Comer alimentos ricos en grasas trans, un ingrediente que se encuentra en las frituras, galletas, tortas y otras exquisiteces de pastelería, está asociado a irritabilidad y conductas agresivas, de acuerdo con un estudio publicado en la revista en línea PLoS One, en su edición de marzo de 2012.
Un grupo de investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de California, en San Diego, liderado por la Dra. Beatrice Golomb, analizó el contenido de las grasas trans en la dieta de 945 hombres y mujeres.
Además, evaluaron una serie de aspectos de la conducta de los participantes como tácticas para resolver conflictos, irritabilidad, impaciencia y diferentes tipos de comportamientos agresivos a través de una serie de instrumentos diseñados para este tipo de estudios.
¿Qué son las grasas trans?
La mayor parte de los ácidos grasos trans provienen de procesos industriales que permiten obtener grasas sólidas o semisólidas como las margarinas, a partir de aceites vegetales.
Las grasas trans se encuentran en una gran variedad de alimentos procesados, sin embargo, para los consumidores no ha sido una tarea fácil detectarlas en los productos. Con frecuencia, están incluidas en la lista de ingredientes como “aceites vegetales parcialmente hidrogenados” y no como grasas trans, lo cual genera confusión.
Es imposible conocer el contenido de grasas trans en ciertos alimentos como galletas, tortas, croissants, hojaldres, helados y frituras, que se adquieren en panaderías, pastelerías, cafeterías, cantinas escolares y restaurantes. Por ese motivo, varios países europeos como Dinamarca y algunas ciudades de los EE.UU. como Nueva York han aprobado leyes que obligan a disminuir el contenido de estas grasas en los productos que venden esos establecimientos.
Este giro tan radical fue debido a múltiples evidencias de investigaciones que relacionan las grasas trans con el alza del colesterol LDL (colesterol malo), la disminución del colesterol HDL (colesterol bueno), el aumento de la resistencia a la insulina y, por lo tanto, el incremento del riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 y enfermedad cardiovascular.
Los efectos de las grasas trans en el sistema cardiovascular son aún más graves que los ocasionados por las grasas saturadas.
Estudios previos, tanto de observación como experimentales, han señalado que los ácidos grasos omega 3 están asociados a la disminución de las manifestaciones de hostilidad, agresividad y depresión.
Las grasas trans compiten, en las vías metabólicas, con los ácidos grasos omega 3, lo cual puede contribuir con el desarrollo de procesos inflamatorios y la disminución de los efectos favorables de los ácidos grasos omega 3.
Una vez más se confirma que todo lo que es dañino para la salud cardiovascular también lo es para la del cerebro.
Conclusiones
La relación entre un contenido elevado de ácidos grasos trans en la dieta y conductas agresivas se mantuvo incluso después de tomar en cuenta factores como sexo, edad, origen étnico, educación, consumo de tabaco y alcohol. Sin embargo, no se demostró una relación causa-efecto, ya que el estudio fue de observación.
Si en futuras investigaciones se llegara a probar una asociación causal entre el consumo de grasas trans y las conductas agresivas, entonces, podría afirmarse que sus efectos negativos perjudican tanto a la persona que las consume como a las personas con las cuales esta interactúa por las alteraciones de su comportamiento.
Esa sería otra razón de peso para evitar la ingesta de este tipo de grasas, sobre todo en entornos como escuelas y prisiones, según afirmaron los autores de la investigación.
Dra: Berdjouhi Tsouroukdissian