Dime, ¿qué piensas hacer con tu única vida salvaje y preciosa?, Mary Oliver
He perdido la cuenta de las veces que mis clientes de coaching se quejan de que le faltan horas a su día para atender todo lo que deben hacer. También he perdido la cuenta de las veces en que angustiada observo que a pesar de lo mucho que hago, no avanzo en lo que me he propuesto hacer. Para mis clientes de coaching he diseñado muchos ejercicios efectivos para ayudarlos a priorizar sus tareas. En mi caso, durante esas situaciones me es complicado hacer las prácticas que recomiendo a mis clientes, aun habiendo comprobado que les han sido útiles.
Cuando mi calendario y horario están llenos, no tengo mucho espacio ni tiempo para pensar, simplemente debo poner a andar los motores: acción, acción y más acción. Sin embargo, cuando la marea baja y pareciera que no hay urgencias o fuegos que apagar, siento que entro en un estado que llamo “angustia existencial”. Empiezo a criticar – sin compasión alguna – lo que hago, mi distribución del tiempo y sobre todo cuestiono mi descuido al no atender aspectos importantes que parecieran sepultados en la tierra del “nunca jamás”. ¿Han sentido ustedes algo similar?
Este final de verano, lo siento como uno de esos tiempos críticos. También mágicamente – tal cómo me sucede cuando necesito un mensaje especial – se materializó un libro movilizando positivamente mi mente y emociones. Este fue el tema escogido para esta entrega y que espero lo disfruten.
Greg McKeown, el joven autor de “Esencialismo: la búsqueda disciplinada de lo mínimo” [traducción libre de la autora], nos ofrece algo más que una nueva estrategia de manejo del tiempo, o una nueva técnica de productividad. Al contrario, nos invita a explorar una nueva manera de hacer las cosas. Según él, se trata de hacer menos – pero mejor – en todas las áreas de nuestras vidas. Principalmente, McKeown valora la disciplina de tomar control de nuestras propias escogencias, a las cuales dedicamos nuestro precioso tiempo y energía, en vez de darle a otros el permiso implícito de escoger por nosotros. La cita del poema de Mary Oliver que encabeza este artículo son las líneas finales de “El dia de verano” incluidas muy apropiadamente por McKeown en su texto.
Los gráficos con los cuales McKeown ilustra su libro impactan por su sencillez, empezando por el de la portada. Deseo añadir que a mi juicio el subtítulo de la versión al español no refleja la intención del libro. Fue titulado cómo “Esencialismo: logra el máximo de resultados con el mínimo de esfuerzo”. Posiblemente se deba a una estrategia de mercadeo para hacer más atractivo su contenido, pero lo que plantea McKeown no es hacer las cosas con un mínimo de esfuerzo. Deja muy claro en su propuesta que – paulatina y disciplinadamente – debemos desarrollar unas habilidades distintas a las que tendemos a echar mano automáticamente, con las cuales terminamos generando resultados inferiores y con mayor desgaste de nuestra parte. Lo que es cierto es que al desarrollar las habilidades de pensar y hacer de un esencialista, ejecutar lo que nos propongamos hacer nos resultará más fácil. En ningún momento McKeown nos promete poder hacer actos de magia…debemos hacer primero nuestro trabajo y cultivar las destrezas necesarias.
Los capítulos del libro son ilustrados con gráficos y cuadros donde se contrastan la visión esencialista con la no-esencialista, facilitando su comprensión. Tal como en este resumen del modelo (McKeown) que incluyo a continuación:
En resumidas cuentas, según McKeown para vivir como un Esencialista debemos activar nuestra capacidad para diseñar la vida, tomando las decisiones deliberadamente y no vivir pasivamente reaccionando ante lo que nos acontece.
¿En qué piensa el Esencialista?
Menos pero mejor
- Tengo poder de decisión.
- Solo pocas cosas valen la pena.
- ¿Cuál es la relación costo-beneficio?
¿Qué hace el Esencialista?
Busca disciplinadamente lo mínimo.
