Este es nuestro penúltimo artículo (Parte 1 y 2) de este conjunto de escritos de MiradorSalud, publicados en una segunda oportunidad – con algunos cambios -, siguiendo una secuencia conceptual y de ideas que tienen un hilo conductor. Comenzamos en febrero de 2005 con la epigenética, pasamos por el cerebro, el pensar, sentimientos y el cuerpo hasta llegar al ser humano como un Todo (cuerpo-cerebro-mente-emociones-sentimientos), teniendo a la neurociencia como contexto. Aquí vamos más allá de la descripción y conexión entre las partes de ese Todo/Quinteto, aspectos resaltados en previos artículos, y, ahora, conectamos estos elementos con la cognición con el fin de aprender a interpretar el mundo/realidad/lo que sucede fuera de la persona.
Introducción
Así que, el propósito de este artículo es relacionar el cuerpo-cerebro-mente-emociones-sentimientos con la cognición, adquisición y procesamiento de información, bajo el lente de la neurociencia. El intentar relacionar lo que comprendemos sobre el funcionamiento, comportamiento y los rasgos que nos identifican como personas, nos llevará a conocernos mejor a nosotros mismos y poner en práctica lo aprendido para ser una persona saludable, física y emocionalmente, hecho que impactará mi bienestar y el de aquellos quienes me rodean lo que podría ser el comienzo para cambiar una sociedad, acontecimiento muy trascendental en tiempos tan oscuros y convulsionados para la humanidad.
El avance de la neurociencia ha sido vertiginoso en tiempos recientes y está permitiendo conocer más el cerebro en un contexto natural. Por ejemplo, la aparición de la neurotecnología, que se encarga de analizar y comprender el Sistema Nervioso Central (SNC) y particularmente el cerebro humano. Esta tecnología está sustentada en el desarrollo de técnicas de aplicación electrónica y de ingeniería que permiten visualizar y controlar los procesos neurales, además de repararlos y mejorar sus funciones. La neurotecnología incluye el desarrollo de fármacos para la psicología, la clínica del cerebro u otros aspectos del funcionamiento básico del mismo; a modo de ejemplo, se están desarrollando microdispositivos con grafeno para decodificar señales cerebrales o el uso de la estimulación magnética en el Parkinson.
Sin embargo, a pesar de estos avances, al presente, todavía no se conoce a ciencia cierta cómo funciona ni donde se encuentra la mente, ni la fisiología de los circuitos neuronales que forman redes muy complejas cuando se procesa la respuesta ante un estímulo del ambiente, cómo fue explicado en “Cerebro-Neuronas-Neurotransmisores-Redes neuronales”. No se sabe cómo la mente elabora el pensamiento, aunque, se han estudiados los procesos bioquímicos que ocurren durante la comunicación neuronal.
Al comparar la neurociencia con la neurotecnología nos encontramos que la diferencia entre ellas radica en que la primera tiene como objetivo comprender los procesos/circuitos emocionales y la segunda, como ya se dijo, proporciona las herramientas para estudiar estos circuitos in vivo. Según António Damásio, la unión de ambos campos de estudio está abriendo nuevas posibilidades para desarrollar nuevas tecnologías que puedan mejorar la cognición y el comportamiento humano.
El Todo/Quinteto y la cognición
Comenzamos describiendo la cognición o la habilidad para asimilar y procesar la información que nos llega del ambiente externo o del interior del cuerpo y convertirla en conocimiento para comprender sus relaciones con ese Todo, que ahora llamaremos “Quinteto” para facilitar la explicación, como se verá más adelante. Esta habilidad comprende el aprendizaje, memoria, atención, leguaje, razonamiento, toma de decisiones que son los llamados procesos cognitivos, todo lo cual implica la experiencia y el crecimiento intelectual.
Estos procesos cognitivos residen en el cerebro humano, el órgano más complejo del mundo y de una extraordinaria belleza. Él controla la mente que nos define como individuos y nos permite pensar, sentir, emocionarnos, percibir y es el que determina nuestro comportamiento, el SER que somos, lo que uno sabe, nuestras creencias, el lenguaje, entre otros atributos de la cognición. “Yo soy mi cerebro”.
