¿Qué hago para estar saludable? Esta es la pregunta que todos nos hacemos en nuestra búsqueda de tener una mejor calidad de vida y un envejecimiento saludable. Actualmente, los especialistas nos dan una serie de recomendaciones sobre cómo alimentarse adecuadamente (bajo consumo de azúcares y grasas con alto consumo de frutas y hortalizas), realizar ejercicio de forma rutinaria, tomar 8 vasos de agua al día, tener un sueño reparador, etc. Todas estas recomendaciones, si bien son ciertas y forman parte de los estilos de vida saludable, están sustentadas en lo que se denomina “medicina/nutrición basada en evidencia”, es decir, si algo es bueno para unos, posiblemente, lo es para la mayoría de la población. No obstante, la realidad nos dice que las personas son únicas y que su respuesta biológica a la dieta o a factores ambientales es distinta en cada una, y que lo que es bueno para uno, quizás para otro no lo sea.
De aquí, surge la idea de la nutrición de precisión, la cual tiene como objetivo la formulación de nuevas recomendaciones nutricionales integrales y personalizadas que permitan la prevención y tratamiento eficaz de las enfermedades. La nutrición de precisión va más allá del estudio de los genes, es un enfoque completo e integral que incluye genética, microbioma, perfil metabólico, estado de salud, actividad física, patrón dietético, entorno alimentario, así como características socioeconómicas y psicosociales, que además, entiende no sólo las diferencias en las respuestas biológicas interindividuales sino las intraindividuales que surgen con el paso de tiempo.
Indiscutiblemente, la nutrigenética y la nutrigenómica juegan un papel clave en la nutrición de precisión. La nutrigenética por un lado aporta información sobre como las variantes genéticas pueden determinar el consumo de alimentos, mientras que la nutrigenómica brinda información sobre como los nutrientes pueden modular al genoma.
La epigenética, por otro lado, suma importante información a la nutrición de precisión ya que nos revela los cambios que se dan en la molécula de ADN sin alterar la secuencia de la misma. Los cambios epigenéticos más importantes son los relacionados con la metilación del ADN y la modificación de histonas. Ejemplo de ello es el cáncer cuando hay un cambio en el patrón de metilación del ADN de las células afectadas. Lo interesante y complejo, es que los cambios epigenéticos pueden generarse por factores ambientales (alimentación, actividad física, fármacos, estrés) y por factores intrínsecos como la edad, además, tienen la capacidad de heredarse.
Tanto en la nutrigenómica como en la epigenética, podemos prevenir el desarrollo de enfermedades desde el ambiente intrauterino, si aportamos a la madre y al feto una nutrición adecuada, modulando la expresión de los genes.
La metabolómica, por su parte, nos indica cómo el organismo procesa los alimentos, fármacos y sustancias químicas que ingerimos, a través del estudio de los metabolitos generados. La metabolómica es una de las ómicas con más futuro y aplicaciones en nutrición de precisión.
En los últimos años el estudio de la microbiota ha ido en aumento debido a que se ha visto su relación con la génesis de múltiples enfermedades. La metagenómica/microbiómica, forma parte de las ciencias ómicas y se encarga del estudio de comunidades microbianas que colonizan a los individuos. Principalmente se ha estudiado la flora bacteriana intestinal y su impacto, tanto en el metabolismo de nutrientes, como en las características fenotípicas de las enfermedades. Por lo tanto, es de interés para la nutrición de precisión conocer la microbiota de los individuos para diferenciar las recomendaciones nutricionales.
Ahora bien, estas ciencias ómicas aportan una gran cantidad de datos del perfil de un individuo, adicional de los datos generados tras la evaluación dietética, antopométrica, bioquímica y psico-económico-social, por lo cual, se requieren grandes bases y analizadores de datos que nos permitan interpretar los resultados. Los avances tecnológicos en big data y sobre todo la inteligencia artificial es fundamental en el análisis de datos masivos, los cuales se pueden recopilar mediante dispositivos portátiles o herramientas de diagnóstico permitiendo predecir y detectar patrones de salud.
En el ámbito clínico, la nutrición de precisión puede facilitar la evaluación del estado de salud metabólico haciendo uso de biomarcadores con mayor nivel de sensibilidad y especificidad, lo que permite detectar de forma precoz las alteraciones en el metabolismo y así generar recomendaciones dietéticas efectivas con el fin de mejorar el estado nutricional y de salud.
Desde el punto de vista de salud pública, la nutrición de precisión puede ayudar a disminuir el gasto público en cuidados de la salud al disminuir la prevalencia de enfermedades que actualmente son epidemias como la obesidad y las enfermedades crónicas no trasmisibles. Los sistemas de salud serán claves para promover la nutrición de precisión al realzar el rol que tiene en las áreas de promoción de salud y la prevención de enfermedades y cambiar su enfoque principal de un modelo centrado en la enfermedad.
Definitivamente, la nutrición de precisión es la que nos dará la respuesta a la pregunta qué como para mantenerme saludable. Si bien en la actualidad esto pareciera una utopía, nos queda prepararnos y continuar investigando en este enfoque tan fascinante. La población necesita una respuesta, las personas cada vez más demandan servicios personalizados, el tiempo corre y en un abrir y cerrar de ojos tendremos las tecnologías para caracterizar desde todo punto de vista a la población. La nutrición de precisión es una promesa para tener mejorar la calidad de vida y un envejecimiento saludable.
Clarert Mata y Pablo Hernández
Sobre los autores
Profesora Claret Mata es Licenciada en Nutrición y Dietética de la Universidad Central de Venezuela (UCV), Magister en Nutrición (USB). Profesora de Evaluación Nutricional en la Escuela de Nutrición y Dietética de la UCV y Profesora invitada del postgrado de Nutrición Clínica de la Escuela de Nutrición y Dietética de la UCV. Miembro de la Sociedad Latinoamericana de Nutrición y miembro institucional de la Fundación Celíaca de Venezuela.
Profesor Pablo Hernández es Licenciado en Nutrición y Dietética de la Universidad Central de Venezuela (UCV), Magister en Nutrición (USB), Especialista en Análisis de Datos en Ciencias Sociales. Profesor de Nutrición Humana en la Escuela de Nutrición y Dietética de la UCV. Profesor del Diplomado de Educación en Diabetes Terapéutica (UCV). Representante de Venezuela ante la International Affiliate of Academy of Nutrition & Dietetics (IAAND). Miembro del Observatorio Venezolano de Salud (OVS), de la Fundación “5 al día” Venezuela, de la Sociedad Latinoamericana de Nutrición, y de la Fundación Bengoa para la Alimentación y la Nutrición.