A Héctor Arrechedera y colegas de la Escuela de Computación de la Facultad de Ciencias de la UCV:
Un artículo del Journal of Nutrition Education and Behavior (enero/febrero 2013) publicado por Dra. Melanie Hingle y su equipo del Departamento de Ciencias de la Nutrición de la Universidad de Arizona, en Tucson, presenta los resultados de una investigación que, con resultados positivos, investiga la efectividad de utilizar mensajes de texto con contenidos de salud y nutrición dirigidos a adolescentes.
Los mensajes se diseñaron con la participación e insumos proporcionados por los mismos jóvenes, lo cual a su vez resulta en una mejor comprensión de sus estilos de vida.
Un estudio previo publicado en el Journal of Telemedicine and Telecare, encontró que la mensajería de texto “customizada” o hecha a la medida, es otra herramienta muy efectiva para el tratamiento multidisciplinario de la obesidad, aceptado por los adolescentes como una forma agradable de ayudarlos en sus esfuerzos de cambio a estilos de vida saludable.
De acuerdo con empresas de investigación de consumo estadounidenses, los adolescentes norteamericanos reciben mensualmente un promedio de 3.417 mensajes de texto (aprox. 114 textos diarios). Según los Centers for Disease Control, la alta prevalencia de obesidad en adolescentes está asociada a conductas alimentarias como una ingesta insuficiente de frutas y hortalizas (F&H) y de jugos, de alimentos ricos en calcio, saltarse el desayuno, aumento de la frecuencia de comida, alto consumo de bebidas azucaradas y de calorías totales.
El objetivo de este estudio fue desarrollar mensajes y probar un protocolo de entrega vía telefonía celular, diseñado con la participación de los propios jóvenes, de manera que pueda influir en su conocimiento de nutrición y actividad física (AF), y eventualmente, sobre sus actitudes y conductas.
Los participantes fueron 177 adolescentes entre 12 y 18 años, reclutados de 11 programas juveniles a través de educadores y líderes de programas juveniles del estado de Arizona, con un amplio espectro de intereses: medio ambiente, justicia social, deporte, ciencia y tecnología, compromiso cívico, liderazgo/desarrollo juvenil, y artes (música, danza y diseño).
Se emplearon -a lo largo de un período de 1 año completo- 8 grupos focales, 4 discusiones en aula en clases de ciencia y de educación física, y un estudio piloto de 8 semanas para explorar los conceptos de los mensajes y probar su efecto en los destinatarios.
Los datos fueron recogidos en 3 fases empleando un enfoque participativo de los jóvenes:
Fase 1: Identificación de contenidos de nutrición y AF. Se usó información publicada en revistas, publicidad y medios para adolescentes, portales oficiales de salud, nutrición y prevención, y los resultados de una encuesta realizada a estudiantes que recién ingresaban en la Universidad de Arizona, a quienes se les pedía escribir las 3 preguntas principales que tuviesen relativas a nutrición y AF.
Con esto se desarrollaron alrededor de 300 mensajes de prueba sobre los siguientes tópicos: dietas energéticamente densas, tamaño de las porciones, aumento de la ingesta energética, de la ingesta de bebidas azucaradas, baja ingesta de F&H, consumo frecuente de comida rápida y de comida fuera de casa, AF, y consumo infrecuente de desayuno.
Se emplearon varios formatos y estilos de manera de probar los preferidos por los jóvenes: 3 tipos de mensajes cortos (“factoides”) en ?160 caracteres: p ej. Una lata de refresco tiene 10 cucharaditas de azúcar añadida; y 4 tipos de mensajes más largos (encuestas, escenarios, “quizzes” y recetas) creadas de manera de “enganchar” a los jóvenes con el contenido.
Fase 2: prueba de los mensajes y refinamiento. Se realizaron “grupos focales” dirigidos por expertos en investigación cualitativa para identificar cómo respondían al concepto de mensajería de texto sobre salud y nutrición, categorizar los mensajes, escoger los formatos y “fraseo” más atractivos, y solicitar tópicos no representados. Los resultados se llevaron para su refinamiento, a discusiones en clases.