Hemos avanzado mucho en el estudio holístico de las interacciones entre el cerebro-mente-emociones-sentimientos, muy estudiado por Damasio y Nazareth Castellanos quién le agregó el cuerpo, integrando los 5 componentes en un “continuo todo”, formando un Quinteto. La Dra. Castellanos en este video nos explica cómo nuestros órganos y nuestro cuerpo esculpen nuestro cerebro; habla de la neurociencia del cuerpo en donde explica la interacción entre el cerebro y la postura corporal, el corazón, el intestino y la respiración, así como estos influyen en la mente. Ella señala: “el cuerpo sabe lo que la mente aún no sabe”.
Algunas de las interacciones cognitivas entre el cerebro y la postura corporal, el intestino, la respiración y el corazón descritas por Nazareth Castellanos son las siguientes:
1.- La postura corporal, definida como la posición que adopta la persona o como sostiene su cuerpo, lo que algunos llaman el lenguaje del cuerpo, interactúa con el cerebro en donde se refleja lo que dice la postura; es decir, es un indicador del estado de ánimo o del sentir de la persona que influye en la mente. Vale decir que es sensato realizar ejercicios posturales concentrándonos y poniendo atención en las áreas y músculos que intervienen en cada alineación del cuerpo con la columna vertebral; lo que. además, de influir positivamente en la mente, nos dan flexibilidad y bienestar corpóreo.
En general, si la postura es incorrecta, encogida, triste o refleja malestar y sumisión, los procesos cognitivos vinculados a la memoria y la atención serán afectados negativamente por lo cual perdemos capacidad de memorizar y de poner atención. Igualmente, si la postura muestra signos de estrés, entonces se segrega cortisol, la hormona del estrés. En fin, muestro cuerpo responde negativa e inconscientemente con posturas incorrectas cuando padecemos problemas o tristezas.
Entonces, se debe estar consciente de la postura que adoptemos, ya que ésta envía mensajes, positivos o negativos, que pueden afectar la comunicación; es decir, se puede transmitir malestar, intranquilidad, incomodidad o alegría y bienestar de acuerdo a la postura adoptada sin que la persona esté consciente. Concluyendo, para mantener una postura correcta se debe estar siempre conscientes de la misma, mantenerse activo y mantener el cuerpo bien alineado.
Ella agrega, el papel de la sonrisa, que involucra 17 de los 43 músculos faciales encargados de la expresión de emocional del rostro, es darle paz al semblante, mejorar el estado de ánimo, a la par de beneficiar al sistema nervioso, cardiovascular, endocrino y al sistema inmune. El “reír” y “mantener una postura beneficiosa para el cuerpo-cerebro” se debe convertir en un hábito porque su disonancia no solo nos afecta a nosotros mismos, sino también a los que conviven o socializan con nosotros.
2.- El intestino ha sido llamado el segundo cerebro porque tiene su propio sistema nervioso, posee una cantidad de neuronas, está en una comunicación constante con el cerebro, enviándole información sensorial por medio del nervio vago, y produce hasta un 90% de serotonina que influye en el estado de ánimo. De este ecosistema hemos hablado en profundidad en “Comunicación: Microbiota-Intestino-Cerebro”. Mil especies de los microrganismos comensales del intestino están ubicadas en el colón y forma parte del eje intestino-cerebro.
En el video, Nazareth Cstellanos explica que el eje que regula bioquímicamente el estado de ánimo tiene más impacto en las áreas del cerebro que controlan lo social (cómo se comunica uno con los demás, cómo vemos el mundo y cómo interpretamos lo que está sucediendo). La dieta formada por vegetales, legumbres, fibras, granos enteros y alimentos fermentados – yogurt – y ricos en polifenoles, así como el ejercicio físico afectan positivamente la microbiota, por el contrario, las toxinas ambientales y mucha cantidad de antibióticos la impactan negativamente. El intestino interviene en la mente con una sola direccionalidad intestino-cerebro, o sea que el intestino es el que envía información al cerebro y no al revés. Las emociones también afectan el movimiento intestinal, la diarrea o el estreñimiento, y, el estrés puede producir náuseas y vómitos cuando la barrera intestinal no mantiene la homeostasis, lo que produce cambios en la microbiota que causan neuroinflamación y neurodegeneración. En fin, el estilo de vida que contemple una dieta adecuada para este ecosistema puede definir la salud del individuo. “Imprescindible recordar que la salud de nuestro cerebro es un reflejo de nuestra salud intestinal.” ¡A comer sano!
