Las naranjas y las toronjas, además de refrescarnos en una tarde calurosa con su delicioso sabor, nos aportan un componente que aleja la posibilidad de los temidos accidentes cerebrovasculares, de acuerdo con un estudio publicado el 23 de febrero en la edición en línea de la revista Stroke: Journal of the American Heart Association.
Los autores de este estudio prospectivo examinaron cómo el consumo de un tipo de flavonoide, que contienen las frutas cítricas, afecta el riesgo de accidentes cerebrovasculares isquémicos (bloqueo por coágulo) en mujeres.
Los flavonoides son una clase de compuestos fitoquímicos que se encuentran presentes en frutas, vegetales, té, chocolate oscuro y vino tinto. Estudios previos han reportado el efecto protector que ejercen los flavonoides en el sistema cardiovascular. Sin embargo, el mecanismo de acción de los flavonoides no está del todo claro. Algunas investigaciones señalan que los flavonoides tienen propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, reducen la oxidación del colesterol LDL o colesterol “malo” y, además, mejoran la función del endotelio vascular (una capa fina de células que recubre la superficie interna de los vasos sanguíneos).
Los autores del estudio evaluaron datos provenientes de 14 años de seguimiento del Estudio de las Enfermeras de USA (“U.S. Nurse»s Health Study”). Participaron 69.622 mujeres. Cada cuatro años reportaron las características de la alimentación que consumieron y detalles de la ingesta de frutas y vegetales.
Los investigadores examinaron la relación de las seis subclases de flavonoides más comunes, con el riesgo de desarrollar accidentes cerebrovasculares isquémicos y hemorrágicos.
Durante el seguimiento que se les hizo a las participantes se diagnosticaron 1.803 accidentes cerebrovasculares.
Los autores del estudio no hallaron una asociación beneficiosa entre el consumo total de flavonoides y el riesgo de accidentes cerebrovasculares isquémicos. Sin embargo, las mujeres que consumieron las cantidades más altas de flavanonas, uno de los seis tipos de flavonoides, presentaron un riesgo 19% menor que aquellas que consumieron las cantidades más bajas.
Los investigadores encontraron que 82% de las flavanonas que consumieron las participantes provenían de las naranjas y su jugo, mientras que la toronja y su jugo aportaron 14%.
Las mujeres que reportaron la ingesta más baja de flavanonas consumieron 150 miligramos por día o menos, mientras que aquellas que integraron el grupo de más alta ingesta de flavanonas consumieron más de 470 miligramos al día.
Una porción promedio de fruta cítrica contiene de 45 a 50 miligramos de flavanonas.
Los autores recomiendan aumentar la ingesta de fruta cítrica en lugar del jugo, debido al alto contenido de azúcar que contienen los jugos, tanto naturales como comerciales.
La vitamina C, previamente considerada como factor de protección cardiovascular, no estuvo asociada a reducción de riesgo de accidentes cerebrovasculares, en esta investigación.
Aun cuando este estudio revela una asociación clara entre el consumo de flavanonas y un menor riesgo de accidentes cerebrovasculares, incluso después de tomar en cuenta otros factores como el ejercicio, no fumar, etc., no prueba una relación causa efecto.
Los autores consideran necesario confirmar estos resultados con más estudios prospectivos, que permitan una mejor comprensión de la asociación epidemiológica observada en este estudio entre el consumo de frutas cítricas con alto contenido de flavanonas y reducción de riesgo de accidentes cerebrovasdulares.
Dra. Berdjouhi Tsouroukdissian