Un estudio publicado este mes en el Journal of the National Cancer Institute sugiere que aquellas mujeres que tengan un nivel alto de carotenoides circulantes en sangre -lo cual se logra con una dieta rica en frutas y hortalizas- tienen un riesgo menor de desarrollar cáncer de mama. Los autores se refieren específicamente a alfa y beta-caroteno, luteína+zeaxantina, licopeno y carotenoides totales.
Esta investigación fue llevada a cabo en el Brigham and Women»s Hospital y la Escuela de Medicina de Harvard, en Boston, USA, liderizada por la Dra. Heather Eliassen.
Los carotenoides son pigmentos amarillos, anaranjados, y rojos que se encuentran en las plantas y otorgan esos brillantes colores a las F&H.
Las hortalizas y frutas amarillas y anaranjadas como la zanahoria, auyama, mandarinas, naranja, mango, son ricas fuentes de alfa-y beta-caroteno. Las espinacas contienen beta-caroteno aunque la clorofila enmascara el color amarillo. La col rizada y la batata contienen también niveles elevados de estos carotenoides.
Los vegetales de hoja verde oscuros, como las espinacas, la col rizada, las hojas de nabo o rábano, lechuga romana, rúgula, contienen niveles altos de luteína y zeaxantina.
El tomate, la guayaba, lechosa o papaya roja, grapefruit rojo, patilla o sandia, son ricos en licopeno, del cual se ha investigado mucho por su potencial papel en la reducción del riesgo de cáncer de próstata.
El alfa-y beta-caroteno, y la beta-criptoxantina son carotenoides provitamina A, lo cual significa que en el cuerpo humano son convertidos en vitamina A.
Varios estudios previos habían vinculado los carotenoides con una reducción del riesgo de cáncer de mama, pero los resultados eran confusos dependiendo del tipo específico de carotenoides que se estuviera investigando.
En el trabajo que nos ocupa, los autores analizaron datos obtenidos de miles de mujeres que formaron parte de 8 grandes estudios de cáncer de mama y niveles de carotenoides. Estos trabajos cubren en total, 80% de los datos publicados mundialmente en estudios prospectivos.
De esta manera se constituyó una muestra de 7.000 mujeres (3.055 con cáncer de mama y 3.956 como controles) y se identificaron y procesaron las relaciones observadas entre cáncer de mama, sus factores de riesgo, y los niveles totales de carotenoides circulantes en sangre.
Las muestras de plasma o suero de cada estudio que habían sido analizadas para carotenoides en las investigaciones originales fueron reenviadas a Laboratorios de referencia. Se realizó un estudio de recalibración obteniéndose altas correlaciones entre los valores originales y los recalibrados.
Se empleó análisis de regresión logística para ajustar con respecto a datos personales, familiares, de estilos de vida, como edad de la menarquía (primera menstruación), edad al primer parto, edad de menopausia, índice de masa corporal, historia familiar de cáncer de mama, historia personal de enfermedad benigna de mamas, fumar, consumo de alcohol, use de anticonceptivos orales, uso de hormonas en postmenopausia, nivel de colesterol, actividad física.
En los casos con diagnostico se trabajó con datos de estatus de receptores de hormonas, diferenciación celular, tamaño del tumor y compromiso de ganglios.
Los autores encontraron una asociación estadísticamente significativa entre los niveles más altos de carotenoides detectados en sangre (a excepción de beta-criptoxantina) y un riesgo reducido de cáncer de mama, especialmente en los cánceres calificados como negativos para receptores de estrógenos (ER-). Estos tipos de cáncer, que no responden a estrógenos, tienden a ser más agresivos, con una peor prognosis y menores opciones de prevención y de tratamiento.
Una calificación positiva para receptores de estrógeno (ER+) significa que el estrógeno afecta el crecimiento del tumor (lo hace crecer), y que el cáncer debería responder bien a tratamientos de supresión de hormonas. Por el contrario, si se califica como (ER-), entonces el tumor no está afectado por estrógenos
Aunque hay alguna evidencia de que los carotenoides también inhiben el crecimiento de cáncer de mama ER+, es posible que este beneficio esté enmascarado por otros factores hormono-dependientes.
Ya en MiradorSalud habíamos comentado que una dieta saludable y un alto nivel de actividad física parecen ir en camino a convertirse en los predictores más significativos de salud y longevidad. Igualmente, que los carotenoides representan adecuadamente el poder antioxidante de las F&H y que pueden ser cuantificados en sangre con métodos analíticos confiables, pudiendo entonces considerarse un marcador biológico de ingesta de F&H.
También reseñamos en MiradosSalud un estudio publicado en la revista Molecular Nutrition & Food Research, del 18 de junio de 2012 sobre el grado de absorción de los carotenoides de acuerdo con la clase y cantidad de grasa utilizada para aderezar las ensaladas. El gran corolario del estudio es que no se obtendrán todos los beneficios de los carotenoides si no se usa el tipo y la cantidad adecuada del aderezo para ensaladas.
Los investigadores evaluaron aceite de canola (grasa mono-insaturada), aceite de soya (grasa poli-insaturada) o mantequilla (grasa saturada) en varias cantidades como aderezos de ensaladas. Se encontró que a mayor cantidad de grasa ingerida mayor era la absorción (biodisponibilidad) de los carotenoides y viceversa. Sin embargo, los participantes que consumieron las ensaladas aderezadas con aceite de canola absorbieron la misma cantidad de carotenoides, en un nivel óptimo, independientemente de si habían ingerido 3 g o 20 g de aceite.
Gracias a estos resultados, los investigadores consideran que los aderezos para ensaladas que contengan grasas mono-insaturadas como el aceite de canola y el de oliva pueden ser una excelente opción para optimizar la absorción de los carotenoides provenientes de las hortalizas, consumiendo aceites adecuados para la salud cardiovascular con un menor aporte calórico (menos cantidad).
Finalmente, la importante conclusión a la que se arriba con el trabajo del Journal of the National Cancer Institute es que las relaciones encontradas apuntan a los niveles de carotenoides en sangre como uno de los primeros factores de riesgo modificables identificados para cáncer de mama ER-.
Aunque esto no prueba que los carotenoides previenen la enfermedad, es sin duda una muy poderosa razón para consumir frutas y hortalizas ricas en carotenoides.
María Soledad Tapia
Maria.tapia@5aldia.org.ve
4 Comentarios
Ariel
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Mirador Salud
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