Después de tres meses del triunfo de la oposición en las elecciones y la reiterada negativa del gobierno de aceptar su derrota, nos sentimos en un limbo nebuloso e incierto. Creemos imperativo encontrar un faro que nos oriente el camino, olvidando que los resultados de las elecciones fueron gestados por el liderazgo inquebrantable de María Corina Machado, de Edmundo González Urrutia y de cada uno de nosotros, quienes al unirnos pudimos alumbrar nuestros pasos hacia adelante. El artículo de agosto, publicado en MiradorSalud “El cambio como proceso colectivo” destacó los principales aspectos contribuyentes a este triunfo y que debemos seguir cultivando para generar un cambio social sostenible en el tiempo.
Mantener con constancia esta luz orientadora no es empresa fácil. Sin embargo, al ampliar nuestra visión a otros países con situaciones sufridas y superadas, podemos reconocernos de alguna forma en sus trayectorias hacia la libertad. Durante el siglo XXI, varios países han vivido bajo regímenes dictatoriales, pero muchos de ellos han logrado su libertad o han dado pasos significativos hacia la democracia gracias a la lucha de sus ciudadanos unidos con un propósito común, guías carismáticos en algunos casos y circunstancias apropiadas que fueron bien aprovechadas.
A continuación, cito algunos casos de pueblos oprimidos que, a través de su resistencia pacífica y perseverancia y la unión de su población han logrado importantes avances en su lucha por la libertad: Checoslovaquia (1989) – La Revolución de Terciopelo; Armenia (2018) -La Revolución de Terciopelo; Túnez (2010-2011) – La Revolución de los Jazmines que se convirtió en la chispa que inspiró la Primavera Árabe; Egipto (2011) – Revolución del 25 de enero, inspirados por los eventos en Túnez; Sudán (2019) – Revolución de 2019.
Estos son algunos ejemplos que nos muestran que aprovechando las circunstancias socio-políticas, incluso bajo los regímenes más opresivos, la resistencia civil, la unidad y la perseverancia de los pueblos, acompañados de un liderazgo decidido y arriesgado, pueden lograr cambios significativos hacia la libertad y la democracia. Aunque las circunstancias y evolución de cada uno de estos casos sean diferentes, deseo destacar algunos de los aspectos comunes y cruciales que contribuyeron a los cambios que parecían imposibles en su momento y que aspiro nos motiven a continuar en el camino hacia la libertad en Venezuela:
- El poder de la unidad
Estos casos comparten un elemento común: el poder de los ciudadanos al unirse en la lucha por sus derechos y dignidad. Aunque muchos enfrentaron retrocesos, la determinación del pueblo fue esencial para dar pasos hacia un futuro más libre.
En momentos como el actual, con aumento de la represión, la unidad entre los venezolanos es más importante que nunca. Seguidores de la oposición, aunque perseguidos, han demostrado un profundo sentido de solidaridad, y en esta unidad está la clave para derrotar a cualquier régimen. El cambio no puede ser alcanzado sin un frente común y un liderazgo dispuesto a luchar por la libertad de todos.
- El poder de la resistencia pacífica
La resistencia no violenta ha sido una herramienta poderosa para los movimientos pro-democracia en todo el mundo. A pesar de las amenazas, el coraje y la determinación del pueblo venezolano de manifestarse pacíficamente es una de las mayores armas contra el abuso de poder. Ejemplos como la lucha de Nelson Mandela en Sudáfrica o el movimiento por los derechos civiles en Estados Unidos muestran que la perseverancia en la lucha pacífica es un camino válido y poderoso hacia la libertad, aunque también pagando un precio dependiendo del régimen y circunstancias con las cuales se tengan que enfrentar.