3.- La respiración también media en el cerebro y moldea los estados mentales. El cerebro conoce el patrón de la respiración y, además, de oxigenarnos influye en la atención, memoria y regula las emociones. Aprender a respirar por la nariz y hacerlo lentamente calma las emociones, a más de actuar en el sistema límbico del cerebro. Ser más consciente de la respiración de igual forma fortalece la meditación.
4.- La relación cerebro-corazón nos plantea como percibimos el mundo cuando ambos se sincronizan. Cuando no ocurre la sincronización no se abre la puerta hacia la percepción y el corazón no nos habla. Cuanto más se comunica nuestro corazón con nuestro cerebro más pensamos en nosotros mismos. Este caso también se da cuando hay muchas personas en un evento público, entonces, los corazones de las personas se sincronizan y hay más comunicación entre los participantes.
Por medio del nervio vago se comunican el corazón y el cerebro, a la vez, el corazón tiene neuronas, cuyas señales tienen un efecto significativo en la función cerebral como el procesamiento emocional, la atención, la percepción, la memoria y resolución de problemas.
Resumiendo, la interacción del cerebro con el cuerpo, intestino, respiración y corazón:
.- La postura corporal actúa en la memoria, identidad, emociones y salud mental.
.- El intestino influye en el aprendizaje, estado de ánimo y emociones.
.- La respiración media la atención, memoria y emociones.
.- El corazón interviene en la percepción, emoción e identidad;
Nazareth reflexiona: solo debemos vivir el ahora, vivir el presente porque nos ayudará a tomar consciencia de nuestro cuerpo y ser feliz por estar viviendo la vida por dentro y por fuera, simultáneamente.
Finalizamos con Antonio Damasio, él comenta “las emociones en el cuerpo preceden a los sentimientos en la mente después de percibir las reacciones y relacionarlas con el objeto que las ha causado”, de esta forma se construye el cuerpo como un quinteto. Agrega: “Una persona hiper-racional que intenta razonar sus decisiones sin la emoción es, de hecho, incapaz de alcanzar decisiones correctas”.
Estímulo, receptores sensoriales, percepción, mente, comportamiento
Abordaremos el tema de la mente con un compendio muy reducido de ese camino que se construye cuando un estímulo llega a un órgano sensorial y se transforma en conducta, esquematizado así:
Estímulo externo — Neuronas — Sinapsis/comunicación — Circuito neuronal/liberación de neuroquímicos — Emoción — Reacción/comportamiento.
Este recorrido hasta producir un sentir y una conducta ha sido muy bien explicado en los artículos: “¿Cómo funciona la mente?” y “Cerebro – Neuronas – Neurotransmisores – Redes Neuronales. Parte 1 y Parte 2”.
En este trayecto participan procesos cognitivos como la percepción, la mente y la consciencia; conceptos significativos, que constituyen la materia prima del pensamiento, guían el camino del logro de una salud mental y aportan indicios sobre cómo trabajan el cerebro y la mente.
Iniciamos este proceso con los sentidos u órganos sensoriales que son la puerta de entrada del estímulo o cambios que ocurren en el entorno al cuerpo y son los que permiten obtener información de lo que ocurre a nuestro alrededor o internamente en el organismo. A saber, mediante la función de la sensación ocurre la traducción del estímulo a un impulso nervioso por medio de procesos electroquímicos. Es importante diferenciar el estímulo de la sensación: el estímulo es una señal, externa o interna, que excita a un receptor sensorial y la sensación es la respuesta que produce ese estímulo.
Es decir que los sentidos, cuando presentan la información del entorno activan a estas células sensibles y, entonces, ellas transforman la energía del estímulo físico en un potencial de acción que se traduce a impulsos eléctricos y químicos. Estas señales nerviosas pueden entonces viajar hasta el cerebro donde son procesados por la mente. De esta manera, los sentidos son la primera vía que el cuerpo tiene para ver la realidad, conocer lo que sucede y comprender el mundo en el cual se vive. Es así que: “El cuerpo percibe antes lo que la mente aún no sabe”.
