El objetivo central del libro «El cerebro XX» es describir un programa individualizado y especializado en la prevención del deterioro cognitivo, con la idea de que cada mujer pueda maximizar su salud cognitiva sin que importe la edad, amén de estar sustentado científicamente. La menopausia en un factor de riesgo para este deterioro, por lo cual es necesario cuidarse con el objeto de minimizarlo; en este artículo se describe el programa de la Dra. Lisa Mosconi con el fin de preservar nuestro cerebro.
La enfermedad de Alzheimer (EA) es la forma más común de demencia y la sexta causa de mortalidad en el mundo occidental, afectando a más de 50 millones de personas, de las cuales más del 60% son mujeres postmenopáusicas. Hecho que no se debe a la mayor longevidad de las mujeres, como se había pensado inicialmente.
Dicho esto, la Dra. Mosconi se trazó el siguiente camino para combatir la EA:
1.- Conocer y asimilar la investigación detrás de los objetivos que se desean alcanzar en el programa. En la parte I, se describió específicamente la ciencia detrás de las diferencias entre el cerebro masculino y femenino y los efectos de las hormonas sexuales, testosterona y estrógenos, en este órgano. Especialmente, se hizo énfasis en la función poderosa de los estrógenos en el cerebro femenino y se mostró el efecto de su ausencia en la menopausia y su relación con el deterioro cognitivo (demencia) y la EA. Lisa Mosconi afirma: “la menopausia no provoca el Alzheimer”, sino que “…es el detonante principal que anula el superpoder del estrógeno y las hormonas que lo acompañan, por lo que el cerebro tiene que encontrar nuevas formas de funcionar con eficiencia”.
2.- Evaluar los factores de riesgo relacionados con el deterioro cognitivo mediante el análisis de la condición individual y de pruebas de laboratorio más otras, que deben realizarse con la idea de identificar los parámetros asociados a estos riesgos en cada mujer.
3.- Asumir el control de la vida, ejerciendo las recomendaciones orientadas a disminuir los riesgos asociados al deterioro cognitivo además de aquellas que protegen el rendimiento del cerebro y la salud mental de la mujer, encauzados especialmente a la prevención de EA.
Como se mencionó, el punto 1 de este camino fue tratado en la Parte I.
2.- Evaluar la condición individual de la mujer
En el punto 2, la Dra. Mosconi propone una práctica que comprenda un enfoque individual con el objeto de tener como base un diagnóstico personal porque ella dice que “no hay dos mujeres iguales”. Entonces, en la era de la medicina de precisión, así la llama, recomienda evaluar las condiciones de salud y estilos de vida propio de cada mujer y en base a esto diseñar un plan personalizado para prevenir deterioro cognitivo femenino. Sin entrar en detalles, se debe obtener información sobre las condiciones genéticas, antecedentes familiares, del estilo de vida, historial clínico y médico, pruebas de laboratorio y, al mismo tiempo, realizar un escaneo cerebral, esencial para entender el cerebro y los factores de riesgo asociados a la función cognitiva; por ejemplo, como se mostró en la Parte I, las mujeres menopáusicas y postmenopáusicas presentan pérdida de materia gris y blanca y aumento de placas amiloides, factores que deben ser evaluados.
Luego, expone una serie de cuestionarios para evaluar los riegos de desarrollar EA, cardiopatías, diabetes y depresión, datos que mejorarán el diagnóstico. Finaliza con dos cuestionarios adicionales para identificar/detectar la menopausia y el estrés. De aquí, se hace una evaluación del panorama general de la mujer, el cual se debe clasificar en riesgo alto, medio y bajo, según instrucciones dadas en el libro. De esta manera la persona podrá identificar sus propios riesgos y seguir las recomendaciones sugeridas para cada enfermedad u condición.
3.-Tomar el propio control de tu vida
Es indispensable que la mujer tome el control de su vida para optimizar su salud, para esto, en el libro se evalúan las intervenciones terapéuticas para la menopausia, el tipo de alimentación y dietas, se describen 8 pasos que complementan la alimentación y que se deben seguir para tener un cerebro bien nutrido, se detallan los suplementos para el cerebro, así como, a la vez, se resalta la importancia del ejercicio, la relajación, el sueño y el equilibrio. Todo lo cual se detallará más adelante.
En fin, un estilo de vida saludable combinado con estrategias terapéuticas para reducir el riesgo de enfermedad vascular, obesidad y diabetes y acompañado con una dieta saludable y con la práctica del ejercicio y de la actividad intelectual, son todas herramientas preventivas para el deterioro cognitivo y la demencia, tanto para la mujer como el hombre.
Intervenciones terapéuticas
La menopausia, desde la década de 1940, ha sido tratada con estrógenos o combinados con progesterona. Hasta hoy, los resultados de los estudios han sido algo confusos debido a su diseño o a la interpretación de los datos porque no se tomaron en cuenta algunas variables que influyen en la eficacia y seguridad del tratamiento. Una de estas variables es cómo y cuándo ocurre la menopausia: de forma quirúrgica (extracción del útero u óvulos) o natural (se conserva el útero). Pareciera que la presencia del útero es un factor de riesgo de cáncer cuanto el tratamiento es con estrógeno, riesgo que disminuye cuando los estrógenos se combinan con progesterona. En cambio, las mujeres que habían sido sometidas a una histerectomía podían tratarse solo con estrógenos. Otra variable muy crítica es el momento de aplicación del tratamiento, al comienzo de la menopausia o tardíamente.
