A mis consecuentes lectores de Mirador Salud mis disculpas por la ausencia del mes pasado. Espero que los aprendizajes obtenidos con esta experiencia de mudanza puedan ser transmitidos e inspirarlos con el contenido de esta entrega.
Primeramente, comparto algo de contexto sobre esta mudanza. Una de mis hijas y su esposo compraron una propiedad con posibilidades de renovación, pensando añadir o dividir el espacio y crear un pequeño apartamento independiente para mí. Para hacer el cuento corto, el proceso estimado en un año, demoró más de dos. El primer regalo de esta pasantía de transición fue la invitación de mi hija mayor y su familia, a pasar unas vacaciones – tiempo abierto – en su casa en Irvine. Estas vacaciones inesperadas en un grato lugar, más distante de mi área habitual complicó mis cotidianos andares, pero al mismo tiempo me proporcionaron gratos momentos para profundizar y disfrutar de las relaciones con ella, su esposo y mi nieto ya de 21 años.
Hace un tiempo leí un estudio sobre situaciones vivenciales y estresantes en la vida de una persona y las mudanzas formaban parte de la lista. Decidí actualizar esta información y para mi sorpresa encontré que estaba basada en la Escala de Calificación de Reajuste Social de Holmes & Rahe en 1967, popular por varias décadas. Variaciones sobre la misma y su aplicación en diferentes poblaciones fue revelando parte de sus limitaciones. Originalmente sus objetivos aspiraban evaluar el estrés al cual individuos son expuestos por distintas circunstancias de la vida. Esto se lograba aplicando unidades ponderadas a eventos en la vida de una persona. Esta valoración estaba basada en la cantidad estimada de cambio o reajuste requerido por cada evento de parte del individuo que lo experimentaba. Su mérito fue haber destacado la asociación entre los eventos de vida y niveles de estrés o enfermedad.
La utilización de escalas para medir el impacto en el bienestar de las personas ha generado distintos tipos de críticas. Desde la psicología social, donde resaltaron las limitaciones de aplicar una escala, derivada a partir de una muestra de adultos americanos, blancos, de clase media, a poblaciones diversas con diferentes valoraciones de lo que les impacta en la vida. Por ejemplo, en la “Valoración de Sucesos Vitales: Adaptación Española de la escala de Holmes y Rahe” realizada en el Departamento de Psiquiatría y Psicología Médica, Universidad de La Laguna, Tenerife, se planteó una crítica importante. Encontraron que “las diferencias con los valores establecidos en el estudio original son considerables para algunos elementos y demuestra el condicionamiento sociocultural de las escalas de sucesos vitales”.
Con el tiempo, el uso de escalas con intención de ser usadas en la población general se ha hecho más concreta al incluir eventos que impactan a mujeres, minorías y otras poblaciones. A la vez, investigadores han desarrollado listas dirigidas a distintos grupos de edad y poblaciones especiales, incluyendo niños, adolescentes y adultos mayores. También, el enfoque de estas listas se ha modificado desde el paradigma de reajuste a un énfasis en eventos negativos o indeseables. Esta tendencia fue motivada por resultados de investigaciones, donde se encontró que los cambios indeseados o negativos eran mayormente predictores de problemas de salud.
A pesar de su popularidad, estas escalas han sido criticadas, arrojando dudas en su fiabilidad y validez como medidas de exposición a fuentes de estrés. La vaguedad y generalidad de las preguntas pueden llevar a los participantes a reportar, en exceso o ausencia, de la ocurrencia de eventos, considerando eventos menores como mayores. Estas escalas también han sido criticadas por incluir eventos que pueden ser confundidos con estados emocionales o dolencias psiquiátricas.
Por otra parte, al generalizar el impacto de eventos se ignoran las diferencias individuales que capacitan a un individuo para afrontar dificultades en distinta forma, dependiendo de sus condiciones, historia personal y capacidades emocionales desarrolladas para el reencuadre cognitivo. El impacto de la muerte de un familiar será distinto, dependiendo de la intensidad de la relación con la persona, si ha sufrido otras dificultades durante el mismo período, o si ha sucedido dentro de circunstancias traumáticas, guerras, asaltos.
La conclusión que obtengo de esta información y de las múltiples mudanzas (involuntarias y voluntarias) a lo largo de mi vida, es que mientras más preparados estemos para afrontarlas, podremos apreciar mejor los regalos de crecimiento personal y de experiencia de cambio que nos brindan. Revisando los regalos con los que me he encontrado esta vez, me doy cuenta que algunos no los he abierto todavía, que otros estoy en proceso de descubrirlos y alguno más creo que se convertirá en proyecto a desarrollar.
