Un estudio, publicado en la edición de febrero de la revista Infection Control and Hospital Epidemiology, divulgado en MedlinePlus, reveló que una fuente de agua decorativa en un hospital en Wisconsin fue el origen de un brote de infección por una bacteria llamada Legionella.
Esta bacteria crece en pocas cantidades en reservorios de agua natural como lagos o en corrientes de agua pero cuando se encuentra en agua almacenada en depósitos u otros lugares puede crecer explosivamente por la estimulación de temperaturas elevadas, aguas estancadas y la presencia de sedimentos.
El episodio hospitalario dio pie para que se tomaran medidas específicas para evitar la contaminación con la bacteria Legionella, como la evaluación periódica de fuentes de agua decorativas en los hospitales, entre otras.
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