En días recientes durante mi práctica de agradecimiento, me ha surgido el trabajo que realizo para Mirador Salud. Durante nueve años cumplidos este pasado mayo, esta labor ha sido un estupendo estímulo para compartir temas relacionados con el crecimiento personal y la creatividad, entre otros. El reto de participar en esta web, dirigido inicialmente a la comunidad científica relacionada con sus fundadoras, ha sido también impactado por la situación crítica que vive Venezuela. El deseo y cuota de responsabilidad que tenemos en la construcción de una nueva etapa para nuestro país, ha estimulado nuestras voluntades para contribuir al cambio social posible, uniendo el potencial de desarrollo de todos los venezolanos.
Como casi siempre sucede, la escogencia del tema del artículo del mes o de la serie que les presento depende de estímulos fortuitos que recibo y que sorpresivamente se sincronizan con inquietudes o preocupaciones del momento. Esta vez, una amiga compartió un escrito de la Dra. Gladys Taylor McGarey, una médico de 102 años en cuyo libro “The Well-lived life” [La vida bien vivida] nos expone sus preceptos para lograr la vida activa y grata que disfruta. Leí la noticia con cierta incredulidad, pero busqué sus referencias citándola como la “Madre de la Medicina Holística” y vi varias de las entrevistas que le han hecho con motivo de esta reciente publicación. Me llamó la atención su historia de vida y la coherencia con la cual se expresaba, lo que incentivó mi interés personal por el tema para elaborar este artículo.
Consideré que un adecuado contraste para la visión de esta médico centenaria serían los planteamientos del joven investigador de 53 años, David A. Sinclair de la Harvard Medical School sobre el tema de genética y longevidad. Aparte de entrevistas y episodios de su podcast informativo, revisé su libro “Lifespan: Why we age and why we don’t have to” [Esperanza de vida: Por qué envejecemos y por qué no tenemos que hacerlo] publicado hace cuatro años. Espero motivarlos a seguir la pista a sus investigaciones, las cuales seguramente tendrán un papel importante en el futuro de la ciencia del envejecimiento.
¿Quién es y cuál es la receta de la Dra. Gladys Taylor McGarey?
“En esta era de arreglos rápidos y soluciones simplistas a los problemas de la vida, el enfoque de Gladys McGarey es justo lo que me recetó el doctor. La Dra. McGarey habla de verdades profundas y complejas que resonarán en el corazón y la mente de los lectores. Ella habita el mundo real donde el cuerpo, el cerebro y el espíritu son inseparables, y su siglo de sabiduría está impregnado de ciencia, medicina y alma». Dr. Robert Waldinger, Director de Harvard Study of Adult Development [Estudio longitudinal de Harvard sobre desarrollo adulto] y autor de “The Good Life” [La Buena Vida].
Quise introducir a la Dra. McGarey con este comentario sobre su libro que hizo el Dr. Robert Waldinger y que casualmente, cité la investigación que él dirige en el artículo del pasado febrero “Amigos, los necesitamos cerca como el oxígeno”, publicado en MiradorSalud.
Gladys McGarey nació en la India en 1920, hija de dos médicos misioneros estadounidenses. Su niñez transcurrió compartiendo las experiencias de sus padres, en campamentos de salud que montaban en áreas rurales, para atender a las personas de casta inferior allí radicadas.
Vino a los Estados Unidos desde su adolescencia donde cursó estudios superiores y se especializó en medicina. Hoy es reconocida internacionalmente como la Madre de la Medicina Holística. Ha ejercido la práctica familiar por más de sesenta años. Es la co-fundadora y ex-presidente de la Asociación Médica Holística Americana (ahora llamada Academia de Salud y Medicina Integrativa). La Doctora Gladys, como es llamada cariñosamente, vive y trabaja en Scottsdale, Arizona, donde por muchos años ha compartido un consultorio médico con su hija. Actualmente ofrece una práctica de coaching de vida, mantiene una dieta saludable y según comentó en una de sus entrevistas, disfruta de una buena ración de torta de vez en cuando.
Una vez que empezó a trabajar como médico, formada según el modelo tradicional enfocado en la enfermedad y en las intervenciones con productos farmacéuticos, inevitablemente lo contrastó con la experiencia vivida con sus padres en la India, en una cultura con diferentes parámetros a los occidentales y donde los recursos escaseaban. Se dio cuenta que la práctica médica de sus estudios, en su afán de combatir infecciones y enfermedades, pasaban por alto el aspecto más importante en el paciente: cómo se sanaban. Concluyó que los doctores deberían de enfocarse en la persona total enfatizando la prevención y el bienestar a través de cambios en el estilo de vida. Para ella, la medicina holística es a la vez el arte y la ciencia de la sanación que cuida de toda la persona, reconociendo la interconexión del cuerpo, la mente, las emociones y el espíritu y sobre todo el cuidado compasivo en la sanación.
