Siento gran placer cuando veo en acción el hacer científico; especialmente si es un tema de mi particular interés. Esto sucedió al leer los últimos dos artículos (El cerebro XX: Parte I y Parte II) de nuestra editora Irene Pérez-Schael comentando el libro “El Cerebro XX” de la neurocientífica italiana-americana Lisa Mosconi. La Dra. Pérez-Schael ha estado estudiando y divulgando información sobre el cerebro y procesos mentales desde hace un tiempo. Sin embargo, ella y muchos de los lectores de Mirador Salud apreciamos sus comentarios sobre las investigaciones citadas por la Dra. Mosconi, señalando diferencias importantes entre el cerebro masculino y el femenino. Sobre todo, la interrelación entre el sistema endocrino femenino y las funciones cerebrales abriendo campos de investigación en lo relativo a la prevención del deterioro cognitivo. Adicionalmente, la Dra. Mosconi propone un programa de cuido con el fin de preservar el cerebro femenino con sus particularidades.
Casualmente, después de leer la parte 1 de la reseña sobre el Cerebro XX, vi una entrevista de la veterana periodista Katty Kay co-autora del libro recién publicado, “The Power Code” [El Código del Poder]. Kay y Claire Shipman otra periodista, han realizado varios proyectos investigativos traducidos en cuatro libros, tres de ellos integrantes de la lista Más Vendidos del New York Times. Este equipo se ha interesado en explorar la participación de la mujer en la vida pública en sus distintas esferas, buscando a animarla a contactar su propio poder para incrementar su participación en las organizaciones, gobierno, instituciones educativas y de investigación.
Se basaron en entrevistas de mujeres de variadas procedencias, incluyendo adelantos en investigaciones comparativas del cerebro para exponer diferencias entre el comportamiento entre mujeres y hombres, particularmente en torno al poder. Estas diferencias coinciden con varios de los planteamientos de la Dra. Pérez-Schael en sus dos artículos.
En reseñas y entrevistas de sus autoras sobre “El Código del Poder” estas destacan que “el poder no está funcionando para nadie, para las mujeres, para los hombres o para el mundo”. Para ellas, las mujeres han desarrollado las múltiples capacidades que necesitan; no se trata de cambiar a las mujeres, lo que se necesita es cambiar el poder. Katty Kay y Claire Shipman se embarcaron en la misión de reclamar poder para las mujeres. Estas veteranas periodistas retan nuestras nociones preconcebidas de lo que es el poder y para qué sirve; así como también las estructuras subyacentes ocultas que impiden el avance de las mujeres en relación con las distintas esferas del poder: personal, trabajo, política.
Después de realizar entrevistas a mujeres alrededor del mundo concluyeron que estamos en el momento justo para que las mujeres accedan a su poder. Lo que está en juego es mucho más que un próximo trabajo, es la necesidad de una nueva visión de lo que el poder puede ser, de un nuevo código que se enfoque no simplemente en la jerarquía o en tener poder sobre otros, sino en el propósito, es decir, encuadrarlo en lo que el poder puede lograr…con el fin de generar menos ego, más alegría y máximo impacto”. Considero que este es un libro importante dada la situación que se vive en Venezuela.
Iniciaron esta temática con “Womenomics” (2009) [Womenomics: Cómo ser una superwoman y una superboss sin dejar de ser dueña de tu tiempo y de tu vida]. Este libro partió de sus propias experiencias balanceando un exigente trabajo profesional con el mantenimiento del hogar y la crianza de niños. A la vez, entrevistaron a mujeres exitosas en distintos campos y países. Sin embargo, me llamó la atención el uso de los epítetos de superwoman y superboss, porque describen con adjetivos inadecuados a los ideales actuales de la participación de la mujer de forma más balanceada en la sociedad. Entre sus conclusiones se destaca que el éxito profesional se correlaciona tanto con la competencia como con la confianza en sí mismo.
Las conclusiones de Womenomics llevaron a estas autoras a centrar las causas de la falta de participación de la mujer en su falta de confianza en sí misma, aclarando que no se trata de auto estima, concepto en boga en décadas anteriores. Definen la confianza en sí mismo como la creencia en la habilidad personal para convertir los pensamientos en acciones. Lo interesante es que investigaciones de distintos autores demuestran que la confianza se acumula si nos atrevemos a tomar más riesgos y nos salimos de nuestra zona de confort. Estudios sobre la plasticidad del cerebro han sido aplicados al incremento de la autoconfianza.
Los resultados de las investigaciones de este primer libro llevaron a la dupla Kay-Shipman a profundizar en el tema de la confianza con el segundo libro “La clave de la confianza: El arte y la ciencia de la autoconfianza para mujeres”. Aquí se citan variados ejemplos de las diferencias entre hombres y mujeres, afirmando que sin lugar a dudas existe una brecha entre ambos géneros. Las mujeres demuestran una mayor confianza en el área de relaciones (sociales), mientras que los hombres la demuestran en el espacio profesional.
El miedo al fracaso es algo que detiene el avance de las mujeres, al no atreverse a asumir nuevos retos dudando de su competencia. Citan varios estudios sobre las exigencias requeridas para aplicar a trabajos u optar a una promoción: las mujeres se exigen a sí mismas tener el 100% de requerimientos, mientras que los hombres aplican teniendo el 50% de lo exigido, el argumento es que aprenderán lo que les falta con la práctica; también las mujeres tienden a ser más perfeccionistas, rasgo que les impide o entorpece su avance.
