Los adolescentes que consumen marihuana de modo regular y persistente antes de los 18 años experimentan un declive permanente del coeficiente intelectual, además de trastornos de atención y memoria, de acuerdo con un estudio publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, en su edición en línea del 27 de agosto de 2012.
El objetivo del estudio fue examinar la asociación entre el uso frecuente y constante de cannabis y el declive de ciertas facultades cognitivas, además de determinar si ese deterioro se observa, principalmente, entre aquellos participantes que iniciaron el consumo de la droga durante la adolescencia, particularmente, antes de los 18 años.
La investigación fue liderada por la Dra. Madeline Meier, PhD, de la Universidad de Duke University en Durham, Carolina del Norte, y colaboradores del Instituto de Psiquiatría del King»s College en Londres y de la Escuela de Medicina de la Universidad de Otago, en Dunedin, Nueva Zelanda.
Los autores le hicieron seguimiento, durante 38 años, a un grupo de 1.037 niños quienes nacieron en los años 1972 y 1973 en Dunedin, Nueva Zelanda.
Los participantes fueron examinados, por primera vez, a la edad de 13 años, a través de una serie de pruebas neuropsicológicas para determinar el coeficiente intelectual (CI), la capacidad de atención y memoria. A esa edad, ninguno de los adolescentes que formaban parte del estudio había comenzado a consumir marihuana.
Posteriormente, los jóvenes fueron evaluados a través de entrevistas periódicas, a partir de los 18 años, para determinar la frecuencia del consumo de la droga y el grado de dependencia que presentaban. Igualmente, los investigadores interrogaron, confidencialmente, a familiares y amigos de los participantes para obtener mayor información en relación con los cambios o deterioro de ciertas facultades mentales como la capacidad de concentración y la memoria.
Un consumidor dependiente es aquel que usa la droga de modo compulsivo, que ha intentado abandonar el hábito y no ha podido, a pesar de conocer sus efectos dañinos y estar consciente de los problemas que le ocasiona en el ámbito familiar, escolar, laboral, recreativo y a su salud.
Seguimiento a largo plazo
A la edad de 38 años, todos los participantes fueron evaluados, nuevamente, a través de pruebas neuropsicológicas para determinar la capacidad y velocidad de razonamiento, procesamiento visual, atención, memoria y el valor del coeficiente intelectual.
Los investigadores observaron que los participantes que comenzaron a fumar marihuana de modo regular y persistente desde la adolescencia, al menos una vez a la semana, o que presentaban manifestaciones claras de dependencia antes de los 18 años y continuaron usando la droga durante la adultez representaban el 5% de todos los sujetos estudiados.
Cuando estas personas fueron evaluadas a los 38 años, los autores reportaron una reducción promedio de 8 puntos en su coeficiente intelectual (CI), en comparación con la prueba realizada a los 13 años.
Estos resultados se mantuvieron incluso después de tomar en cuenta otros factores que podrían producir confusión como los años de educación formal, diagnóstico de esquizofrenia, consumo de alcohol y otras drogas que pudieran tener algún efecto en el CI.
Abandonar el hábito no revirtió el daño causado.
Sin embargo, las personas que comenzaron a fumar marihuana durante la adultez no presentaron un deterioro significativo del CI.
El promedio del CI es de 100, lo cual corresponde al percentil 50 de inteligencia. Si bien 8 puntos de caída del CI de una persona podría parecer poco, lo cierto es que la ubica en el percentil 29, significativamente por debajo del promedio.
La adolescencia, un período de alta vulnerabilidad
La mayoría de los jóvenes consideran que el uso regular de cannabis no es perjudicial para la salud, además están iniciándose en el consumo de marihuana en etapas precoces de la adolescencia y cada vez más están usando la droga a diario.
Investigaciones previas han sugerido que la marihuana podría afectar el desarrollo normal de la corteza prefrontal del cerebro, una región ubicada detrás del puente de la nariz, que está involucrada en el razonamiento de alto nivel, el control de las emociones y los impulsos.
Es importante hacer notar que la corteza prefrontal, en condiciones normales, completa su desarrollo alrededor de los 20 años, en otras palabras, madura más lentamente que otras zonas del cerebro, lo cual ocasiona un retraso del control que ejerce esta región sobre el cerebro límbico (relacionado con las emociones y los impulsos) y la hace más vulnerable a los efectos del cannabis.
Esto explica, en buena parte, algunas de las conductas impulsivas que, en condiciones normales, presentan los niños y los adolescentes.
Otra de las regiones del cerebro que puede verse afectada por el consumo de marihuana es el hipocampo, una estructura clave en los procesos de registro de los diferentes tipos de memoria (reciente, episódica, declarativa, autobiográfica, procedimental).
Los hallazgos de esta investigación sugieren que no es solo el consumo de marihuana a largo plazo lo que ocasiona el declive cognitivo, sino el uso regular de la droga durante un período vulnerable del desarrollo del cerebro como lo es la adolescencia.
Marihuana de alta potencia y cannabinoides sintéticos
Por otra parte, la aparición de la marihuana modificada por procesos de ingeniería genética y cepas novedosas de cannabis de uso médico que contienen hasta 20 veces más tetrahidrocannabinol (THC) que la marihuana tradicional aumentan considerablemente los efectos nocivos de esta droga.
Esto es muy preocupante, ya que la marihuana es la droga ilícita más usada entre los jóvenes y muchos de ellos ignoran los efectos de estas nuevas versiones.
Un estudio reciente publicado en la revista Drug Testing and Analysis, en su edición del 13 de agosto de 2012, reportó que la exposición a las nuevas presentaciones de cannabis a principios del embarazo se asocia a anancefalia, un defecto de nacimiento en el que los bebés nacen sin partes de su cerebro o cráneo
La investigación también relacionó el uso de estas drogas al comienzo del embarazo con el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), problemas de aprendizaje y de memoria en niños pequeños y de 10 años, además de manifestaciones de depresión, agresividad y ansiedad en los adolescentes.
Es importante hacer notar que antes de 1997, las mujeres embarazadas estaban expuestas solo a la marihuana tradicional de baja potencia.
Las mezclas de marihuana sintética contienen «cannabinoides» que son de 500 a 600 veces más potentes que el THC de la marihuana tradicional.
Es importante que los adolescentes y las mujeres embarazadas tengan conocimiento de los efectos de la marihuana de alta potencia y los cannabinoides sintéticos y, por lo tanto, de los riesgos que corren al consumir este tipo de drogas.
Video: Marihuana CI
Dra. Berdjouhi Tsouroukdissian