La promoción del parto natural ha sido uno de sus intereses profesionales, ha enseñado y escrito libros sobre el tema. Ha viajado a lugares remotos para enseñar métodos más seguros de dar a luz. En los últimos sesenta años ha sido pionera en el desarrollo de una nueva manera de pensar sobre la enfermedad y la salud, destacando el rol del médico interno que las personas poseen.
Ha recibido numerosos premios y reconocimientos por su trabajo en diferentes partes del mundo, entre otros méritos por honrar la sabiduría y tradiciones de sanación de culturas remotas. Más recientemente, creó la Fundación Gladys Taylor McGarey con el propósito de establecer un puente entre la medicina tradicional y la holística expandiendo el conocimiento y la aplicación de principios holísticos a través de la investigación científica y la educación.
Paso a enumerar un resumen de los “secretos” factibles de aplicar compartidos en su libro, para vivir con alegría, vitalidad y propósito a cualquier edad.
- Use su energía ferozmente: ¿cómo abrazar la vida plenamente y sentirse motivado cada día?
- Toda vida necesita moverse: ¿cómo moverse – espiritualmente, mentalmente y físicamente – para dejar ir los traumas y otros obstáculos?
- Usted está aquí por una razón: ¿cómo encontrar el “jugo” diario que lo ayude a mantenerse orientado en su propósito de vida?
- Usted nunca está solo: ¿cómo construir una comunidad significativa para usted?
- Todo es su maestro: descubra los aprendizajes profundos que derivan del dolor y los fracasos.
- El amor es la medicina más poderosa: aprende a amarte a ti – y a otros – hacia la sanación.
¿Quién es y cuál es la propuesta del investigador David A. Sinclair?
David Andrew Sinclair es un biólogo australiano-estadounidense y académico reconocido por sus investigaciones sobre el envejecimiento y epigenética. Se ha propuesto entender por qué envejecemos y cómo revertir el proceso, enfocando su interés en los procesos celulares. A sus 53 años tiene casi la mitad de la vida recorrida por la Dra. McGarey. Sus trayectorias, aparte de haber transcurrido en épocas y circunstancias distintas, observan el envejecimiento con lentes distintos. Gladys McGarey enfoca el bosque, mientras que a David Sinclair le interesan los procesos que le dan vida al árbol. Pienso que necesitamos ambas perspectivas porque se complementan entre sí.
Sinclair ha expuesto su trabajo científico en más de 170 publicaciones y ha sido coinventor de más de 50 patentes. Además, es un emprendedor que ha colaborado en el desarrollo de 14 compañías de biotecnología en las áreas de envejecimiento, vacunas, diabetes, fertilidad, cáncer y biodefensa. Actualmente es profesor de Genética en la Escuela de Medicina de Harvard y es el co-director del Centro Paul F. Glenn de Investigación de la Biología del Envejecimiento.
David Sinclair parte de la premisa que “el envejecimiento es una enfermedad y esa enfermedad es tratable”. En 2018, la Organización Mundial de la Salud (OMS), en su onceava edición de la Clasificación Internacional de Enfermedades, incluyó el nuevo Código MG2A Vejez. Dentro de éste leemos: vejez sin mención de psicosis, senectud sin mención de psicosis y debilidad senil. Se abre así la posibilidad de ser las personas diagnosticadas con una condición llamada “vejez” y los países deberán reportar a la OMS sus estadísticas de las muertes por esta causa. Lo importante es que seguramente se están iniciando cambios regulatorios formales e institucionales para permitir y auspiciar el desarrollo de medicinas para aminorar o revertir los efectos de la “post-tercera edad”.
Las investigaciones del laboratorio que dirige Sinclair buscan precisar la activación de lo que llama genes de la vitalidad que son los descendientes de un circuito de sobrevivencia genética que es tanto la causa del envejecimiento como el de revertirlo. Experimentos recientes en la reprogramación epigenética sugieren que, en un futuro cercano, no sólo vamos a poder sentirnos más jóvenes, sino realmente ser más jóvenes.
¿Qué hace Sinclair para detener este proceso en su propio cuerpo? Nos advierte en su libro, que, al ser investigador y no médico, se exime de dar consejos acerca de la salud aparte de: coma menos calorías, no se preocupe por las cosas pequeñas y haga ejercicio. En su libro comparte lo que él toma, aclarando que no sugiere que los demás lo hagan. Actualmente, estos posibles tratamientos o terapias para combatir la vejez están siendo sometidos a pruebas en humanos, pero todavía NO han pasado por pruebas clínicas de largo alcance para comprender a plenitud el amplio rango de sus efectos potenciales. Su argumento para hacerlo es que él sabe exactamente lo que le va a pasar si no hace nada – lo cual no es muy bonito. Así que sopesando pros y contras argumenta que no pierde nada probando las prácticas y suplementos citados en su libro y en entrevistas.