Dentro de la ciencia se plantea que la genética contribuye entre un 25-50% de genes con variantes que pueden contribuir a esa autoconfianza. Sin embargo, estudios sobre la plasticidad del cerebro demuestran que se pueden modificar los circuitos cerebrales cultivando la misma. De allí, el papel que en gran medida juega la socialización y la cultura en su desarrollo. En este libro, se incluyen ejemplos de prácticas de terapia cognitiva para modificar las tendencias a la rumiación de pensamientos, impidiendo la acción. En una estupenda entrevista en la Universidad de Columbia y en un artículo en The Atlantic encontrarán más detalles sobre este libro.
La profundización sobre el tema de la confianza y cómo desarrollarla, aunado a la situación familiar de ambas autoras con hijas, las llevaron a divulgar estos conocimientos para un público pre-adolescente. Conscientes del nuevo reto para realizar un libro atractivo para este grupo particular, invitaron a la ilustradora Nan Lawson, para integrar un diseño novedoso – incluyendo el formato de tiras cómicas – en “The Confidence Code for Girls” [todavía sin traducción al español].
Al corto tiempo, aprovechando las entrevistas realizadas a muchachas de diferentes países y culturas incorporaron a Jillellyn Riley, una escritora/editora de libros para niños, y publicaron “Living the Confidence Code” [Viviendo la clave de la confianza], con el mismo estilo gráfico. Las autoras enfatizan que buscaron reunir aquí 40 historias que ejemplificaran procesos comunes y no historias excepcionales de éxito, aunque varias lo fueran. Este libro lo acompañaron con la publicación de un diario para estimular las reflexiones y aumentar la consciencia de estas jóvenes, especialmente en situaciones críticas dentro de su desarrollo personal. Incluyo aquí un video link con participación del público sobre este libro.
Recomendaciones para practicar el uso del poder personal
Cierro el artículo con tres recomendaciones que nos brindan estas autoras:
Inicialmente nos piden hacer eco de la visión predominantemente femenina sobre el poder. El poder no es una lucha por dominar las cosas y personas, sino más bien, es sobre el resultado, el porqué, el propósito. Se trata del poder en función de realizar cosas, de construir cambios. Piénsenlo como “el poder para” en lugar del “poder sobre”. Considerado así, el poder es más atractivo, con menos ego y más impacto.
- Preste atención
Abra los ojos ante las formas diferentes que las personas usan el poder. Una vez que empiece a darse cuenta de las diferencias, las verá en todas partes, desde sus interacciones diarias hasta lo que observa en altos estratos de la jerarquía del poder. Preste particular atención a la forma en que el poder impacta a las personas que tradicionalmente han sido excluidas de él y cómo quienes están en el poder se aferran al mismo. Prestar atención puede sonar trivial, pero las investigaciones de neurocientíficos demuestran que al enfocar nuestra atención en algo particular es una de las formas más poderosas que podemos aplicar si queremos cambiar nuestra conducta. - Fíjese metas
Intente usar el poder para usted mismo. Haga una lista de sus metas de vida. ¿Está incluyendo metas relacionadas con el uso de su poder? (por ejemplo, obtener una promoción, participar en un proyecto de mayor envergadura). ¿Esas metas lo hacen sentir estresado? ¿Está ansiosa al pensar lo que requiere tener poder y cómo sería tenerlo? - Cambie la narrativa
Imagine lo que usted pudiera hacer con ese poder. Muchos estudios demuestran que las mujeres están más motivadas a tomar riesgos o hacer cosas difíciles cuando lo hacemos para otros o para una causa. Pruébelo pensando: si usted estuviera en una posición donde pudiera hacer cambios – para que se realizaran tres cosas importantes y valiosas para usted – ¿cuáles serían? Ahora tome nota – ¿Cómo se siente? ¿Pensar en la razón de ese poder la ayuda a animarse?
Espero que hayan disfrutado este artículo y las recomendaciones de Katty Kay y de Claire Shipman. Siempre agradecida por su lectura y a la orden por mi página web para comentarios y sugerencias.
Jeannette Díaz
Fotografía: Melisa Askew de Unsplash
Nota sobre la autora:
Jeannette Díaz es Doctora en Educación de la Universidad de Massachusetts, Amherst, Profesora Titular Jubilada de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Central de Venezuela. Durante sus 28 años como docente, Coordinadora Académica y Coordinadora de Investigación disfrutó siendo mentora y coach de estudiantes y profesores apoyándolos en el desarrollo de sus habilidades creativas y progreso en sus carreras docentes. Formalizó esta área de interés cursando estudios y obteniendo la Certificación como Integral Master Coach® de Integral Coaching Canada. Es miembro de la Federación Internacional de Coaches en el nivel Profesional (PCC). Actualmente trabaja como coach, ayudando a profesionales creativos, arquitectos y emprendedores a cerrar la brecha entre sus expectativas y logros alcanzados. Página web de Jeannette Díaz.
Un Comentario
Alicia Ponte Sucre
Un magnifico artículo, gracias querida Jeannette