A María Eugenia Grillet. «Todos los animales nacen iguales ante la vida y tienen los mismos derechos a la existencia. El hombre, en tanto que especie animal, no puede atribuirse el derecho a exterminar a los otros animales o explotarlos violando su derecho”. Así inicia la Declaración Universal de los derechos de los animales, aprobada por por la Liga Internacional de los Derechos del Animal, la UNESCO, y posteriormente por la ONU.
Desde la aprobación a finales de la década de los 70, de la Declaración Universal de los derechos de los animales, se han generado acuerdos internacionales en los que se considera que los animales tienen que ser un sujeto de derecho: al igual que los humanos, los animales tienen derechos que deben ser respetados, como el derecho a la libertad, a que no se les cause dolor, a la satisfacción de sus necesidades básicas y la preservación de su hábitat.
En 2009, la Unión Europea modificó su Tratado de Funcionamiento para reconocer a todos los animales como seres sensibles. En 2012, un grupo de neurocientíficos respaldó esta idea mediante la Declaración sobre la conciencia de Cambridge, afirmando que los animales son conscientes y pueden experimentar sufrimiento. Este cambio de paradigma implica que los animales merecen el derecho a una vida libre de sufrimiento innecesario.
La Unión Europea establece requisitos mínimos en su legislación para evitar a los animales todo sufrimiento inútil en tres ámbitos principales: la producción, el transporte y el sacrificio.
Este reconocimiento en Europa ha obligado a los Estados miembros a formular nuevas políticas orientadas a garantizar una mayor protección y un mayor respeto del bienestar de los animales, lo cual abarca rotundamente el aprovechamiento de los mismos en todos los ámbitos de su explotación para servir de alimento al hombre.
Esto invariablemente involucra aspectos de inocuidad de los alimentos, sanidad animal, salud humana y el hábitat de los animales, los cuales están interconectados, y constituye un asunto de salud pública por lo que inserta en los principios del precepto de Una Sola Salud de la Organización Mundial de la Salud:
Una sola salud» es un enfoque de eficacia probada para la formulación de políticas y la colaboración intersectorial con el fin de prevenir la aparición y reaparición de enfermedades zoonóticas y transmitidas por vectores, al mismo tiempo que se garantiza la inocuidad de los alimentos y el mantenimiento de una producción alimentaria sostenible, se reducen las infecciones resistentes a los antimicrobianos y se abordan las cuestiones medioambientales para mejorar colectivamente la salud de los seres humanos, los animales y el medio ambiente, entre otros muchos ámbitos. Este enfoque crea oportunidades para movilizar a toda la sociedad, de modo que veterinarios, médicos, epidemiólogos, profesionales de la salud pública, expertos en fauna salvaje, líderes comunitarios y personas de distintos sectores puedan trabajar juntos sin compartimentaciones para hacer frente a las principales amenazas de salud.
La autoridad mundial en materia de sanidad animal, fundada en 1924 como Oficina Internacional de Epizootias (OIE), adoptó en 2003, el nombre común de Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA). Es una organización intergubernamental centrada en difundir información sobre las enfermedades animales de forma transparente y en mejorar la sanidad animal en todo el mundo, construyendo así un planeta más seguro, más sano y más sostenible. El bienestar animal constituye una de las prioridades de la OMSA.
Las directrices que guían a la OMSA en materia de bienestar de los animales terrestres incluyen las «cinco libertades» que fueron enunciadas en 1965, son ampliamente reconocidas, y describen las expectativas de la sociedad en cuanto a las condiciones a las que están sometidos los animales cuando están bajo el control del hombre. OMSA las instauró como principios fundamentales para cualquier sistema de producción ganadera.
Por su parte, la Unión Europea (UE) dispone de uno de los conjuntos de normas más extensas del mundo en relación con el bienestar animal.
Las cinco libertades contenidas en el Convenio europeo de protección de los animales y el la OMSA son:
- Estar libres de hambre y sed: Los animales deben tener acceso a agua y alimentos adecuados para mantener su salud y vigor.
