Las incidencias más bajas de muchas enfermedades crónicas no transmisible (ENT) como el cáncer y la enfermedad cardiovascular se asocian con el consumo de regímenes dietarios ricos en hortalizas y frutas tal como lo señalan muchos estudios in vitro, ensayos preclínicos y clínicos, y estudios observacionales. Entre los grupos sobre los que crece la evidencia de sus efectos protectores contra ENT están los miembros de la familia crucífera.
Las plantas crucíferas son una especie del género Brassica, y son consumidos universalmente siendo muy recomendada su inclusión como parte de la dieta diaria en estado fresco en ensaladas, al vapor, o cocidos.
El Instituto Nacional del Cáncer (USA) incluye los siguientes:
· Rúgula o arúgula
. Bok choy · Brócoli · Coles o repollitos de Bruselas · Col o repollo · Coliflor · Verduras de hoja verde |
· Rábano picante (horseradish)
. Col rizada (kale) · Rábanos · Nabo sueco o naba (rutabaga) · Nabos · Berro (watercress) · Wasabi |
¿Por qué son tan beneficiosas las hortalizas crucíferas?
Las plantas crucíferas son ricas en nutrientes, entre ellos, carotenoides nutrientes como el betacaroteno, luteína, zeaxantina; vitaminas C, E y K; folato; y minerales. También son una buena fuente de fibra. Además de los componentes nutricionales, estos vegetales también son ricos en metabolitos secundarios beneficiosos para la salud, que incluyen flavonoides, antocianinas, cumarinas, otros carotenoides, enzimas antioxidantes, terpenos y varios compuestos menores, pero sus constituyentes característicos son compuestos organosulfurados como los glucosinolatos que contienen azufre y sulfóxido de S-metilcisteína, los cuales se encuentran casi exclusivamente en los vegetales crucíferos y solo en algunos otros vegetales, como los allium. Estas sustancias son las responsables del aroma penetrante y el sabor amargo de las plantas crucíferas.
Una vez ingeridos, los glucosinolatos se hidrolizan en varios metabolitos, incluidos los isotiocianatos (ITC), nitrilos, indol-3-carbinoles (I3C) y oxazolidina2-tiones. Se ha demostrado que I3C y las ITC tienen propiedades quimiopreventivas en estudios preclínicos. Los ITC que consumimos comúnmente son: sulforafano (SFN; precursor de glucorafanina), isotiocianato de alilo (AITC), isotiocianato de bencilo (BITC) e isotiocianato de 2-fenilo (PEITC). Así como se han investigado exhaustivamente por sus propiedades anticancerígenas, se está acumulando evidencia para sugerir beneficios para la salud cardiovascular.
Evidencia reciente
El Boletín Global de Frutas y Verduras (GBF&V) de marzo de 2019 registró tres estudios observacionales epidemiológicos muy recientes los cuales les presentamos en esta entrega de MiradorSalud, los cuales muestran una asociación inversa significativa entre el consumo de hortalizas crucíferas y:
Es el primer estudio destinado a investigar la asociación entre la ingesta de verduras crucíferas con la mortalidad por todas las causas y las cinco principales causas de muerte (cáncer, enfermedad cardíaca, enfermedad cerebrovascular, enfermedad respiratoria y lesiones). Se realizó entre 88.184 japoneses de mediana edad (45 -74 años de edad) hombres y mujeres.
Aunque el fumar y la exposición a la contaminación del aire son factores de riesgo primarios del cáncer de pulmón, la dieta también contribuye al mismo. Las verduras crucíferas contienen muchos compuestos bioactivos que intervienen en el proceso de desintoxicación de los compuestos cancerígenos transmitidos por el aire y, por lo tanto, pueden disminuir el riesgo de cáncer de pulmón. Esto se observó en:
- Un metanálisis de 31 estudios observacionales el cual indicó que la ingesta de vegetales crucíferos se asocia de manera inversa con el riesgo de cáncer de pulmón
- Dos ensayos clínicos de fase 2 con informes incompletos:
- Prueba 1: prueba de bebida de brócoli controlada por placebo de 12 semanas en Qidong, China en 2011–2012 (82 personas)
- Prueba 2: ensayo cruzado de 5 semanas (5 días de intervención) en fumadores en la Universidad de Minnesota realizado entre 2008 y 2013 (41 participantes)
En ambos ensayos se proporcionaron compuestos bioactivos estandarizados: 600 μmol de glucorafanina (precursor del sulfurofano) y 40 μmol de sulfurofano (SFN), una vez al día en el estudio de Qidong, y 61 μmol de PEITC (isotiocianato de 2-fenilo) 4 veces / día en el estudio de Minnesota.
