La alimentación saludable es esencial para el crecimiento y desarrollo adecuado de todos los niños. En el caso de niños con trastornos del espectro autista (TEA), lamentablemente, se originan conductas negativas que dificultan la adaptación a una alimentación adecuada, lo cual puede tener implicaciones nutricionales importantes.
Los padres deben asegurarles entonces, un aporte correcto de proteínas, carbohidratos, grasas, vitaminas y minerales, para evitar problemas de malnutrición, enseñarles y modelar hábitos saludables de alimentación y de vida, como consumir frutas y hortalizas y hacer actividad física, y optimizar su desarrollo madurativo (motor, perceptivo-cognitivo, social y comunicativo).
Puede suceder que a los niños con TEA se les prescriban dietas especiales de eliminación de alimentos potencialmente alergénicos o intolerados, sin asesoría nutricional especializada, o sin habérseles hecho una evaluación individualizada de su caso, pues cada niño es diferente.
Un estudio publicado en el número de febrero de 2013 del Journal of Autism and Developmental Disorders hace un análisis exhaustivo -empleando rigurosas técnicas de meta-análisis- en 17 trabajos publicados sobre la conducta alimentaria de niños con TEA, concluyendo que estos niños tienen 5 veces más probabilidades que otros, de presentar problemas nutricionales como deficiencia de calcio, proteínas y un número mayor de deficiencia de otros nutrientes.
El autismo es una constelación de trastornos del desarrollo en múltiples áreas funcionales que afecta la relación social, la comunicación y el lenguaje, la reciprocidad emocional, el comportamiento, etc. Una de las áreas afectadas está relacionada en concreto, con la conducta alimentaria.
Son comunes los berrinches durante las comidas, la aceptación e incorporación tardía de alimentos sólidos, dificultad para aceptar alimentos nuevos, de masticar y de beber en vaso, y una gran selectividad alimentaria. Por ejemplo, los niños con TEA pueden tener preferencia muy marcada sólo por ciertos tipos de alimentos, consistencias, determinados colores, lo que hace que su espectro alimentario sea muy reducido. Igualmente, se desarrollan comportamientos ritualistas a la hora de comer.
Los niños con TEA tienen gran cantidad de alteraciones inmunológicas, metabólicas, gastrointestinales y neurológicas. Algunos sufren de diarreas crónicas o estreñimiento crónico, esofagitis, diudenitis, ileitis, lo que puede llevar a algunos niños a evitar comer.
La atención integral de los niños con TEA debe pasar por conocer las alteraciones en su comportamiento alimentario que están relacionadas con los patrones restrictivos e inflexibles típicos de estos niños (conductas estereotipadas o dificultades para asimilar los cambios). En los últimos años se ha abordado su posible origen asociándolo a alteraciones orgánicas, como alergias e intolerancias alimentarias, o a problemas de malabsorción intestinal .
Se ha recomendado además de las estrategias psicodinámicas, biológicas y educativas, ciertos enfoques dietéticos como complemento para el tratamiento del autismo: desde la modificación del menú para mejorar la flora intestinal hasta la suplementación con vitaminas y probióticos para potenciar las defensas del organismo.
Algunos estudios recomiendan dietas sin gluten y sin caseína (proteínas) sobre la base que pasan al torrente sanguíneo con una estructura molecular inadecuada (neuropétidos) que no es reconocida desde el punto de vista inmunológico, llegan hasta el cerebro y compiten con algunos neurotransmisores produciendo toxicidad y conductas inapropiadas, lo que explicaría parte de los síntomas autistas. Sin embargo, hace falta más evidencia científica para sustentar estos resultados.
En el estudio que nos ocupa, los investigadores concluyen que los problemas crónicos de alimentación de los niños con autismo aumentan los riesgos de problemas de malnutrición, retraso del crecimiento, déficit de socialización, y deficiencia en el desempeño académico.
Igualmente, señalan que hay evidencia creciente que los problemas de la alimentación y de los patrones alimentarios de niños con TEA los puede colocar en un riesgo mayor de problemas de salud tanto en la adolescencia como en la adultez temprana, tales como crecimiento óseo deficitario, obesidad y enfermedad cardiovascular.
Los resultados de este estudio tienen implicaciones importantes para el tratamiento de niños con autismo con respecto la adopción de “dietas de sustitución o de eliminación” que se aplican de manera generalizada, lo cual de acuerdo a la data del estudio, podría exacerbar el riesgo nutricional de estos niños.
Los autores recomiendan como parte de la rutina de valoración médica de los niños con TEA -en adición a la medición de parámetros antropométricos gruesos- hacer una evaluación de las conductas alimentarias y de los deficits/excesos nutricionales, y de las consecuencias potenciales de una dieta de eliminación.
Pero hay más: el estudio señala la importancia de observar las conductas alimentarias de los niños como una parte de la evaluación pediátrica rutinaria que puede ayudar al diagnostico de TEA: Los niños que tienen dificultades constantes para comer podrían necesitar evaluarse para el autismo.
Sobre esto, por ejemplo, vienen alertando los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, (CDC por sus siglas en inglés), de los Estados Unidos: “Aprenda los signos”.
Otros estudios han concluido que si bien los niños con TEA tienen preferencia por ciertos tipos de alimentos, sin embargo, las preferencias alimentarias de sus familias tienen una gran influencia sobre ellos y la selección de sus alimentos, por encima de su diagnóstico de ETA. Una vez más, la modelación familiar es de enorme importancia.
El conocimiento de las alteraciones en el comportamiento alimentario de niños con TEA es de gran interés porque permitiría diseñar pautas dietéticas específicas, corregir deficiencias nutricionales asociadas y mejorar su atención integral.
María Soledad Tapia
Maria.tapia@5aldia.org.ve
El 18 de febrero se celebra el Día Internacional del Síndrome de Asperger y el 2 de abril, el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo.
Un Comentario
Carlos
Las personas (niños o adultos) con TEA suelen ser muy selectivas con su alimentación. Es por ello que debido a la ignorancia estas personas sean tildadas erróneamente como «mañosas» o «melindrosas» para comer sin saber que detrás de esa supuesta «maña» pudiera ocultarse esta condición. Ello ocasiona no pocos problemas a los padres, de un modo especial cuando tienen que convivir en casas ajenas donde el anfitrión desconoce el gusto del niño y los padres son tan severos que le tienen «prohibido protestar». Ergo, obligan a estos niños a «aprender a comer ‘de todo'».