significativamente mayor de desarrollar conductas antisociales.
Los niños que están genéticamente predispuestos a presentar conductas agresivas son los que generalmente reciben más castigos corporales, ya que por naturaleza tienen una personalidad más extrovertida y suelen ser impulsivos. Los autores del estudio señalan que ese tipo de medida disciplinaria solo conduce a aumentar los niveles de violencia y agresión.
Los hallazgos de la investigación sugieren una interacción entre los factores de riesgo genético que predisponen a conductas agresivas y el maltrato físico. Esta interacción fue más evidente en varones.
Es importante orientar a padres y adultos relacionados con la crianza de los niños, para que aprendan a educar sin maltratar y, así, prevenir las graves consecuencias del castigo corporal.
Dra. Berdjouhi Tsouroukdissian