Dado que el benceno se puede detectar en concentraciones elevadas en el humo del cigarrillo y en el aire contaminado industrial y se desintoxica a través de los metabolitos del ácido mercapturico, se midieron las concentraciones urinarias del ácido mercapturico, un producto de desintoxicación del benceno.
Los dos estudios informaron un aumento de las concentraciones urinarias de ácido mercapturico, aunque utilizaron diferentes compuestos y cantidades de ITC.
Estos resultados son emocionantes; sin embargo, se deben realizar más ensayos clínicos a corto plazo (fase II) para investigar los efectos de cantidades variables y muchos tipos de vegetales crucíferos sobre los biomarcadores de riesgo y eficacia del cáncer de pulmón.
El estudio incluyó a 968 mujeres australianas de 70 a 85 años de edad con medidas dietéticas y ecografía de carótida tomadas a fines de los años 90 y principios de los 2000. Se utilizó el cuestionario de frecuencia de alimentos para estimar la ingesta total de vegetales: 24 vegetales, incluidos los vegetales crucíferos (col, coles de Bruselas, coliflor y brócoli), allium, amarillo / naranja / rojo, verde de hoja y legumbres CCA-IMT y la placa focal de la carótida se evaluaron mediante ecografía en modo B de alta resolución.
Una mayor ingesta de crucíferas se asoció con un menor grosor de la íntima-media de la arteria carótida común (CCA-IMT). Por cada porción adicional (75 g / d), hubo un 1,4% más bajo de CCA-IMT promedio y un 1,7% más bajo de CCA-IMT después de ajustar el estilo de vida y los factores de riesgo de ECV. Las mujeres que consumieron ≥225 gramos por día de la ingesta total de vegetales tuvieron un 4,6 a 5% menos de CCA-IMT en comparación con aquellas mujeres que consumieron <150 gramos por día.
Los mecanismos potenciales que podrían explicar las asociaciones observadas entre la ingesta de verduras crucíferas y el engrosamiento de la pared arterial inferior son los nutrientes y compuestos bioactivos que pueden participar en la actividad antioxidante y antiinflamatoria. El sulforafano, puede reducir el daño vascular al bloquear el estrés oxidativo, inhibir los productos finales de glicación avanzada y reducir la inflamación que causa arteriosclerosis y enfermedad cardiovascular.
Se necesita investigación adicional para explorar estos y otros compuestos dentro de las hortalizas crucíferas y sus posibles beneficios para la salud cardiovascular.
Corolario
Curiosamente, como lo señala el GBF&V, estos estudios informan observaciones de diferentes ubicaciones geográficas, con tipos notablemente diferentes de hortalizas crucíferas consumidas (por ejemplo, las poblaciones asiáticas consumen eminentemente coles chinas, mientras que las poblaciones estadounidenses, australianas y europeas consumen predominantemente brócoli y coliflor). Esto sugiere que, a pesar de la variada diversidad estructural de los glucosinolatos, los compuestos de azufre que son exclusivos de los vegetales crucíferos, todos comparten vías mecanísticas comunes que previenen la enfermedad.
En Venezuela las principales crucíferas cultivadas son berro, brócoli, coliflor, nabo, rábano, repollo blanco y morado, repollo chino, repollito de Bruselas, también existe la mostaza silvestre y la rúgula. No tenemos datos de consumo, pero se infiere que es bajo, particularmente por las limitaciones y dificultades de toda índole que enfrenta el campo venezolano en la situación actual del país, que redunda en baja producción y elevado costo.
Con respecto a los beneficios para la salud, la gran conclusión es que la evidencia que se acumula respalda la necesidad de pautas dietéticas en todo el mundo para resaltar la importancia de aumentar la ingesta de vegetales crucíferos para la protección contra la ECV y el cáncer.
María Soledad Tapia
maria.tapia@5aldia.org.ve
2 Comentarios
Florelia Daza
Excelente informacion sobre los crucíferos.
Me gustan todos, en especial el tallo del brócoli, lo aprovecho, le quito la piel dura que tiene y queda un tallo crujiente y de sabor muy agradable. Me lo como tipo celery
Gracias por esta información
Mirador Salud
Mil gracias Florelia.
Genial lo que haces con el tallo del brócoli que generalmente se descarta. Todas tus ideas de utilización integral de los vegetales son bienvenidas.
Pues sí, debemos intentar aunmentar nuestro consumo de crucíferas.
Un abrazo.