- Estar libres de molestias: El ambiente en el que viven los animales debe ser el adecuado para cada especie, con condiciones adecuadas de refugio y descanso.
- Estar libres de dolor, enfermedades y lesiones: Los responsables de la crianza de los animales deben garantizar su prevención, diagnóstico rápido y tratamiento adecuado.
- Tener libertad para expresar los comportamientos naturales de la especie: Los animales deben tener libertad para comportarse con naturalidad, lo que requiere espacio suficiente, instalaciones adecuadas y la compañía de otros animales de su propia especie.
- Estar libres de miedo y estrés: Los animales no deben estar sometidos a condiciones que les provoquen sufrimiento mental, para que no se asusten o se estresen, por ejemplo.
Origen del concepto de bienestar animal en las explotaciones
Desde los años 60, el concepto de libertad animal ha ganado prominencia y ha evolucionado hacia un conjunto de normativas que orientan la crianza y el manejo apropiado de especies inspeccionadas por programas de certificación.
La activista y veterinaria británica Ruth Harrison dio a conocer esta problemática a través de su libro «Máquinas Animales», publicado en 1964. En él denunciaba las condiciones adversas y el maltrato que sufrían los animales, como el hacinamiento en granjas avícolas, las condiciones crueles de sacrificio de bovinos y los espacios reducidos para la lactancia de cerdos, entre otras situaciones deplorables.
La revelación de estas prácticas impactó profundamente en la opinión pública británica, lo que llevó al gobierno a establecer un comité liderado por el científico Francis Brambell, reconocido por su trabajo en salud animal e inmunología, para investigar este asunto. Fue la primera vez que la población británica tuvo conocimiento de los abusos en la industria alimentaria animal.
Un informe publicado en 1965 como resultado del trabajo del comité reveló que muchos animales criados en Inglaterra vivían en condiciones inadecuadas que les impedían realizar comportamientos básicos de su naturaleza. Este estudio, junto con los esfuerzos de Harrison, condujo a la articulación de los derechos fundamentales de los animales, conocidos como las cinco libertades. Las conclusiones del informe de 1965 en Inglaterra fueron un catalizador para la creación, en 1979, del Farm Animal Welfare Council, que luego publicó un documento estableciendo los principios que actualmente rigen las buenas prácticas en el bienestar animal y su regulación, que funciona como una declaración de los derechos de los animales.
¿Qué importancia tiene en la industria alimentaria, la certificación para el bienestar animal?
Cada vez más, la sociedad demanda que la industria alimentaria adopte buenas prácticas para que sus procesos de producción se lleven a cabo con el respeto que merecen los animales, evitando cualquier forma de sufrimiento innecesario.
De esta manera, es posible certificar el bienestar animal a lo largo de toda la cadena de producción alimentaria y en todos los sectores de producción. Los programas de certificación de bienestar animal garantizan que las granjas y empresas cumplan con las normativas de crianza y manejo de especies, fomentando también la investigación científica y la educación en este ámbito.
Estas certificaciones van más allá de la simple producción y adquisición del producto final al replantear los principios fundamentales y el origen de la escala productiva. Además, sirven como un medio para informar a los consumidores mediante el etiquetado, asegurando que los productos adquiridos cumplen con estrictas normas de bienestar animal en todas las etapas de la operación.
Al cumplir con altos estándares de bienestar animal, se mejora la calidad de los productos, se reduce la mortalidad y se aumenta la resistencia a enfermedades, lo que a su vez disminuye la necesidad de medicamentos para su tratamiento. Además, contribuyen a minimizar el riesgo de zoonosis y enfermedades transmitidas a través de los alimentos.
En resumen, las certificaciones de bienestar animal impulsan un proceso de adaptación de la operación a normativas que establecen condiciones de vida favorables para los animales, mediante inspecciones de instalaciones y una gestión adecuada de la producción. Esto no solo beneficia a los animales, sino también a los consumidores que se preocupan cada vez más por la salud de los animales, y al sistema alimentario en general.