Aparte de las moléculas mencionadas, todavía en estado experimental, y otros suplementos que Sinclair y su padre utilizan, me pareció interesante destacar las coincidencias de las recomendaciones entre él y la Dra. McGarey.
No sabemos cuánto de su composición genética y experiencias de vida le han permitido a la Dra. Gladys Tailor McGarey tener la salud y el bienestar que disfruta, a pesar de ser sobreviviente de un cáncer y de situaciones emocionales impactantes en su vida, como la muerte de una de sus hijas y un divorcio después de 46 años de matrimonio y una sociedad de trabajo con su marido Bill McGarey.
- El ejercicio físico es algo que ambos enfatizan. La Dra. McGarey añade que como seres vivientes debemos mobilizarnos en todos los ámbitos, incluyendo además el mental y el espiritual, para superar traumas y otros obstáculos.
- Ambos coinciden también en consumir alimentos sanos, preferiblemente vegetales, limitando el consumo de carbohidratos y azúcares. La Dra. Gladys confiesa que come un pedazo de torta de vez en cuando, por su parte Sinclair dice que dejó de comer postres hace 10 años, pero que se permite dar probadas de algunos.
- Ambos mantienen un peso saludable. La Dra. Gladys chequea su actividad por los pasos que da cada día, buscando mantener el promedio que se ha propuesto. Sinclair mantiene su BMI (Body Mass Index) [Indice de Masa Corporal] entre 23-35 (rango óptimo y saludable) y hace un seguimiento más sofisticado, con biomarcadores sanguíneos que chequea cada pocos meses.
- En el aspecto emocional, Sinclair recomienda no preocuparse por tonterías, mientras que la Dra. McGarey añade más puntos a esta área, como pueden observar en su lista de “secretos” ya mencionados. Para concluir les ofrezco la práctica que le fue enseñada por su madre para soltar lo que no le estaba funcionando, reenfocarse en lo que era importante para ella y seguir adelante.
Práctica McGarey: Dejar ir las cosas que drenan tu energía
Según la Dra. Gladys este ejercicio funciona mejor si te mueves. Puedes poner música, caminar dentro de tu casa o salir afuera. Deja que tu cuerpo se mueva libremente a medida que camines o ponte a bailar un poco.
- Identifica algo que sientes atascado en tu vida. Puede ser una amistad, un proyecto profesional, una manera de pensar, un resentimiento. Siente la sensación de inmobilidad o atasco en todo tu cuerpo.
- Imagina que sostienes esta cosa estancada en tu mano. Aprieta el puño y mantén la presión apretando tu mano.
- Ahora realmente suéltala y déjala ir. Mientras todavía te estés moviendo, sostén la mano en frente tuyo con la palma hacia arriba y con los dedos juntos. Entonces bájala hacia atrás abriendo un poco los dedos. Al hacerlo suelta completamente lo que tienes apretado.
- Cuando liberes lo estancado, piensa o di palabras significativas para ti: “No importa”, “No vale la pena” o cualquier frase similar que funcione para ti.
- Ahora tómate un momento para apreciar el flujo de la vida que se mueve a través de ti.
La Doctora McGarey dice que ella ha adoptado esta práctica desde hace muchos años, haciéndola cada vez que reconocía algo que no le servía y abriendo los dedos para liberarla. Ahora que ese gesto lo ha hecho consciente, comenta que siente un gran empoderamiento al saber que cuando reconoce que algo viene hacia ella, puede escoger si lo quiere recibir. Y si es algo que no desea, conscientemente retorna la energía desde donde vino.
Espero que disfruten de esta nueva práctica. Siempre agradecida por su lectura y a la orden por mi página web para comentarios y sugerencias.
Jeannette Díaz
Fotografía: Center for ageing de Unsplash
Nota sobre la autora:
Jeannette Díaz es Doctora en Educación de la Universidad de Massachusetts, Amherst, Profesora Titular Jubilada de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Central de Venezuela. Durante sus 28 años como docente, Coordinadora Académica y Coordinadora de Investigación disfrutó siendo mentora y coach de estudiantes y profesores apoyándolos en el desarrollo de sus habilidades creativas y progreso en sus carreras docentes. Formalizó esta área de interés cursando estudios y obteniendo la Certificación como Integral Master Coach® de Integral Coaching Canada. Es miembro de la Federación Internacional de Coaches en el nivel Profesional (PCC). Actualmente trabaja como coach, ayudando a profesionales creativos, arquitectos y emprendedores a cerrar la brecha entre sus expectativas y logros alcanzados. Página web de Jeannette Díaz.