Las dietas que aportan un exceso de calorías, ricas en grasas, pero de bajo contenido proteico conducen a un menor aumento del peso corporal, en comparación con las dietas que aportan un número similar de calorías, pero cuyo contenido de proteínas es normal o alto, de acuerdo con un estudio publicado el 4 de enero en la revista Journal of the American Medical Association (JAMA).
El Dr. George A. Bray y colaboradores del Pennington Biomedical Research Center realizaron un estudio para determinar si la cantidad de proteína que contiene la dieta afecta la composición del cuerpo (grasa corporal y masa muscular), el aumento de peso y el gasto energético.
El estudio incluyó 25 individuos de ambos sexos, sanos, de 18 a 35 años de edad.
Los participantes fueron clasificados en tres grupos de modo aleatorio, de acuerdo con el contenido proteico de la dieta que se les asignó:
- Contenido proteico bajo: 5% del total de calorías.
- Contenido proteico normal: 15% del total de calorías.
- Contenido proteíco alto: 25% del total de calorías.
Todos los participantes consumieron un exceso de casi 1000 calorías, la cantidad de carbohidratos fue la misma para todos, y la grasa conformó la diferencia para cubrir el total de calorías.
Todos aumentaron de peso independientemente del sexo.
Aumento promedio de peso de los tres grupos:
- Grupo dieta baja en proteínas: 3,16 Kg.
- Grupo dieta con cantidad normal de proteínas: 6,05 Kg.
- Grupo dieta alta en proteínas: 6,51 Kg.
El aumento de peso del grupo que consumió la dieta baja en proteínas fue significativamente inferior al aumento de peso de los participantes de los otros dos grupos. Los participantes del grupo que consumieron pocas proteínas presentaron una disminución de la masa muscular de 0.70 Kg., mientras que los que consumieron la dieta normal y alta en proteínas presentaron un aumento de la masa muscular de 2.87 Kg. y 3.18 Kg., respectivamente.
Es importante recordar que el músculo pesa más que la grasa, si se comparan volúmenes similares.
La masa muscular contribuye a quemar calorías y a aumentar el gasto de energía basal y el gasto de energía total
El grupo que consumió la dieta baja en proteínas presentó disminución de la masa muscular, disminución del gasto de energía en reposo y del gasto de energía total.
Por el contrario, los otros dos grupos presentaron aumento de la masa muscular y aumento del gasto de energía basal y total.
Los investigadores concluyeron que el exceso de calorías consumidas contribuyó al aumento de la grasa corporal en los tres grupos. Las proteínas contribuyeron a los cambios de la masa muscular y a los cambios de gasto de energía, pero no al aumento de depósito de grasa corporal.
No sólo hay que tomar en cuenta los kilos de más
La evaluación de la composición del peso corporal (masa grasa y masa muscular) es muy importante. Dos personas podrían tener el mismo peso corporal y altura, sin embargo, una de ellas podría presentar un mayor desarrollo de la masa muscular y la otra una mayor acumulación de grasa corporal.
La distribución de la grasa corporal es muy importante
En las personas obesas la acumulación de grasa en la región abdominal puede ser subcutánea, debajo de la piel, y visceral, cuando la grasa se deposita alrededor de algunos órganos abdominales como el hígado y el riñón.
Se ha demostrado que la acumulación de grasa en la zona abdominal –la circunferencia de la cintura-, llamada también obesidad central, se debe a un aumento de la grasa visceral, y representa un factor de riesgo de enfermedad cardiovascular y diabetes tipo 2.
La acumulación de grasa en la región glútea y caderas es subcutánea, propia del efecto de los estrógenos, y no representa un factor de riesgo.
El tejido adiposo es un órgano con funciones metabólicas y endocrinas
Hasta hace relativamente poco tiempo, se consideraba que las células adiposas tenían una función pasiva como simples depósitos de grasa. Actualmente, se sabe que el tejido adiposo se comporta como un órgano con funciones metabólicas y endocrinas que produce hormonas como la leptina que, normalmente, se libera después de la ingestión de los alimentos y produce sensación de saciedad y la adiponectina que aumenta la sensibilidad de las células a la insulina.
El aumento de la grasa visceral es dañino
Se ha comprobado que la grasa visceral produce unas proteínas llamadas citocinas que pueden alterar el balance y funcionamiento de hormonas, que normalmente se producen en el tejido adiposo como la adiponectina.Además, algunas citocinas producen un estado de inflamación crónica y moderada que contribuye al desarrollo de enfermedad cardiovascular, aumento de la resistencia a la insulina y diabetes tipo 2.
El Dr. David Heber y el Dr. Zhaoping Li del Centro de Nutrición Humana de la Universidad de California en Los Ángeles, autores de un editorial que acompaña el estudio, señalaron que los médicos que imparten atención primaria y los especialistas encargados de desarrollar políticas de salud pública en el manejo del control del peso deberían evaluar la acumulación de la grasa que presentan los pacientes, en lugar de tomar en cuenta sólo el peso y el índice de masa corporal (un parámetro que se obtiene al dividir el peso entre la altura al cuadrado).
Los objetivos del tratamiento de la obesidad deberían incluir la reducción de la grasa corporal más que una simple reducción de peso.
Dra: Berdjouhi Tsouroukdissian