Buenas prácticas de bienestar animal para diferentes especies
Para garantizar el bienestar de las diferentes especies teniendo en cuenta el comportamiento característico de cada una de ellas y que las prácticas de crianza y manejo de los animales se adapten a las recomendaciones científicas, técnicas y prácticas, se debe conocer los requisitos específicos en la crianza de animales para asegurar el bienestar de cada especie, considerando sus comportamientos naturales. Esto implica ajustar las prácticas de crianza y manejo de los animales según las recomendaciones científicas, técnicas y prácticas disponibles, por ejemplo:
- Las gallinas ponedoras
- Terneros
- Los pollos de engorde
- Bienestar de las vacas lecheras
- Bienestar de los cerdos
- Bienestar de los peces de acuicultura
Reflexiones finales
Revisando las tendencias globales de los consumidores, valores, conceptos o al menos, la percepción, queda claro que aspectos como la sostenibilidad, la conservación ambiental, el cambio climático, parecen estar bastante internalizados.
La pandemia de COVID-19, una crisis de salud pública humana resultado de un virus con un posible origen animal fue algo terrible para la humanidad, sin embargo, no se ha creado conciencia en la población general acerca de las zoonosis, origen de la mayoría de las enfermedades infecciosas que aquejan al hombre. Por lo tanto, sería muy importante divulgar y que los consumidores internalicen un concepto más robusto de bienestar animal, con el cual se sienten identificados, en muchos casos por temas éticos. Idealmente se debería incluir y asociar a la compasión, o a cualquier otro motivo, científico, económico, cultural, social, religioso, político, que mueva a la consumidores, la concienciación explícita sobre las zoonosis y lo que representan para la humanidad, lo cual está estrechamente ligado al concepto “Una Sola Salud”
La industria de alimentos puede contribuir mucho a apoyar estos principios y educar a los consumidores. La industria cada vez más está adoptando estos estándares de calidad para posicionarse en el mercado complaciendo consumidores informados, aumentando sus ventas, y cumpliendo con su responsabilidad social.
Aquí algunos ejemplos en España:
Industría avícola: Bienestar Animal – Grupo Avícola Rujamar
Industria Láctea: Leche de Bienestar Animal • Leche Pascual
Industria porcina: Bienestar Animal en el ganado porcino: compromiso del sector, garantía para el consumidor
La tradicional estrategia o principio de los sistemas alimentarios «De la Granja a la Mesa», debe incorporar, aunque sea, las normas mínimas para la protección de los animales. Es ya frecuente que grandes superficies soliciten certificados de Bienestar Animal a sus proveedores de carne, huevos y leche.
Se sigue trabajando mucho en esta área. La UE, por ejemplo, ha propuesto la mayor reforma en 20 años de sus reglas de bienestar animal durante el transporte al presentar nuevas normas para mejorar el bienestar animal en el transporte.
Solo podemos preservar la salud y bienestar del mundo aplicando un enfoque que abarque la interconexión de la salud humana, la salud animal y los factores ambientales. El bienestar animal es un elemento muy importante es esa relación y debe destacarse.
María Soledad Tapia
El enfoque «Una salud» se está incluyendo en las Estrategias y Planes de Acción sobre Biodiversidad como solución intersectorial para una región más saludable, equitativa, sostenible y resiliente en la Conferencia de las Partes (COP) que se realizará en Cali del 21 de octubre al 1 de noviembre en su versión número 16.
2 Comentarios
Alicia Ponte
Marisol querida: Este es un artículo primoroso que todos debemos leer, y aprender a entender que somos como mundo, un organismo vivo en el cual solo si hay balance entre la salud humana, la salud animal y el ambiente podremos seguir exitosamente.
Gracias!
Francisco Rodríguez
Excelente artículo! Se ve que se ha recorrido bastante en algunas partes del mundo, quedando aún mucho camino por recorrer. Nos queda individualmente aportar lo que este a nuestro alcance. Gracias por este ameno paseo por este tópico tan importante!