Estos factores (presencia de útero y el momento del tratamiento) influyen en los resultados de la terapia hormonal, hecho comprobado científicamente en la actualidad. La conclusión a la cual se ha llegado es “que las mujeres tratadas durante la etapa temprana o inicio de la menopausia tienen una óptima o mayor oportunidad para, potencialmente, ralentizar o revertir la progresión de la EA”.
Lisa Mosconi investigó la asociación de la falta de estrógenos en la menopausia y la aparición de la EA y encontró que existe un vínculo por lo que es necesario tratarla; por ello, ella discute la eficacia y seguridad de las terapias hormonales durante los inicios de la menopausia y el desarrollo de alternativas para mejorar la acción del estrógeno en el cerebro.
Repito, investigaciones sobre el riesgo de demencia versus el tipo de menopausia y el momento, la duración y el tipo de estrógenos aplicados muestran evidencias de que la terapia hormonal reduce el riesgo de demencia y la enfermedad cardiovascular si se aplica antes o en los inicios de la menopausia.
Por ejemplo, existen estudios que muestran que mujeres menopáusicas sometidas a intervención quirúrgica antes de los 49 años y que recibieron terapia de reemplazo con estrógenos antes de los 50, no presentaron mayor riesgo de demencia o deterioro cognitivo, amén de que la mortalidad fue menor al ser comparadas con las que no habían recibido tratamiento. A la vez, esta terapia aplicada antes de los 60 años redujo el riesgo de padecer EA entre 33% y 44% en comparación con mujeres no tratadas. Igualmente, los estrógenos frenan la aparición de arterioesclerosis y disminuyen el riesgo de enfermedad cardiovascular y de osteoporosis. Mosconi termina haciendo un resumen de los resultados de las investigaciones en función de los riesgos y beneficios y concluye: “el tratamiento hormonal es complejo por lo que debe ser una decisión personal que se debe tomar en conjunto con el médico de la paciente”.
Al momento, el papel de la terapia con estrógenos en la vulnerabilidad cognitiva, así como en la morbilidad y mortalidad por demencia continúa en investigación; sin embargo, existen señales positivas que deben ser mejor estudiadas. En esta revisión de Bortz y col. (2022), se exploraron los fundamentos biológicos relacionados con EA como son el sistema colinérgico y las vinculaciones al nutriente esencial llamado “colina” – modulador de la atención, aprendizaje y memoria – ya que los efectos neuroprotectores del estrógeno dependen de su interacción con este sistema; por otra parte, el estrógeno es crítico en la síntesis endógena de colina. A la par, colina es el precursor directo del neurotransmisor acetilcolina que disminuye la AE.
Indican varios estudios que la presencia en la dieta de este nutriente es de suma importancia en la prevención de AE y ya ha sido incluida en un alimento médico para el tratamiento de AE, tanto en mujeres como en hombres. Este nutriente esencial, forma parte de las vitaminas hidrosolubles del grupo B y se encuentra en los huevos, leche, carne, pollo, atún y verduras crucíferas como el brócoli o las coles de Bruselas.
Aunque, se observan muchas señales del beneficio de la terapia de reemplazo se necesita más investigación sobre los factores que podrían influir en esta terapia. Lo que sí es evidente es que la terapia para ser efectiva debe comenzar en los inicios de la menopausia.
La alimentación
El segundo factor evaluado en el libro es la alimentación. La dieta determina nuestra salud, incluyendo la del cerebro, órgano muy vulnerable a los efectos de una mala alimentación. Muchas investigaciones recientes muestran una correlación sustancial entre una alimentación balanceada y un cerebro saludable. Importante saber que lo que comemos funciona epigenéticamente, activando o desactivando genes, hecho importante en la aparición o no de EA cuando existe una predisposición genética.
La dieta ejerce su función protectora mucho antes de que aparezcan los síntomas de la enfermedad. La Dra. Mosconi expone los estudios relacionados con las ventajas y desventajas de los carbohidratos y las grasas y finaliza con las investigaciones que apoyan “La dieta mediterránea: un clásico”. Ella señala que la persistencia de esta dieta a lo largo de milenios y de civilizaciones mediterráneas es una demostración de ser un auténtico ejemplo de una dieta saludable.
En MiradorSalud hay muchos artículos publicados sobre la dieta mediterránea que ustedes pueden visitar. Resumiendo, en términos generales esta dieta comprende:
- Mayor ingesta de grasas mono y poliinsaturadas que grasas saturadas
- Alta ingesta de frutas, hortalizas y legumbres
- Alta ingesta de granos y cereales sin refinar
- Consumo moderado de productos lácteos, carbohidratos y carnes (una ración pequeña al día)
- Mayor ingesta de pescado y mariscos
- Consumo moderado de vino tinto
Adicionalmente, existen pruebas contundentes de que cuando se consume una dieta mediterránea con rigurosidad aumenta el tamaño de los telómeros, ubicados en los extremos de nuestros cromosomas, lo cuales son indicadores de la longevidad y son biomarcador de supervivencia.
