Los hombres que presentan manifestaciones de estrés crónico tienen un riesgo significativamente mayor de desarrollar diabetes tipo 2, en comparación con aquellos que reportan síntomas ocasionales de estrés, de acuerdo con un estudio publicado en la revista Diabetic Medicine, en su edición de enero de 2013.
El ensayo fue conducido por un equipo de investigadores de la Academia Sahlgrenska de la Universidad de Gotemburgo, en Suecia.
Investigaciones previas han demostrado que la activación crónica de la respuesta al estrés puede alterar una serie de procesos normales o fisiológicos del organismo y conducir al aumento del riesgo de desarrollar diversos problemas de salud como la enfermedad cardiovascular, trastornos digestivos, depresión, obesidad, afecciones dermatológicas, inmunológicas y alteraciones del sueño y de la memoria.
El estudio que nos ocupa agrega la diabetes tipo 2 a esta larga lista de afecciones que se han asociado al estrés crónico.
Los investigadores les hicieron seguimiento a cerca de 7.000 hombres durante un período de 35 años. Los participantes tenían entre 47 y 56 años y no presentaban, al inicio de la investigación, antecedentes de diabetes, accidente cerebrovascular o enfermedad de las arterias coronarias.
Durante el período de seguimiento, 899 hombres desarrollaron diabetes tipo 2.
A los participantes se les pidió, al inicio de la investigación, que calificaran el grado de estrés psicológico que experimentaban en una escala de seis puntos sobre la base de síntomas específicos como alteraciones del sueño, irritabilidad y ansiedad relacionados con las vivencias que experimentaban en sus hogares y el trabajo.
El grado de estrés psicológico fue clasificado en tres categorías:
- Estrés de muy baja intensidad.
- Estrés ocasional o periódico.
- Estrés permanente o crónico.
Después de 35 años de seguimiento, los resultados demostraron que los hombres que reportaron síntomas de estrés crónico presentaron un riesgo 45% mayor de desarrollar diabetes tipo 2, en comparación con los participantes que no experimentaron esas manifestaciones o las presentaron ocasionalmente.
El análisis estadístico de los resultados arrojó una asociación significativa entre el estrés crónico y la diabetes, incluso después de haber tomado en cuenta otros factores de riesgo relacionados con la diabetes tipo 2 como la edad, el estatus socioeconómico, la inactividad física, el índice de masa corporal y la hipertensión arterial.
El estrés: la respuesta del organismo ante cualquier amenaza
Nuestros antepasados, hace millones de años, tenían que lidiar con múltiples agresiones del medio ambiente y, por lo tanto, su sobrevivencia dependía de la capacidad que tenían de responder de modo rápido y eficaz ante la más leve señal de peligro como por ejemplo el encuentro con un depredador. Esta reacción se conoce como la respuesta de lucha o huída.
Este tipo de acontecimientos son infrecuentes en la actualidad, sin embargo, la respuesta sigue con nosotros. En nuestro mundo infinitamente más complejo las amenazas pueden presentarse como cuentas por pagar, exceso de carga laboral, múltiples responsabilidades en el hogar, problemas maritales o cualquier temor creado por nuestra imaginación.
Nuestro organismo interpreta esas circunstancias como peligros potenciales y activa la respuesta de lucha o huída, aun cuando esta no sea una opción muy útil o conveniente para enfrentar esas amenazas.
Activación de la respuesta al estrés
El hipotálamo, una pequeña estructura situada en la base del cerebro, pone en marcha el sistema de alarma, que prepara al individuo para dar la respuesta al agente agresor. De esta forma se activa el eje hipotálamo-pituitaria-adrenal, un complejo proceso que involucra el sistema nervioso y endocrino. A través de una serie de señales integradas por ambos sistemas, las glándulas suprarrenales, unas pequeñas estructuras situadas encima de los riñones, reciben los estímulos apropiados y liberan las hormonas del estrés: la adrenalina y el cortisol.
Cuando desaparece el agente externo que desencadena la respuesta, disminuyen los niveles de las hormonas y el organismo regresa a su estado de equilibrio. Pero, cuando los factores estresantes se activan de modo crónico, la respuesta de lucha o huída se mantiene “encendida”, lo cual conduce a la exposición excesiva del organismo a las hormonas del estrés.
Este complejo sistema de alarma natural también se comunica con las regiones del cerebro que controlan el ánimo, la motivación y el miedo.
¿Por qué el estrés psicológico puede conducir al desarrollo de diabetes?
Los autores señalan en el estudio que aun no están muy claros los mecanismos subyacentes mediante los cuales el estrés psicológico aumenta el riesgo de desarrollar diabetes. Sin embargo, consideran que la frecuente activación del eje hipotálamo-pituitaria-adrenal en las personas estresadas produce niveles elevados de cortisol. Esta hormona inhibe la acción de la insulina y, por otra parte, conduce al aumento de los depósitos de grasa en la región abdominal y, particularmente, de la grasa visceral.
Hasta hace relativamente poco tiempo, se consideraba que las células adiposas tenían una función pasiva como simples depósitos de grasa. Actualmente, se sabe que el tejido adiposo se comporta como un órgano con funciones metabólicas y endocrinas.
La grasa visceral se deposita alrededor de algunos órganos abdominales y es un factor de riesgo tanto de la diabetes tipo 2 como de la enfermedad cardiovascular.
Se ha comprobado que el aumento de los depósitos de grasa visceral incrementa la producción de unas proteínas llamadas citoquinas.
Algunas de estas citoquinas producen un estado de inflamación crónica y moderada en el organismo que conduce al aumento de la resistencia a la insulina y el desarrollo de diabetes tipo 2.
Por otra parte, el estrés psicológico está estrechamente relacionado con hábitos poco saludables: dietas mal balanceadas, exceso de ingesta de carbohidratos simples como el consumo de bebidas azucaradas y productos elaborados con harinas blancas refinadas y grasas saturadas que favorecen el desarrollo de sobrepeso y obesidad, ambas condiciones relacionadas con el aumento de la resistencia a la insulina que, en el caso de no ser tratada, conduce a la instalación de la diabetes tipo 2.
Igualmente, la inactividad física, el tabaquismo y el consumo elevado de alcohol son conductas frecuentes entre las personas estresadas. Todos estos factores se han vinculado al aumento de riesgo de esta afección.
El estudio demostró que el estrés crónico es un factor independiente asociado al desarrollo de la diabetes tipo 2, lo cual subraya la importancia de las medidas preventivas relacionadas con la salud mental que deberían implementar los profesionales de la salud, para reducir la incidencia de esta afección, que al igual que la obesidad ha alcanzado cifras alarmantes en muchas regiones del mundo.
Dra. Berdjouhi Tsouroukdisian
Un Comentario
JUAN CARRIZO
Muy bueno este articulo. FELICITACIONES IRENE POR ESTE PRIMER AÑO. GRACIAS.