En un estudio publicado recientemente en Nature Comunications, científicos australianos han descrito un micro órgano, hasta ahora desconocido, donde ocurre la respuesta inmune de memoria, el principio en que se basan las vacunas. La inmunidad inducida depende de la generación de las células B de memoria que se diferencian en células plasmáticas que son las encargadas de producir los anticuerpos. Esto ocurre cuando el sistema inmune reconoce al patógeno de una infección pasada e inmediatamente se desata la respuesta que impedirá que ocurra la enfermedad. Este descubrimiento podría representar un gran avance en el desarrollo de vacunas.
Este concepto se conoce desde épocas de la Grecia antigua (430 a. C.) por Tucídides, quien era historiador y describió que cuando la peste azotó a Atenas, solo aquellos que se recuperaron de la enfermedad cuidaron a los enfermos y ninguno sufrió jamás la enfermedad por segunda vez. Es así que cuando las personas han sido expuestas a una infección quedan protegidas contra el mismo agente infeccioso, lo que se denomina inmunidad específica.
En el caso de la viruela, Edward Jenner, el creador de la primera vacuna, observó que las mujeres que ordeñaban las vacas se infectaban presentando lesiones o pústulas, pero no contraían la enfermedad porque la viruela de la vaca no es patógena para los humanos, aunque si los infecta; allí se origina el nombre de vacuna o viruela de la vaca (variolae vaccinae). Posteriormente en 1796, él inoculó a un niño, James Phipps, con el contenido de las pústulas de viruela obtenida de una de las ordeñadoras de las vacas y demostró que la vacuna funcionaba; de esta manera comprobó científicamente que el virus atenuado se podía transferir de una persona a otra sin necesidad de depender de las epidemias en las vacas. En MiradorSalud relatamos la historia de cómo esta vacuna fue transportada a América y Asia por la Real Expedición Española capitaneada por Francisco Javier de Balmis y enviada por Carlos IV de España. Toda una proeza y una historia digna de ser celebrada.
¿Cómo ocurre este proceso?
La inmunidad adquirida o específica es primordial en el caso de las vacunas como ya se comentó. La participación de los linfocitos B es esencial ya que ellos se transforman en células B de memoria, las cuales proliferan y se diferencian en células plasmáticas que son las encargadas de secretar los anticuerpos específicos neutralizantes, los cuales se unen al antígeno y lo destruyen. Esta respuesta secundaria de los linfocitos B sensibilizados es mucho más rápida e intensa que la respuesta primaria que se produce ante un antígeno desconocido. Hasta el momento se conocía que la respuesta inmunlógica ocurría en los ganglios linfáticos más no se sabía el lugar específico, ni cómo se convertían a células plasmáticas para que se produzcan los anticuerpos neutralizantes o inmunidad humoral.
¿Cómo fue descubierta esta nueva estructura donde ocurre la respuesta inmune de memoria?
Las estructuras fueron visualizadas “en acción” mediante una película utilizando un microscopio 3D de alta resolución. Los investigadores causaron una infección en ratones vivos, inmunizándolos, y luego distinguieron las células B vírgenes de las células B de memoria. Posteriormente, con microscopía de excitación de dos fotones que proyecta una imagen fluorescente pudieron observar la respuesta de anticuerpos de memoria en una nueva estructura de forma aplanada y delgada que estaba repleta de células B inmunes y muy bien ubicadas para detectar rápidamente una infección; es así que las células B de memoria residen en un nicho subcapsular que se extendía en la superficie de los ganglios linfáticos de los ratones.
Los autores llamaron a estos nichos “Focos proliferativos subcapsulares» (SPF, por sus siglas en inglés). Igualmente observaron que las células B sensibilizadas o de memoria proliferan y se diferencian en los nichos SPF para luego secretar los anticuerpos neutralizantes y defenderse de la infección. En consecuencia, la respuesta inmune secundaria sucede en un lugar distinto al de la primaria, donde las células B vírgenes ejecutan su función. Otro hallazgo importante fue que estos nichos SPF fueron identificados también en nódulos linfáticos de pacientes. Al, parecer, los SPF no son fijos y aparecen solamente cuando el organismo los necesita para luchar contra una reinfección, por lo que no fue fácil detectarlas, además de que la investigación requirió de instrumentos muy sofisticados.
El Dra. Imogen Moran de Garvan, el primer autor del artículo, comentó: “Fue emocionante ver las células B de memoria activadas y agrupadas en esta nueva estructura que nunca antes se había visto»…»podríamos verlas moviéndose, interactuando con otras células inmunes y convirtiéndose en células plasmáticas ante nuestros ojos».
“Es impresionante y una notable reflexión el hecho de que aún existan misterios escondidos en el cuerpo, a pesar de que los científicos han estado buscando en los tejidos del cuerpo a través del microscopio durante más de tres siglos”, comentó el Dr. Tri Giang Phan, el coordinador del grupo. Añade, “las estructuras SPF están perfectamente ubicadas para combatir rápidamente las infecciones, por lo que pueden detener la enfermedad antes de que se establezca”.
Este trabajo demuestra que las células B vírgenes y de memoria difieren en la información que cargan y en el lugar donde generan la respuesta inmune que podría ser muy útil en el desarrollo de vacunas.
Podemos finalizar con estas palabras del Dr. Phan: “Hasta ahora nos hemos centrado en fabricar vacunas que puedan generar células B de memoria. Nuestro hallazgo sobre esta nueva estructura sugiere que ahora deberíamos enfocarnos en comprender cómo estas células B de memoria se reactivan para formar las células plasmáticas, de modo que podamos hacer que este proceso sea más eficiente».
Nota: Los invitamos a ver el proceso de la respuesta inmune a través de tres excelentes videos de realizados por la Dra. Marianela Castés, publicados en MiradorSalud. Videos: Actores de la respuesta inmune; Escenario de la respuesta inmune y Respuesta inmune.
Irene Pérez Schael