Por otro lado, esta dieta reduce el riesgo de cardiopatías y derrames cerebrales, estabiliza la presión sanguínea, mejora los niveles de glucosa y colesterol en sangre, así como también disminuye el deterioro cognitivo. Hay que agregar sus efectos en el cerebro: los consumidores de está dieta tienen cerebros más sanos y con apariencia más joven comparados con personas de la misma edad que consumían una dieta occidental. También esta dieta ha sido vinculada a un riesgo menor de cáncer de mama y una menor sintomatología en la menopausia. Todos estos beneficios se pueden obtener sin importar la edad cuando se comienza su consumo.
Ocho pasos para mantener el cerebro bien nutrido
Se señalan muy resumidamente, los 8 pasos para mantener un cerebro bien nutrido. Contienen mucha información y tablas:
Paso 1.- Modular los carbohidratos. Relación: carbohidratos – grasas – fibras
Paso 2.- Fitoestrógeno: compuestos naturales que pueden modular la acción de los estrógenos y se encuentran en los cereales, legumbres, hortalizas y frutas
Paso 3.- Antioxidantes que contrarrestan el estrés oxidativo, ejemplo de ellos son las vitaminas C y E, los betacarotenos y el selenio entre varios nutrientes vegetales
Paso 4.- Escoger las grasas correctas según el tipo y la fuente de las mismas. NO a las grasas trans (alimentos procesados) y en menor escala las saturadas (origen animal). SI a las grasas monoinsaturadas (frutos secos, aguacate) y poliinsaturadas (omega 3 y 6). ¡Elegir comer plantas en lugar de animales!
Paso 5.- Alimentar la microflora intestinal, la cual es beneficiosa para la digestión, con el consumo de fibra, evitar los alimentos procesados y disminuir las grasas animales. Consumir prebióticos y probióticos.
Paso 6.- NO al alcohol, solamente tomar vino tinto porque contiene resveratrol, pero, de vez en vez. Consumir por día una taza de café expreso o dos del café americano.
Paso 7.- Ingerir tan orgánico como se pueda y evitar las sustancias químicas (colorantes y contaminantes de las frutas y vegetales)
Paso 8.- Comer menos. La restricción calórica es beneficiosa, así como el ayuno intermitente o la restricción de tiempo para el consumo de alimentos.
Además de seguir estos pasos, es importante saber que los suplementos (vitaminas, omega 3, minerales) no reemplazan una dieta balanceada y que el ejercicio es obligatorio porque lo que el cuerpo hace repercute en la mente.
Estar consciente y manejar la relajación, el sueño y el equilibrio. Las mujeres experimentamos más estrés que los hombres y coincide con la edad de la menopausia. Para frenar el estrés debemos cuidar la alimentación, hacer ejercicios físicos y relajarnos mediante las relaciones sociales, la meditación, el yoga, disfrutar de la naturaleza, oír música y disminuir el uso de la tecnología digital. Dormir las horas requeridas para descansar (7-8h) y si se padecen problemas con el sueño hay que corregirlos; en el libro se describen muchas recomendaciones para modificarlos.
Finaliza el libro con algunas prácticas para proteger al cerebro y la mente; entre ellas figuran: ejercitar el cuerpo e intelecto, reducir la exposición a toxinas ambientales (humo de tabaco o plásticos), tomar menos medicinas y cuidar la salud dental. Es interesante saber que la higiene bucal es un componente de la salud neurológica; pareciera que la enfermedad periodontal pudiera estar vinculada a inflamación del cerebro y a las placas de amiloide, típicas de AE.
Muchas de las recomendaciones pueden ser compartidas con los varones. Solamente aquellas vinculadas con la menopausia son exclusivamente para las mujeres.
Dispensen la longitud del artículo, aunque muchos tópicos solo fueron nombrados, pero quise darle una vuelta completa a la rueda para observar el contexto global. El cerebro XX es un libro que se debe tener de consulta, por lo cual lo recomiendo ampliamente.
Irene Pérez Schael
2 Comentarios
Gigi
Que gran artículo! Me vi envuelta en una evaluación personal de alto valor.
Agradezco mucho tu aportación y deseo que este artículo llegue a muchas mujeres y hombres.
GRACIAS POR APORTAR VALOR CON INFORMACIÓN QUE NUTRE NUESTRO BIENESTAR.
TODO LO MEJOR IRENE!
Mirador Salud
Mil gracias Gigi, nuestra idea es producir información, como tú bien lo dices, pero, a la vez proporcionar herramientas para que todos cambiemos.
En estos momentos, las circunstancias mundiales y las venezolanas nos exigen cambiar para no contaminarnos con lo que circula alrededor.
Tenemos que dedicar tiempo al YO y a nuestro mundo interior.
Saludos y gracias
Irene