- La historia no está del lado de los opresores
Todos los regímenes opresivos han caído en algún momento. La historia nos enseña que el poder basado en la violencia y la corrupción no perdura. Al final, los líderes autoritarios enfrentan las consecuencias de sus acciones, mientras que los pueblos que luchan por su libertad se liberan. En Venezuela, aunque el régimen actual aparenta fortaleza, su base está corroída por la corrupción y la mentira, y el pueblo venezolano ya ha sembrado las semillas del cambio. A pesar de las persecuciones y la represión, el cambio es inevitable. La historia de Venezuela está en un momento de transición y, aunque ahora puedan parecer oscuros tiempos, la lucha incansable del pueblo será el faro iluminador. Cada manifestación, cada voz levantada y cada sacrificio no han sido en vano. Aunque el camino sea largo, y haya que pavimentarlo con educación y consciencia, el cambio está en marcha.
- Construyendo un nuevo futuro
El futuro de Venezuela no está en manos del régimen corrupto, sino en las manos de su gente. A pesar del dolor y la destrucción causados por el régimen, el pueblo venezolano está construyendo un nuevo futuro con cada acto de resistencia, solidaridad y esperanza. A través de pequeñas acciones cotidianas, los venezolanos están sembrando las bases de una nueva Venezuela. La educación, el fortalecimiento de la sociedad civil y el activismo están creando un nuevo horizonte para el país. Es importante no perder de vista que, a pesar de los obstáculos actuales, todos somos parte activa de la reconstrucción de nuestra nación.
También es importante reconocer el papel que juega la diáspora venezolana en la lucha por el cambio. A pesar de estar fuera del país, impedidos de ejercer sus derechos en muchos casos, un buen grupo de venezolanos en el extranjero han sido una fuente vital de apoyo, recursos y voz en la lucha por la democracia. Estos emigrados están llevando la verdad sobre lo que sucede en el país a la comunidad internacional y están contribuyendo al cambio desde diferentes frentes.
- Venezuela será libre: construiremos un futuro mejor
No hay que perder la fe en nuestras capacidades de lucha. Los ejemplos anteriores nos muestran como sus habitantes pudieron lograr cambios profundos en sus países. La libertad, la justicia y la democracia prevalecerán si perseveramos con esperanza, resistencia y unión. No estamos solos, muchas naciones del mundo y organismos internacionales, a pesar de las múltiples situaciones de conflictos graves globales, también ven el caso de Venezuela con preocupación. Se han hecho eco de nuestra lucha por la verdad y la justicia y han tomado las medidas posibles a su alcance. Si permanecemos firmes y unidos, nuestro faro nos iluminará el camino. Aunque parezca lejano, el cambio es posible.
Es de singular importancia finalizar, recordando que los venezolanos, gracias a nuestra líder, nos liberamos mentalmente de “la indefensión aprendida” ante tantos fracasos. Ella nos guio con maestría hacia la “esperanza”, sentimiento que posee “poder emocional y cognitivo” asociado a la certeza de que podremos alcanzar el objetivo deseado.
¡No podemos perder la esperanza, es el faro que nos conducirá hacia el camino de la libertad!
Jeannette Díaz
Fotografía: iuliu-illes-OqHEL2FGpXI de Unsplash.
Nota sobre la autora:
Jeannette Díaz es Doctora en Educación de la Universidad de Massachusetts, Amherst, Profesora Titular Jubilada de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Central de Venezuela. Durante sus 28 años como docente, Coordinadora Académica y Coordinadora de Investigación disfrutó siendo mentora y coach de estudiantes y profesores apoyándolos en el desarrollo de sus habilidades creativas y progreso en sus carreras docentes. Formalizó esta área de interés cursando estudios y obteniendo la Certificación como Integral Master Coach® de Integral Coaching Canada. Es miembro de la Federación Internacional de Coaches en el nivel Profesional (PCC). Actualmente trabaja como coach, ayudando a profesionales creativos, arquitectos y emprendedores a cerrar la brecha entre sus expectativas y logros alcanzados. Página web de Jeannette Díaz.