Lo suponíamos, pero ahora nos lo confirma la American Heart Association (AHA) en un interesante artículo publicado en julio de 2013, en su prestigiosa revista Circulation: el desayuno puede ser la comida más importante del día, ya que no desayunar representa tener un mayor riesgo de ataques del corazón o de enfermedad coronaria fatal.
El estudio fue realizado por el Departamento de Nutrición de la Escuela de Salud Pública de Harvard (Boston, Mass.). Los investigadores evaluaron los hábitos alimentarios de 26.902 hombres estadounidenses, con edades entre 45 y 82 años, sanos, libres de enfermedad cardiovascular y de cáncer. Se emplearon cuestionarios de frecuencia de alimentos (131 items).
En el estudio se recogió también información sobre el tiempo que veían televisión, actividad física, horas de sueño, calidad de la dieta, ingesta de alcohol, historia médica, índice de masa corporal, y factores sociales como el tener o no empleo a tiempo completo, estado civil, visitas periódicas al médico, y si fumaban o habían sido fumadores.
Con respecto a los hábitos o frecuencia de comidas diarias, se les pidió que indicasen las veces en el día en que se comía:
- Antes del desayuno,
- En el desayuno
- Entre el desayuno y el almuerzo
- En el almuerzo
- Entre el almuerzo y la cena
- En la cena
- Después de irse a la cama
Se consideró que un individuo desayunaba si respondía positivamente a cualquiera de las 3 primeras.
Se hizo un seguimiento regular y cuidadoso de la salud de los participantes durante 16 años (1992-2008): chequeando hipertensión, midiendo la química de la sangre, resistencia a la insulina, hipercolesterolemia, etc., y por supuesto, enfermedad cardiovascular.
Los resultados los resume la AHA de esta manera:
• Los hombres que declararon saltarse el desayuno tuvieron un riesgo 27% mayor de ataques al corazón, o de muerte por enfermedad coronaria, que aquellos que declararon desayunar.
• Con respecto a los que desayunaban, los hombres que decían no desayunar eran generalmente más jóvenes, tenían más probabilidad de ser fumadores, de tener trabajos a tiempo completo, ser solteros, ser menos activos físicamente, y de consumir más alcohol.
• Los hombres que declaraban comer tarde en la noche (después de irse a la cama), tenían un riesgo 55% mayor de enfermedad coronaria que aquellos que no lo hacían.
• Los hombres que declaraban comer tarde en la noche, tenían mayor probabilidad de ser fumadores, de dormir menos de 7 horas durante la noche, de ser hipertensos, que aquellos que no lo hacían, quienes a su vez, tenían más probabilidades de ser casados, de trabajar a tiempo completo, y además, hacían una comida menos. Sin embargo, los investigadores no consideraron este hábito como un problema mayor de salud pública, ya que esta conducta fue declarada por un número relativamente bajo de participantes de la muestra.
En MiradorSalud ya habíamos registrado que las personas que trabajan en horario nocturno o fuera del esquema diurno tradicional presentan un mayor riesgo de desarrollar infarto de miocardio y accidentes cerebrovasculares, de acuerdo con un estudio publicado en la revista British Medical Journal, en su edición del 26 de julio de 2012.
En el trabajo que nos ocupa, los investigadores declaran que no desayunar puede conducir a uno o más factores de riesgo: obesidad, alta presión arterial, alto colesterol, y diabetes, lo cual puede a su vez conducir en el tiempo a un ataque al corazón.
Lo interesante de este estudio es que por primera vez se investiga y demuestra, la importancia de los hábitos alimentarios en la disminución del riesgo de la enfermedad coronaria, aparte por supuesto de la calidad y composición de la dieta.
Si bien la muestra de este estudio estaba compuesta de hombres, 97% caucásicos, los resultados pueden también aplicarse a mujeres y a otros grupos étnicos, pero debería ser comprobado en estudios adicionales.
Este parece ser el primer estudio prospectivo de hábitos alimentarios y riesgo de enfermedad coronaria. Sin embargo, los hábitos alimentarios se han asociado con muchos factores de riesgo tales como el riesgo de sobrepeso, dislipedemia, presión arterial, y sensibilidad a la insulina.
Los hábitos alimentarios han sido asociados por otro lado, con incidencia de diabetes mellitus, y mortalidad total. Otros estudios han reportado que al compararse hombres de la misma cohorte que no desayunan con los que sí lo hacen, los primeros tenían 15% más probabilidad de tener una ganancia sustancial de peso (?5 kg) durante un seguimiento de 10 años así como también, tenía 21% más de probabilidad de desarrollar diabetes mellitus.
Se ha encontrado que saltarse el desayuno afecta los lípidos séricos y la sensibilidad postpandrial a la insulina. Otros estudios han reflejado el impacto de los hábitos alimentarios sin restricción calórica en los factores de riesgo de enfermedad coronaria, concluyéndose que un “atracón” (consumir toda las necesidades calóricas en 1 comida al día), se asocia con niveles superiores de lipoproteínas de baja densidad (LDL), apolipoproteína B, triglicéridos, y alta presión arterial que los mismos parámetros en personas que comen ? 3 veces al día).
De la misma manera, la frecuencia de las comidas se ha asociado con ganancia de peso y diabetes mellitus, lo cual no fue observado en el presente estudio.
Se concluye con un rotundo: ¡No deje de desayunar! Tomar el desayuno se asocia con un riesgo menor de ataques al corazón. Lo ideal es incorporar “alimentos saludables” en el desayuno de manera de asegurar que esta importante comida suministra un balance adecuado de energía y de nutrientes, tales como proteínas, carbohidratos, vitaminas y minerales. Una buena sugerencia es agregar nueces y frutos secos, y fruta cortada a un plato de cereal integral, por ejemplo. Es una buena oportunidad para comenzar con la primera ración de frutas u hortalizas de las «5 al día».
María Soledad Tapia
Maria.tapia@5aldia.org.ve