La asociación entre el consumo excesivo de azúcar y el aumento sostenido de los índices de sobrepeso y obesidad durante las últimas cuatro décadas ha sido un tema muy polémico que ha generado mucha controversia y múltiples discusiones entre los científicos, gobiernos y la industria de alimentos y bebidas azucaradas.
Uno de los momentos que ilustra las fuertes tensiones que se han producido entre los profesionales de la salud y la industria ocurrió en 2003 cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó limitar la ingesta de azúcar a 10% del consumo total de calorías. Esta decisión fue fuertemente atacada por la industria azucarera y muchos gobiernos, sin embargo, la medida se mantuvo a pesar de las presiones.
En vista de que la OMS tenía previsto actualizar, nuevamente, sus recomendaciones, este organismo comisionó a un grupo de investigadores de la Universidad de Otago y del Instituto Riddet en Nueva Zelanda para que realizaran una revisión sistemática de los estudios publicados que habían analizado la relación entre la ingesta de azúcar y el exceso de grasa corporal en adultos y en niños.
El estudio fue publicado en la edición en línea de la prestigiosa revista British Medical Journal (BMJ), el 15 de enero de 2013.
Los investigadores analizaron 71 estudios de los cuales 38 fueron prospectivos y 30 fueron estudios aleatorios controlados.
Los autores definieron como “azúcar libre” la que está presente de forma natural en la miel, los jarabes, jugos de fruta más la que le agregan a los alimentos los fabricantes, cocineros y consumidores.
En los estudios aleatorios controlados los participantes consumieron dietas ad libitum o sea sin un control estricto de la ingesta total de alimentos y se les indicó que aumentaran o disminuyeran la ingesta de azúcar libre, sin enfatizar la pérdida de peso como objetivo.
Los adultos que disminuyeron la ingesta de azúcar libre presentaron una reducción promedio del peso corporal de 0,8 kg, en comparación con el grupo control. Estos resultados se observaron en los estudios que duraron desde 10 semanas hasta 8 meses.
Por el contrario, aquellos participantes que se les indicó aumentar la ingesta de azúcar libre presentaron un aumento promedio de peso equivalente a 0,75 kg, en comparación con el grupo control.
Por otra parte, la sustitución del consumo del azúcar libre por otro tipo de carbohidratos que aportaban la misma cantidad de calorías no produjo cambios del peso corporal.
Los resultados fueron menos consistentes en los niños, principalmente, debido al pobre cumplimiento de las indicaciones dietéticas. Sin embargo, en los estudios prospectivos el riesgo de desarrollar sobrepeso y obesidad después de un año de seguimiento fue mayor en los menores que presentaron la ingesta más elevada de bebidas azucaradas, en comparación con aquellos que reportaron el consumo más bajo.
Los datos sugieren que los cambios en la cantidad de la grasa corporal que se producen con las modificaciones de la ingesta de azúcar se deben a alteraciones del equilibrio energético.
Debido a las causas multifactoriales de la obesidad, no es sorprendente que la reducción de la ingesta de azúcar tuvo un efecto moderado, pero significativo en el peso corporal,
Sin embargo, al considerar el rápido aumento de peso que se produce después del incremento del consumo de azúcar, parece razonable concluir que el asesoramiento de la población en relación con la ingesta de azúcar debería ser un componente importante de las estrategias que se utilizan para reducir el riesgo de sobrepeso y obesidad en la mayoría de los países.
El hallazgo de que el azúcar se asocia al aumento de peso es importante, pero representa tan sólo una parte del problema, debido a las alteraciones que se producen en el metabolismo de los carbohidratos y lípidos (grasas), de acuerdo con los autores del editorial que acompaña al estudio.
Azúcar líquida
Las bebidas gaseosas azucaradas las endulzan principalmente con jarabe de maíz de alto contenido de fructosa (high-fructose corn syrup). La elaboración de este producto resulta de la combinación de 55% de fructosa libre y 45% de glucosa libre. El azúcar de mesa o sacarosa tiene una composición parecida: 50% de glucosa y 50% de fructosa.
Cuando el azúcar se consume en forma líquida como es el caso de las bebidas azucaradas no induce la sensación de saciedad, lo cual conlleva al exceso de su consumo. Por otra parte, la absorción en el tracto digestivo es sumamente rápida, lo cual produce un aumento brusco del azúcar en la sangre (picos de glicemia) y la consiguiente liberación de insulina.
Por otra parte, la fructosa, que es el otro componente de las bebidas azucaradas, no aumenta la glicemia, sin embargo, contribuye a la formación de lípidos (grasas) en el hígado, aumenta los triglicéridos, disminuye el colesterol HDL (bueno), produce resistencia a la insulina, incrementa los marcadores de inflamación y aumenta los depósitos de grasas en el abdomen (grasa visceral). Además, la fructosa aumenta el ácido úrico que a su vez interfiere con la función del endotelio vascular. Todas estas alteraciones contribuyen al aumento del riesgo de obesidad, diabetes tipo 2 y enfermedad cardiovascular.
Estos hallazgos se han reportados tanto en adultos como en adolescentes.
La fructosa es un tipo de azúcar que se encuentra en pequeñas proporciones en las frutas naturales (1% a 8%) y la miel (alrededor de 38%). Su ingesta a través de las frutas enteras no se ha asociado a aumento de peso. Sin embargo, un vaso de 240 ml de jugo natural no endulzado puede aportar la misma cantidad de azúcar que una gaseosa azucarada, ya que se necesitan varias porciones de fruta para extraer el jugo, por esa razón es preferible consumir las frutas enteras que además tienen fibra.