Ahora, finalizando mi séptima década de vida y como emigrada con recursos limitados y grandes deseos de independencia, se han unido varios motivos de incertidumbre en esta nueva mudanza. Afortunadamente, he contado y cuento con: mi actitud positiva ante los desafíos, hijos que me apoyan en la medida de sus posibilidades y amigos que me brindan consuelo cuando mi ánimo o salud decaen. Todo ese entorno afectivo y motivacional me entusiasma a crear estrategias cónsonas con mi realidad interna para cuidar de mi bienestar físico, emocional y espiritual en los tiempos por venir.
A continuación, enumero prácticas que recomiendo porque las he puesto en práctica, incluyendo otras que constituyen nuevos retos para mí en esta nueva mudanza. Cada situación es diferente y también las condiciones personales son distintas. Espero que al explorarlas los inspiren a desarrollar nuevas capacidades para el crecimiento personal.
Prácticas para disfrutar los regalos de una mudanza
- Práctica de adaptabilidad y flexibilidad
Mudarse requiere adaptarse a un nuevo entorno, nuevas rutinas y seguramente nuevas personas o relaciones. En mi caso particular, nos hemos mudado sin haberse terminado los trabajos de renovación de la casa. Muchas cosas dentro de la casa requieren ajustes, a la vez que se están reparando y pintando las fachadas. Obreros entran y salen de mi apartamento. Es difícil no traer sucio extra en los zapatos. Sin embargo, aceptar y apreciar las ventajas de habernos mudado antes de estar lista la obra, ha permitido detectar defectos o problemas a tiempo de arreglarlos. No sabemos a ciencia cierta cuando la parte física e instalaciones estará lista para poder ocuparnos del jardín y de las plantas que nos trajimos de la otra casa. Así que esta práctica ha traído en consecuencia el aceptar la incertidumbre y mientras tanto me concentro con atención plena en hacer lo que es prioritario en el momento.
- Práctica de organización y planificación
Ya sabemos que cualquier mudanza requiere un trabajo previo indispensable. Debemos organizar las pertenencias, coordinar fechas (en este caso con variables externas cambiantes) y gestionar recursos para hacerlo posible. Indudablemente que haber pasado por otras experiencias de mudanza ayuda, pero lamentablemente sólo hasta cierto punto. Revisando mentalmente las distintas mudanzas que me han correspondido, reconozco que ese trabajo previo fue distinto en cada caso. Creo que tiendo a ser precavida y eso me motiva a planificar con antelación lo necesario. Sin embargo, recuerdo la ocasión, cuando me mudaba de mí país en forma definitiva, que llegaron como 6 empleados de la agencia de mudanza a ayudarme a empacar lo que faltaba. Recuerdo el torbellino dentro de mi apartamento y yo tratando de poner orden en lo que iba en las enormes cajas. Muchas de estas cajas no las abrí sino cuatro años después. Obviamente, no tenía idea lo que había en cada caja, aunque estaban etiquetadas de alguna manera. Para que se sonrían…cuando estaba abriendo una de las últimas cajas en la tercera ciudad, siento un paquete relativamente pequeño y bien envuelto pero muy pesado. No pude adivinar lo que tendría y cuando lo abrí me recordé de la caja donde guardaba piedras que usaba para arreglos florales. Viajaron desde Caracas, pasaron por Denver, quedaron en un depósito y finalmente estuvieron dos años en el garaje del apartamento en Torrance, donde viví siete años, hasta la pandemia. Obviamente, yo no vi cuando la empacaron cuidadosamente los de la mudanza.
- Práctica de desapego y priorización
La historia de las piedras, aunque fue producto de descuido y falla de organización se relaciona con esta importante nueva práctica de desapego y priorización. Generalmente, cuando nos mudamos, también debemos decidir qué objetos son realmente importantes y cuáles pueden ser donados o descartados. Para la mudanza caraqueña, con mucho placer hice una reunión/merienda para que mis amigas escogieran plantas que había cuidado con esmero. Años después recibí reportes de lo feliz que ellas estaban con las plantas. También me sentí muy feliz de donar a la biblioteca de la Facultad de Arquitectura los libros que podían ser útiles allí. Indudablemente, este proceso nos enseña sobre el desapego material y lo que es realmente significativo para nosotros.
