El uso generalizado de los edulcorantes artificiales no calóricos en las bebidas y alimentos con la finalidad de combatir el sobrepeso, la obesidad y la diabetes podría cambiar la composición y función de la población de bacterias del intestino, lo cual podría contribuir con el desarrollo de la intolerancia a la glucosa, que es el primer paso hacia la diabetes tipo 2 y el síndrome metabólico.
Estos hallazgos fueron el resultado de un estudio publicado en la prestigiosa revista Nature, el 17 de septiembre de 2014, y realizado por un equipo de investigadores del Weizmann Institute of Science de Rehovot (Israel), quienes colocaron nuevamente sobre el tapete el polémico debate sobre los riesgos asociados al consumo de edulcorantes como la sacarina, el aspartame y la sucralosa, que forman parte de los aditivos alimentarios más comunes y son consumidos por cientos de millones de personas en todo el mundo.
Después de todo, los edulcorantes artificiales no calóricos fueron creados para prevenir o evitar alteraciones metabólicas como la intolerancia a la glucosa y otras afecciones relacionadas con la diabetes, el sobrepeso y la obesidad. Sin embargo, de acuerdo con el presente estudio, su efecto es justo lo contrario.
Los edulcorantes artificiales no se digieren ni se absorben, por lo tanto, no aportan calorías. Sin embargo, al pasar por el tracto gastrointestinal estas sustancias pueden afectar el microbioma intestinal, constituido por un vasto ecosistema de bacterias. Estos microorganismos desempeñan un papel importante en la fisiología de nuestro organismo como, por ejemplo, extraer nutrientes de los alimentos, que pueden detener el crecimiento de tumores y producir ácidos grasos de cadena corta que inhiben la síntesis de colesterol por parte del hígado.
Para averiguar si los edulcorantes artificiales alteran realmente la composición y función de las bacterias intestinales beneficiosas, los autores del estudio que nos ocupa se embarcaron en una serie de experimentos realizados tanto en ratones como en humanos.
Los investigadores le dieron a un grupo de ratones agua mezclada con un edulcorante artificial, que podía ser sacarina (Sweet’N Low), sucralosa (Splenda) o aspartame (Equal), en cantidades equivalentes a las permitidas por la Agencia de Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés). Al cabo de una semana, estos ratones desarrollaron intolerancia significativa a la glucosa, mientras que los ratones del grupo control, que bebieron agua o agua con azúcar, presentaron niveles normales de glucosa en sangre.
Posteriormente, los investigadores trataron al grupo de ratones que presentaban intolerancia a la glucosa con antibióticos durante cuatro semanas para erradicar buena parte de sus bacterias intestinales y observaron una reversión completa del efecto de los edulcorantes artificiales sobre el metabolismo de la glucosa y, por lo tanto, los valores de glucemia se normalizaron. Esta fue la primera evidencia de que las bacterias del intestino de los ratones habían sido afectadas por el edulcorante artificial.
En otro experimento, los investigadores trasplantaron las heces de ratones que habían consumido edulcorantes artificiales, que contenían una gran cantidad de bacterias intestinales, a ratones “libres de gérmenes”. Al cabo de seis días, los ratones receptores del trasplante desarrollaron intolerancia significativa a la glucosa.
Estos hallazgos fueron la prueba concluyente de que los cambios que se produjeron en la composición y función del microbioma intestinal tenían relación con la ingesta de edulcorantes artificiales. Por tanto, estas alteraciones de las poblaciones bacterianas fueron directamente responsables de los efectos nocivos que se observaron en el metabolismo de la glucosa de los ratones afectados.
Una caracterización detallada del microbioma de estos ratones mediante su análisis genético reveló cambios importantes en la composición y funciones de sus poblaciones bacterianas, después de la exposición a los edulcorantes artificiales, lo cual aumentó la propensión de los ratones a la obesidad y la diabetes tipo 2.
¿Afectan los edulcorantes artificiales el intestino humano?
En esta fase del estudio, los investigadores analizaron un grupo de 381 personas que participaban en el Proyecto Personalizado de Nutrición (Personalized Nutrition Project), el mayor ensayo en humanos realizado hasta la fecha para evaluar la conexión entre la nutrición y el microbioma intestinal. Los autores observaron que las bacterias intestinales de las personas que consumían de manera regular edulcorantes artificiales tenían una composición diferente al microbioma de las personas que no los ingerían. También encontraron que el consumo regular de edulcorantes artificiales se asociaba a sobrepeso, obesidad, y niveles de la glucemia en ayunas por encima del rango normal.
Por último, los investigadores realizaron un experimento que incluyó siete voluntarios sanos, no obesos que no consumían regularmente edulcorantes artificiales. Durante una semana, estas siete personas recibieron dosis altas de edulcorantes artificiales. Se les suministró un monitor que les medía la glucemia cada cinco minutos y, además, se les analizó la composición del microbioma intestinal.
Cuatro participantes desarrollaron intolerancia a la glucosa, mientras que las otras tres personas no presentaron ningún cambio.
Los investigadores descubrieron dos poblaciones diferentes de bacterias del intestino humano, una que inducía intolerancia a la glucosa cuando se exponía a los edulcorantes artificiales, y otra comunidad bacteriana que no producía alteraciones metabólicas. Los autores concluyeron que ciertas bacterias intestinales, en presencia de los edulcorantes artificiales, producen sustancias que provocan una respuesta inflamatoria que afecta la capacidad del organismo para utilizar la glucosa.
Reevaluar las indicaciones del consumo de edulcorantes artificiales
Los edulcorantes artificiales recibieron la denominación de seguros para el consumo humano en momentos en que no se contaba con la información que tenemos hoy día.
Los hallazgos de este estudio son un alerta y sugieren una reevaluación del consumo masivo de estas sustancias con base en los actuales conocimientos sobre el microbioma y los avances en el campo de la nutrición, genética y epigenética.
Dra. Berdjouhi Tsouroukdissian
2 Comentarios
María Gabriela Blonval
A qué grupo de edulcorantes pertenece la Estevia ? Es verdad que es completamente natural, o su ingestión conlleva los mismos riesgos de cualquier edulcorante?
Gracias.
Mirador Salud
Estimada María Gabriela,
La Estevia es un endulzante natural sin calorías. No fue incluido en este estudio, por tanto, no hay pruebas de que afecte la flora intestinal. Le envío enlace de un artículo publicado por MiradorSalud sobre Estevia: https://miradorsalud.com/site/stevia-un-edulcorante-natural-sin-calorias/
Saludos,
Berdjouhi Tsouroukdissian