Las personas que no tienen el hábito de fumar, pero viven o comparten de modo regular su tiempo con fumadores pueden presentar alteraciones de la memoria, de acuerdo con un estudio publicado en la última edición en línea de la revista Addiction.
El estudio fue realizado por un grupo de investigadores de la Universidad de Northumbria en la Gran Bretaña y es el primero en explorar la relación entre la exposición al humo de segunda mano y las fallas de la memoria prospectiva que pueden experimentar, diariamente, los fumadores pasivos.
La memoria prospectiva nos permite recordar las intenciones o actividades programadas que deseamos o necesitamos hacer en el futuro.
Los autores compararon un grupo de 27 adultos jóvenes no fumadores, que reportaron haber estado expuestos al humo de segunda mano (un promedio de 25 horas semanales durante cuatro años y medio), con otros dos grupos de edades similares: uno integrado por 27 participantes fumadores y el otro formado por 29 personas no fumadoras que no habían estado expuestas de modo regular al humo de tabaco en el ambiente.
El humo de segunda mano también se conoce como humo de tabaco en el ambiente. Es una combinación de aquel que proviene del extremo encendido del cigarrillo, o cigarro, y del exhalado por los fumadores.
Los fumadores pasivos son aquellas personas que no fuman, pero están expuestas al humo de segunda mano. Estos individuos inhalan la nicotina y otros compuestos tóxicos al igual que los fumadores.
El humo del tabaco contiene más de 7.000 compuestos químicos. Se calcula que más de 250 de estos químicos son perjudiciales para la salud.
Fumadores pasivos presentan 20% más problemas
Los investigadores evaluaron a los participantes de los tres grupos mediante la Prueba de Memoria Prospectiva de Cambridge (Cambridge Prospective Memory Test).
La prueba permitió a los autores examinar los dos tipos de memoria prospectiva: una basada en el tiempo y otra basada en eventos.
El examen de la memoria prospectiva basada en el tiempo evaluó la capacidad de recordar que tenían los participantes para llevar a cabo una actividad o tarea después de haber pasado cierto tiempo de haber recibido una indicación o recordatorio. Por ejemplo, enviar un correo electrónico a las 5:00pm.
La prueba de la memoria prospectiva relacionada con eventos, por otra parte, evaluó la capacidad de los participantes de recordar la intención de realizar una acción o actividad planificada para ser ejecutada en el futuro, cuando estén dadas las circunstancias adecuadas.
Los investigadores observaron que los participantes no fumadores que habían estado expuestos al humo de segunda mano presentaron cerca de 20% más problemas de la memoria prospectiva en las pruebas, en comparación con los participantes no fumadores que no habían estado expuestos al humo de tabaco en el ambiente.
Los fumadores tuvieron el peor desempeño en la prueba, ya que presentaron 30% más fallas de la memoria prospectiva en comparación con aquellos participantes no fumadores que no habían sido expuestos al humo de segunda mano.
Otros factores como la edad, el uso de drogas, el estado de ánimo y el coeficiente intelectual fueron tomados en cuenta, para evitar confusión en los resultados de la investigación.
La conclusión del estudio reveló que los participantes expuestos al humo de segunda mano presentaron principalmente alteraciones de la memoria prospectiva basada en el tiempo.
Los autores sugieren el desarrollo de nuevas investigaciones con el objetivo de obtener una mejor comprensión de los efectos del humo de segunda mano en las funciones cognitivas cotidianas.
Dra. Berdjouhi Tsouroukdissian