Es importante aclarar que el valor nutritivo de un jugo natural no se puede comparar con el de una gaseosa azucarada, que sólo aporta calorías vacías.
La ingesta actual de azúcar añadida en Estados Unidos y el Reino Unido es de 15% del total de calorías. La recomendación de la OMS de 2003 de reducir la ingesta a 10% podría considerarse como un objetivo realista y posible de lograr. Sin embargo la American Heart Association (AHA) sugiere que el límite de azúcar añadida no sea mayor de 5% del total de las calorías.
¿Qué se puede hacer?
Estimular la educación en nutrición y salud desde la escuela y el hogar.
Establecer regulaciones para las cantinas escolares.
Implementar medidas para limitar el tamaño de las bebidas gaseosas azucaradas como ocurrió, recientemente, en la ciudad de Nueva York, regular la publicidad dirigida a los niños y adolescentes y aplicar impuestos a las gaseosas azucaradas.
Alertar a la población en relación con los efectos dañinos del consumo exagerado de azúcar libre.
Enseñar a los consumidores a interpretar la información nutricional que aparece en los productos con ejemplos:
– Una lata de gaseosa azucarada de 355 ml tiene 38 g de azúcar que equivalen a 9 1/2 cucharaditas de azúcar de mesa que aportan 150 calorías.
– De acuerdo con las recomendaciones de la OMS el consumo de azúcar libre no debe sobrepasar 10% de la ingesta calórica total, lo cual representa 200 calorías, calculado para una dieta de 2.000 calorías.
– Si ingerimos los 355 ml de gaseosa azucarada (1 lata) que aporta 150 calorías, prácticamente, alcanzamos el límite superior de ingesta de azúcar libre, pero si acatamos la recomendación de la American Heart Association (AHA) que sugiere un límite de 5% del total de las calorías, lo cual equivale a 100 calorías provenientes del azúcar libre, simplemente, sobrepasamos el límite.
No todas las calorías son iguales
No es lo mismo ingerir 300 calorías provenientes de frutas, hortalizas, granos enteros o frijoles, que ingerir 300 calorías aportadas por el azúcar. Desde el punto de vista del metabolismo de los nutrientes la diferencia es abismal.
Es importante recordar este detalle para poder analizar, adecuadamente, el contenido de la publicidad engañosa que con tanta habilidad manejan algunos sectores de la industria de las bebidas azucaradas.
Para concluir, la reducción del consumo de azúcar libre tanto en niños, adolescente y adultos debería formar parte de las estrategias destinadas a reducir el sobrepeso y la obesidad en la mayor parte de los países del mundo.
Dra. Berdjouhi Tsouroukdissian
8 Comentarios
Omar Miratía
Estimada Dra. Berdjouhi
Gusto saludarle
Excelente trabajo, mil gracias por compartirlo.
Muy de acuerdo con lo que plantea en relación a «Enseñar a la población a interpretar la información nutricional que aparece en los productos..» y trabajos como el suyo y su divulgación en este excelente blog de «MiradorSalud» son iniciativas tendientes a lograrlo.
Por otra parte, comparto plenamente el que se debe «…Estimular la educación en nutrición y salud desde la escuela y el hogar» y controlar lo que consumen nuestros niños y adolescentes en las «cantinas escolares» y cafeíines universitarios.
En síntesis, debería existir una ley mundial, que obligue a los expendio de comida «restaurantes» a no colocar azúcar a los jugos «naturales», para que así, las personas que somos diabeticos, podamos consumir los mismos en nuestras comidas.
Un e-abrazo y mil gracias…!!!
Omar Miratía
Caracas-Venezuela (UCV)
Mirador Salud
Estimado Sr. Omar Miratia,
Muchísimas gracias por su comentario.
Saludos cordiales,
Berdjouhi Tsouroukdissian
Marianela Castés
Muchas gracias por este trabajo. sumamente interesante sus conclusiones y sobre todo lo que tiene que ver con las bebidas gaseosas en jóvenes y niños. antes eso estaba reservado para las piñatas y fiestas especiales, ahora los niños comen al menos dos comidas con las gaseosas delante. Muy dañino.
Saludos
Marianela Castés
Mirador Salud
Estimada Marianela Castés,
Muchísimas gracias por su comentario.
Saludos,
Berdjouhi Tsouroukdissian
Cecilia Gamboa
Me gustò mucho su artìculo. Lo ùnico que no comparto es sobre los jugos naturales que tienen la misma cantidad de azùcar que las bebidas azucaradas, si bien esto puede ser cierto, no se pueden comparar y habrìa que aclarar que el valor nutritivo y los beneficios de un jugo natural no se pueden comparar con los de las bebidas azucaradas.
Mirador Salud
Estimada Cecilia Gamboa,
Muchísimas gracias por su comentario, lo agregaré al artículo.
Saludos cordiales,
Berdjouhi Tsouroukdissian
Ruben Emilio Aymar Yanss
Muy interesante e importante para la Salud vuestro artículo, Dra. Tsourokdissian; me voy a permitir con su venia a difundirlo en mi familia, allegados y amigos. Muchas gracias.
Mirador Salud
Estimado Sr. Ruben Emilio Aymar Yanss,
Mil gracias por su comentario y por difundir nuestro artículo.
Cordiales saludos,
Berdjouhi Tsouroukdissian