Sin embargo, como apunté al inicio, esta vez entran en juego otras variables: edad, salud, presupuesto, país. He visualizado adoptar en lo posible una forma minimalista de vivir, deseando simplificar mi vida hasta donde sea posible. Estoy haciendo una revisión profunda de la manera como viviré de ahora en adelante, donde no harán falta los manteles bordados, ni otros objetos que forman parte del recuerdo de una vida pasada, que no volverá. Además, por suerte, me ayuda en este proceso selectivo el espacio disponible más pequeño, que mi hija y su esposo han dotado de todas las comodidades para hacerme la vida lo más agradable posible teniéndolos al lado como vecinos.
- Práctica para expandir horizontes
Esta práctica es mi proyecto reto. Desde que emigré hace 14 años se me ha hecho difícil tener una comunidad de amigos cercanos e involucrarme con grupos afines en forma consecuente dentro de una cultura tan distinta a la nuestra. Me apoyo principalmente en mis hijas y sus familias y me he acostumbrado a hacer actividades por mi cuenta. He hecho intentos diversos para relacionarme, como participar en un grupo de excursión o en otras actividades, pero por distintas razones no he logrado consolidar amistades como las que aspiro tener. Siento que me ha faltado la motivación emocional para hacerlo, aunque reconozco lo importante que son las relaciones cercanas para mi bienestar en estas últimas décadas de vida.
Esta mudanza me coloca en otro sitio, con otros vecinos y con facilidades cercanas distintas, a la vez que vivo en un apartamento independiente. Creo que debo aplicar las prácticas anteriores para lograr este propósito y dedicar tiempo para explorar mi propósito de vida y nuevas actividades que me brinden satisfacción y significado. Así como también experimentar maneras de hacer más gratas las comunicaciones a distancia.
Espero disfruten estas prácticas, aunque no necesariamente se estén mudando. Para comentarios o ideas sobre temas que quisieran abordara en mis entregas no duden en comunicarse conmigo a través de Mirador Salud o mi correo. Muy agradecida por su lectura.
Jeannette Díaz
Fotografía: Kadarius-seegards-exOn96UaLfl de Unsplash
Nota sobre la autora:
Jeannette Díaz es Doctora en Educación de la Universidad de Massachusetts, Amherst, Profesora Titular Jubilada de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Central de Venezuela. Durante sus 28 años como docente, Coordinadora Académica y Coordinadora de Investigación disfrutó siendo mentora y coach de estudiantes y profesores apoyándolos en el desarrollo de sus habilidades creativas y progreso en sus carreras docentes. Formalizó esta área de interés cursando estudios y obteniendo la Certificación como Integral Master Coach® de Integral Coaching Canada. Es miembro de la Federación Internacional de Coaches en el nivel Profesional (PCC). Actualmente trabaja como coach, ayudando a profesionales creativos, arquitectos y emprendedores a cerrar la brecha entre sus expectativas y logros alcanzados. Página web de Jeannette Díaz.
2 Comentarios
Alicia Ponte
Jeanette querida, que hermosa tu narrativa sobre las mudanzas… Mi historia se parece y no… porque mi lugar, mi hogar, siempre ha sido en Venezuela, al menos hasta ahora. Y sin embargo, me ha tocado múltiples veces, por las pasantías de trabajo e investigación que he hecho, mudarme a diversos lugares por períodos cortos… Quizás en mi caso eso me ha ayudado a tener un gran desapego a las cosas…incluso, ocurría en algunos casos que los utensilios podrían ser heredados por diversas personas en serie y podían varios años después regresar a ti. Quizás en mi caso el desapego más difícil de manejar ha sido el de los innumerables amigos que tengo en muchos lugares con quienes aun conservo en muchos casos comunicación. Expandir horizontes, hermosa forma de llamarlo. Gracias!!!
Jeannette Diaz
Querida Alicia, mil gracias por leerme y por complementar mis historias. Al final lo que nos une es la necesidad que tenemos de conservar los amigos y cultivar nuevos donde vamos. En estos tiempos con la tecnología que disponemos pareciera más fácil mantener el contacto, pero para mi, nada sustituye un cálido abrazo y una mirada comprensiva de un amigo de siempre. Espero que mas pronto que tarde podamos conocernos via digital al menos para disfrutar de las expresiones que seguramente acompañan lo que dices. Toda la energía positiva para ti desde la costa del Pacífico.