Disfrutar de una buena comida en un restaurante es uno de los placeres más agradables, sobre todo si tenemos la oportunidad de degustar platillos que difícilmente prepararíamos en casa.
Un nuevo estudio publicado en la edición de enero y febrero de la revista Journal of Nutrition Education and Behavior sugiere que no es necesario renunciar al placer de comer fuera de casa para evitar el aumento de peso.
El estudio incluyó 35 mujeres de 40 a 59 años que comían en restaurantes tres veces por semana. La mitad de las mujeres fue incluida en un programa de actividades destinado al desarrollo de estrategias conductuales que los autores del estudio denominaron “Comer con Conciencia en los Restaurantes” (Mindful Restaurant Eating) y la otra mitad integró el grupo control.
Los investigadores decidieron enfocarse en este segmento etario de la población, ya que las mujeres que se encuentran alrededor del período de la menopausia presentan una tendencia a aumentar de peso y acumular una mayor cantidad de grasa, especialmente alrededor de la cintura, lo cual las coloca en una situación de mayor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y diabetes.
Las mujeres que asistieron durante 6 semanas al programa “Comer con Conciencia en los Restaurantes” aprendieron estrategias para reducir el número de calorías y la ingesta de alimentos ricos en grasas.
Las participantes aprendieron a seleccionar las opciones más saludables de diferentes tipos de cocina (italiana, china, mexicana, etc.). Igualmente, aprendieron estrategias para reducir las porciones, por ejemplo: colocar parte de la ración en un recipiente para llevar casa, antes de comenzar a comer, o compartir el plato principal.
Durante las seis semanas que asistieron al programa las participantes practicaron ejercicios para comer con conciencia, por ejemplo: les ofrecieron fresas y se les pidió que las degustaran y describieran el sabor, el olor y la textura de la fruta. Aprendieron a comer lentamente, disfrutar de los alimentos y tomar conciencia de cuán llenas se sentían.
El cerebro tarda aproximadamente 20 minutos en registrar la sensación de saciedad.
En general, el enfoque estuvo centrado en la selección de porciones pequeñas, saludables y en el disfrute de la comida a través de la toma de conciencia de los sabores, olores, texturas y de la sensación de saciedad.
Las pacientes que formaron parte del programa perdieron peso, aun cuando el objetivo del estudio era evitar el aumento de peso, disminuyeron la ingesta de grasa y calorías, cuando comían en restaurantes y también reportaron en sus diarios una disminución de la ingesta de grasas y calorías cuando comían en sus casas. Fueron más eficaces con el cumplimiento de los objetivos, en comparación con el grupo control. La pérdida de peso resultó de un cambio general en los hábitos alimentarios.
Estos resultados demuestran que al aplicar las estrategias adecuadas las personas pueden aprender a controlar y regular la ingesta de alimentos incluso en un ambiente de “alto riesgo y tentaciones” como lo es el restaurante.
Dra. Berdjouhi Tsouroukdissian