- Se detiene a discernir lo que realmente importa.
- Dice que “no” a todo excepto a lo esencial.
- Remueve los obstáculos para facilitar la ejecución.
¿Qué obtiene el Esencialista?
Vive una vida que realmente importa.
- Escoge cuidadosamente para hacer un gran trabajo.
- Se siente en control.
- Hace las cosas requeridas.
- Disfruta el camino.
Realmente se trata de una filosofía de vida. Si se animan a cultivar el camino del esencialismo para crear una vida más productiva y satisfactoria, les sugiero tres prácticas para familiarizarse con este modelo. En posteriores entregas aspiro brindarles otras interesantes facetas de esta propuesta, con formas para aplicarlas en nuestra vida cotidiana.
Práctica #1
¿Qué es lo esencial para mí?
Esta es una pregunta fundamental para hacérsela al menos una vez a la semana y no solo cuando a principios de año hacemos nuestros propósitos de año nuevo. Es importante desarrollar un ritual que permita incorporar este espacio para pensar cualitativamente sobre sus vidas y lo que hacen.
Escojan un tiempo para reflexionar y apreciar el panorama de lo que viven en el momento que lo viven. Pregúntense si lo que están haciendo es la mejor contribución que pueden hacer con sus capacidades. ¿Cómo se sienten con ustedes mismos? ¿Qué pudieran cambiar? Este es un ejercicio continuo, así que no se preocupen por obtener respuestas definitivas. Lleven en su diario estas anotaciones que les servirán en su proceso de discernir lo esencial en sus vidas.
Práctica #2
Eliminar algo no esencial de la lista de tareas pendientes.
Esta es una práctica a incorporar cuando planifiquen su día o semana. Muchas veces nos llenamos de pequeñas tareas innecesarias o que no contribuyen a nuestros propósitos más importantes. El acto de eliminar se debe desarrollar cómo un músculo de efectividad que nos facilitará lo que hagamos y fluiremos con mayor bienestar.
Práctica #3
Construir una plataforma para poder ejecutar con facilidad lo que consideremos nuestro proyecto esencial.
Cuando se propongan hacer un proyecto, o lo que estén haciendo no esté rindiendo los beneficios esperados o las tareas vayan más lentas de lo planificado, en vez de apurar el paso o diseñar nuevas acciones, tómense unos momentos para pensar.
Pregúntense ¿Cuáles son los obstáculos que veo entre este proyecto y yo? ¿Qué es lo que me está impidiendo empezar o progresar? ¿Qué es lo que está demorando ejecutar lo que deseo?
Estas prácticas son parte del desarrollo de una rutina que esperamos se convierta en un hábito placentero a ejecutar sin mayor esfuerzo. El mantener las prácticas no es fácil, pero si semanalmente reforzamos lo que realmente es importante en nuestras vidas, inventaremos las formas de poderlas incorporar disciplinadamente a nuestros quehaceres diarios.
Espero que esta referencia y prácticas los inspiren y les sean útiles. Cómo siempre les agradezco sus comentarios o sugerencias de temas que desearían ver abordados aquí.
Jeannette Díaz
Fotografía: Dmitry Ratushny de Unsplash
Nota sobre la autora: Jeannette Díaz es Doctora en Educación de la Universidad de Massachusetts, Amherst, Profesora Titular Jubilada de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Central de Venezuela. Durante sus 28 años como docente, Coordinadora Académica y Coordinadora de Investigación disfrutó siendo mentora y coach de estudiantes y profesores apoyándolos en el desarrollo de sus habilidades creativas y progreso en sus carreras docentes. Formalizó esta área de interés cursando estudios y obteniendo la Certificación como Integral Master Coach® de Integral Coaching Canada. Es miembro de la Federación Internacional de Coaches en el nivel Profesional (PCC). Actualmente trabaja como coach, ayudando a profesionales creativos, arquitectos y emprendedores a cerrar la brecha entre sus expectativas y logros alcanzados. Página web de Jeannette Díaz.