Fase III: Prueba piloto (8 semanas) de un protocolo de entrega de mensajes empleando teléfonos móviles provistos por el estudio, y envío de los mensajes desarrollados y refinados. A cada estudiante de la Fase 3 se le entregó un teléfono celular (Windows Mobile, HTC Touch Pro 2) de manera de no alterar los planes de data en sus propios teléfonos, y asegurar que estudiantes de todos los grupos socioeconómicos participaran con la misma tecnología.
Se emplearon 2 aplicaciones de software: En las semanas 1-4, los mensajes eran enviados usando la aplicación My Experience (versión 0.9.1, Intel Research Seattle and Universityof Washington, Seattle, WA.) para ser recibidos diariamente en horas preestablecidas. Durante las semanas 5-8 se empleó la aplicación Google»s Voice-to-SMS para enviar los mensajes a una frecuencia de 1/día. Un mensaje adicional tipo ‘‘teaser’’ fue enviado una vez a la semana para estimular la interacción con contenidos adicionales precargados en los teléfonos por el equipo de investigación.
Los miembros del equipo de investigación enviaban los mensajes trabajando en conjunto con un nutricionista para responder las preguntas de los jóvenes. Se realizaron entrevistas a las 8 semanas para intercambio final de experiencias y opiniones.
Los datos fueron analizados empleando análisis temático deductivo.
Se demostró que los jóvenes se sensibilizan ante un número adecuado (?2 por día) de mensajes positivos, sencillos, pero inteligentes, incluso divertidos para leer y compartir, claros, con un tono “natural”, jamás con tono autoritario, que hicieran referencia específica a estilos de vida modernos con problemas de la vida diaria y a diferentes sub-poblaciones de adolescentes, que pudiesen ser traducidos en conductas relacionadas con nutrición, AF o peso corporal, etc.
Algunos expresaron su interés en recibir recetas siempre que fueran prácticas y fáciles. Los mensajes recibidos vía SMS usando Google Voice-to-SMS fueron preferidos a los que se recibían a tiempos preestablecidos. Los SMS permitían a los jóvenes interactuar con el equipo de investigación a través de conversaciones informales, o guardarlas y reenviarlas a otros.
Este estudio demuestra una forma novedosa para que los adolescentes se enganchen en “conversaciones” de salud empleando un método que les es muy familiar: ¡En 160 caracteres o menos!
Se requiere continuar investigando para verificar que estas intervenciones basadas en tecnología y aceptadas por los jóvenes tengan impacto en sus estilos de vida.
En MiradorSalud se ha escrito sobre este fascinante tópico de telemedicina.
Los invitamos a revisar algunos de los trabajos que aparecen en PubMed que emplean mensajería de texto en intervenciones relacionadas con enfermedades y condiciones de salud.
María Soledad Tapia
Maria.tapia@5aldia.org.ve
2 Comentarios
Silve Bear
Dicen los mentalistas que escribir en un papel algunos mensajes positivos, y leerlos un par de veces al día, surgen buenos efectos. Entonces, recibirlos por SMS podria ser similar pero con tecnología. Pero los mensajes deben ser bien escritos, por ejemplo: QUISIERA TENER ÉXITO, es un mensaje poco efectivo, sería mejor: ESTOY SIENDO EXITOSO. En las cajas de cigarrillos, hace un par de años escribian: EL TABACO PODRIA DAÑAR TU SALUD, ahora son mas contundentes y dicen: EL TABACO TE MATA.excelente experimento de la Dra. Melanie Hingle.
Omar Miratía
Estimada Dra. Tapia
Gusto saludarle
Muchas gracias por compartir tan interesante artículo que muestra cómo podemos integrar la tecnología móvil, las redes sociales, la mensajería de texto, entre otros, para incentivar y movivar a los jóvenes en temas tan importantes para la población, como es la investigación en Salud.
Mis sinceras Felicitaciones a todos los que participaron, colaboraon o cordinaron dicha investigación.
Un e-abrazo y éxitos…!!!
Omar Miratía
UE@D-CE-Fac.Ciencias-UCV
Caracas-Venezuela