La leptina, o la hormona de la saciedad, es un regulador de la grasa producida por los adipocitos y es liberada a la sangre, es así como envía la información al hipotálamo como que ya existen bastantes reservas en el cuerpo y que hemos comido suficiente, y entonces disminuye el apetito. Es en sí un regulador del apetito que, para mantener el equilibrio de las reservas, produce saciedad mediante la unión a receptores específicos que se encuentran en el sistema nervioso central, específicamente el hipotálamo. Algunos han pensado que la leptina podría ayudar a adelgazar.
Esta hormona, compuesta por una proteína de 167 aminoácidos, es producto del gen leptina (lep) y fue descubierta por Friedman y col. a principios de la década de los noventa. La leptina es sintetizada principalmente por el tejido adiposo (tejido graso) y su concentración en sangre es directamente proporcional a la cantidad de masa de la grasa; es por ello que también regula el balance energético y en consecuencia el peso corporal, al incrementar su nivel cuando hay un desequilibrio en el metabolismo basal y la temperatura del cuerpo con el fin de reducir la lipogénesis, o producción de grasa, y aumentar la lipólisis o el gasto energético.
Es importante destacar que el tejido adiposo no es el único tejido que produce leptina ya que diversos estudios han demostrado que la placenta es el segundo tejido en humanos que la produce. En la actualidad, la leptina es una citoquina que participa en varios procesos fisiológicos como reproducción, inmunidad y producción de nuevos vasos sanguíneos. Es considerada una molécula señalizadora fundamental en el funcionamiento normal del sistema reproductor femenino que regula las funciones de la placenta durante las etapas tempranas de la gestación, pues modula la implantación y placentación, y está implicada en la ganancia de peso, crecimiento y desarrollo durante la vida intrauterina. Las concentraciones en suero reflejan la masa de grasa corporal en cualquier etapa de la vida.
En este mismo orden de ideas, hay estudios que muestran que la leptina también actúa como una molécula inmunomoduladora, ya que estimula la inflamación, o respuesta al daño en los tejidos, regula la respuesta inmunitaria innata y adaptativa y la producción de sustancias relacionadas con la respuesta inflamatoria. Como se describió anteriormente, debido a que la leptina cumple un papel importante en el desarrollo de la placenta y en la respuesta inflamatoria, esta hormona o citoquina se ha asociado a patologías durante el embarazo. El aumento de su concentración en sangre se ha relacionado con la aparición de preeclampsia, diabetes mellitus gestacional y el síndrome de ovario poliquístico. Lo que permitiría identificarla como un marcador de ciertas patologías.
Por otra parte, la leptina ha sido también identificada en la leche materna, un fluido complejo que contiene todos los nutrientes (macro y micronutrientes) necesarios para el óptimo desarrollo del niño. Así mismo, en la leche existen moléculas bioactivas tales como: la leptina, grelina, adiponectina y el factor de crecimiento insulínico tipo 1 (IGF-1). La leptina es producida por la glándula mamaria, y está presente en el calostro, leche de transición y en la leche madura. Aunque no existen valores de referencia en la leche humana, la concentración de leptina varía a lo largo de la lactancia y puede ser transferida desde la sangre hacia la leche materna.
Existen estudios que han demostrado una correlación positiva entre las concentraciones de leptina en el suero, la leche y el índice de masa corporal (IMC) de mujeres que lactan en forma exclusiva. Igualmente se ha reportado una asociación entre los niveles de leptina en la leche humana y la ganancia de peso del lactante.
La programación temprana de la nutrición que ocurre durante la vida intrauterina (embarazo) y en las primeras etapas de la vida (primeros seis meses) determina cómo la calidad y cantidad de nutrientes pueden originar respuestas endocrino-metabólicas que conducen a alteraciones permanentes que se manifiestan décadas después, como diabetes mellitus tipo 2, hipertensión arterial, obesidad y trastornos de los lípidos en sangre, entre otros, por lo que la lactancia exclusiva cumple un papel fundamental en esta programación temprana ya que afecta la composición corporal y el patrón de crecimiento del niño. Es decir, la salud futura de la persona es programada durante el embarazo por la nutrición de la madre. Actualmente, la Unidad de Investigación en Inmunología “Dra. Sioly Mora de Orta” (UNIVENIN) de la Universidad de Carabobo, tiene una línea de investigación de la leche humana donde se estudia la leptina. Los resultados están próximos a publicarse.
Finalmente, la leptina es una molécula bioactiva esencial durante las etapas tempranas de la gestación, y cumple un papel fundamental en la respuesta inflamatoria. También está implicada en el desarrollo de la vía hipotalámica de la regulación neuroendocrina del apetito y el balance energético del individuo, por lo que su actividad puede ser de vital importancia en la programación temprana de la nutrición, y, en consecuencia, afecta el patrón de crecimiento y la composición corporal del niño a corto y largo plazo.
Julie Verzura
Nota sobre la autora:
Julie Verzura es médico, especialista en Inmunología y Nutrición, fundadora y profesora de la Cátedra de Inmunología de la Escuela de Medicina de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Carabobo. Actualmente ocupa el cargo de Coordinadora Académica de la Unidad de Investigaciones de Inmunología “Dra. Sioly Mora de Orta” (UNIVENIN) de la Universidad de Carabobo y se dedica a la subespecialidad Inmunonutrición.