El ser humano tiene 8 sentidos sensoriales: los 5 muy conocidos -vista-oído-olfato-gusto-tacto- en donde se encuentran los receptores que captan la información que proviene del exterior. A la vez, tenemos tres sistemas internos que nos transmiten información de lo que ocurre en el interior del cuerpo. Estos sistemas son la interocepción, por medio de la cual se perciben las sensaciones internas del cuerpo como la respiración, el hambre, los latidos del corazón, entre otras; la propiocepción que permite darse cuenta o tener consciencia de la posición, movimiento, tensión muscular y articulaciones del cuerpo sin necesidad de usar la vista; a la par, la propiocepción utiliza la información que proviene de los receptores sensoriales, músculos, articulaciones y tendones, a la par, que ayuda a incrementar la consciencia corporal o capacidad de estar atento y de percibir sensaciones físicas y emocionales que experimentamos internamente en el cuerpo; el tercer sistema es la entrada vestibular ubicada en el oído interno que se encarga del equilibrio y la postura.
En fin, el cuerpo como receptor, almacenador y comunicador del mundo sensorial es crucial para la toma de decisiones, el avance de la cognición y sin él no puede funcionar el cerebro.
Percepción de los estímulos sensoriales
Los procesos cognitivos del cerebro se inician con la percepción que inicialmente se encarga de interpretar o moldear la información que viene del entorno a través de los sentidos. Después de que el estímulo provoque la sensación y antes de que esta actividad neural sea transmitida al cerebro para ser procesada y provocar una respuesta pasa por el tamiz de la percepción.
“La percepción es la manera cómo el cerebro interpreta las sensaciones que recibe de los sentidos y elabora una determinada impresión, consciente o inconscientemente, acerca de la realidad del entorno”. A la vez, la percepción es el primer proceso cognoscitivo de los eventos mentales, mediante, la cual, el cerebro selecciona, organiza e interpreta la sensación a partir de la historia personal y experiencia grabadas en la mente.
En general, la percepción organiza e interpreta el estímulo/información de acuerdo a lo almacenado del pasado sociocultural en la memoria (familia, creencias, educación, valores, socialización, aprendizaje, cultura y experiencias), al interior del cuerpo humano (dolor en una pierna o en el estómago) y a las nuevas experiencias. Así que esta impresión es parcialmente pre – influenciada por el pasado.
Al mismo tiempo, la percepción puede ser automática o consciente. La primera, asociada a un comportamiento mecánico, es subjetiva, aprendida, inconsciente, reiterativa y rápida porque el estímulo o información es conocido por la memoria inconsciente, no necesita atención y se realiza sin o con poco esfuerzo; por ejemplo, caminar, comer, bañarse, manejar, entre otras conductas rutinarias, y ocupan el 95% de las actividades del día a día porque requieren poca energía. También pueden ser reacciones ante el peligro, personas o situaciones aprendidas que escapan al control consciente y se convierten en un hábito.
Igualmente, la percepción puede ser consciente cuando el comportamiento es el resultado de un proceso cognitivo pensado, analizado y también contrastado con la historia personal; ésta ocupa el 5% de nuestro actuar porque necesita mucha energía ya que no es una reacción, sino una respuesta que requiere de acciones o comportamientos dirigidos a un fin. Su resultado es afín a comportamientos flexibles, conscientes y reflexivos.
A la par, la percepción es una virtud de nuestro cerebro porque puede cambiarse con el refuerzo de nuevas experiencias, hábitos y pensamientos, moldeando, en consecuencia, una nueva realidad. Su importancia radica en que somos así (porque nos define), a la vez que, podemos también cambiar y ser distintos, si se desea y se tiene disciplina. Ver de nuevo “¿Cómo funciona la mente?”
En fin, la información sensorial no puede transformarse, en cambio, la percepción o atención a la misma sí puede cambiarse, hecho que muestra otro vértice de la interrelación cerebro – mente. Entonces, es muy importante tener nuevas experiencias, aprender y practicar, practicar y practicar para transformar nuestra persona o nuestro YO.
En la segunda parte trataremos el tema del desarrollo y funciones de los procesos cognitivos y descripción y funcionamiento del cerebro/mente.
Irene Pérez Schael
Imagen: Mayo Foundation for medical education and research
NOTA: Este texto tiene 2 partes, 1 y 2. En la segunda trataremos el tema del desarrollo y de las funciones de los procesos cognitivos





















4 Comentarios
Coromoto Tomei
Excelente toda esta información e integración
Mirador Salud
Gracias Coromoto, me alegra que sea útil y bien aprovechado el contenido
Saludos
Irene
Alicia Ponte
La memoria sensorial como fuente de satisfaccion emotiva es un privilegio que no debemos desaprovechar. Gracias querida Irene
Mirador Salud
Es así querida Alicia