Me pareció importante compartir en esta crónica información relevante sobre el envejecimiento, y el reconocimiento de nuevas moléculas y drogas de las cuales oiremos hablar bastante en un futuro cercano.
Como todos los grandes descubrimientos comenzaron por hallazgos casuales. En este caso un grupo de investigadores Canadienses en un viaje a la Isla de Pascua en Chile, en 1964, trajeron consigo numerosas muestras, y de una de ellas se extrajo una sustancia con propiedades antibióticas que nombraron Rapamicina, en honor a la Isla Este llamada Rapa Nui.
Posteriores descubrimientos en la década pasada demostraron que la Rapamicina era capaz de prolongar la vida en levaduras y ciertos animales, al inhibir una proteína, que se llamó TOR por ser la cible de la Rapamicina y sus siglas en inglés (Target of Rapamicina). Simultáneamente se demostró que la restricción calórica, justamente al actuar sobre la proteína TOR, también disminuía el envejecimiento.
La proteína TOR es un nutriente, que participa activamente en el crecimiento y desarrollo del organismo en las primeras etapas de la vida, actuando como un bondadoso Dr. Jekyll. Cuando hay comida abundante, se produce un incremento de la producción de insulina y factores de crecimiento, esta proteína reacciona a los nutrientes y al crecimiento estimulando la síntesis de componentes celulares, especialmente proteínas y grasas y promoviendo el desarrollo celular y la división.
En cambio, cuando los alimentos escasean la proteína TOR se inhibe provocando que las células se orienten hacia la auto preservación más bien que a la replicación. Por el contrario, su continua actividad luego de la madurez puede llevar a una exagerada síntesis de proteínas y a la formación de agregados proteicos destructivos, convirtiéndose en un malévolo Mr. Hide.
Esto puede ocasionar además una proliferación no deseada de ciertas células, que pueden contribuir a la ateroesclerosis, aumento de osteoclastos (degradan los huesos) y puede declinar la función celular (reducir la actividad a la insulina: diabetes) y promover la senescencia celular (células detienen su división, pero crecen anormalmente y se vuelven toxicas para sus vecinos). Actualmente, no hay duda que la inhibición de la proteína TOR reduce el envejecimiento, que no es lo mismo que simplemente prolongar la vida.
No es descartable imaginar que la medicina del futuro se avocará a producir drogas preventivas del envejecimiento como la Rapamicina (en la actualidad esta droga produce enormes efectos secundarios en mamíferos lo que la descarta por el momento para su uso en humanos), que podrán posponer o retardar las enfermedades de la vejez: demencia, osteoporosis, cataratas, cáncer, perdida de la masa muscular, sordera y hasta las arrugas
Mientras tanto, una excelente práctica de salud sería ir aprendiendo desde temprano a disminuir la ingesta calórica, ya que sabemos que la restricción calórica disminuye la actividad de TOR, y puede aumentar la vida de los monos en un 30-40 por ciento, manteniendo a los animales más jóvenes y posponiendo significativamente el deterioro de la edad. El conocimiento nos empodera y este fue uno que me pareció que valía la pena compartir con ustedes.
Marianela Castés
crónicasdemcastes@gmail.com
3 Comentarios
Figue
Me ha gustado la explicación del artículo!
Domingo Mesa Pérez
Es muy estimulante esta explicación, muy clara y positiva. Este tema me interesa mucho.
Rodrigo Delfin Leyva
Excelente articulo, vengo de estar leyendo el tema de envejecimiento celular en un libro de patología, y este articulome ayudo a entender como la disminucion de TOR contraresta ese envejecimiento. Gracias.