Los rasgos de la personalidad y la aptitud cardiorrespiratoria pueden ser predictores confiables de salud cardiovascular y longevidad en adultos mayores. Por ejemplo, si usted tiene una personalidad resiliente, que puede hacer frente a las adversidades de la vida, superarlas y salir fortalecido de ellas, entonces, probablemente usted tendrá una mejor capacidad aeróbica y mejor salud en general, de acuerdo a un nuevo estudio publicado en febrero de 2013 en PLoS ONE.
Un equipo de especialistas de la Escuela de Medicina de la Universidad de Florida estudió 650 adultos durante 4 años, para investigar la relación entre sus rasgos de personalidad y su aptitud física, específicamente su capacidad aeróbica y su tasa metabólica.
El líder del equipo, el Dr. Antonio Terracciano comenta que es difícil conocer si los rasgos de personalidad afectan la salud cardiovascular o si es lo contrario: si el tener salud cardiovascular hace a una persona más resiliente. Sin embargo, lo que está claro es que ambos están relacionados.
Este estudio se realizó con la participación de individuos con edades comprendidas entre 31 y 96 años que forman parte del Estudio Longitudinal de Baltimore sobre el Envejecimiento. Los investigadores empezaron evaluando los rasgos de personalidad de los participantes empleando el Modelo de los 5 rasgos de la Personalidad: su nivel de neuroticismo o inestabilidad emocional, de extroversión, de apertura a la experiencia, de cordialidad y de responsabilidad o conciencia.
Los participantes eran considerados más resilientes si obtenían una puntuación más baja en neuroticismo y más alta en los otros 4 rasgos de personalidad.
El paso siguiente fue hacer un seguimiento de su tasa metabólica, o gasto energético (GE) midiendo la saturación de oxígeno de la sangre de los participantes mientras caminaban: a) a paso lento, b) al paso más rápido que cada uno podía sostener y c) en reposo. El GE se calculó en cada test, como el volumen de oxígeno consumido por kg de peso corporal (VO2 ml/kg/min). Se midió también la altura, el peso, la proporción de tejido graso y el estatus actual o previo como fumador de cada participante.
Al principio del estudio se pensaba que las personas más ansiosas o nerviosas iban a tener mayores tasas metabólicas, sin embargo, esto no fue lo que se encontró. A los participantes identificados como más neuróticos les tomaba más tiempo completar la distancia estipulada en el estudio y tenían menor capacidad aeróbica.
Una menor capacidad aeróbica ha sido relacionada con casi todas las facetas del neuroticismo, un dominio fuertemente asociado con el riesgo de depresión y de otras condiciones mentales.
Por otro lado, aquellos participantes que obtuvieron puntuaciones más bajas en neuroticismo y mayores en responsabilidad, extroversión o apertura, tenían mayor capacidad aeróbica cuando hacían la marcha a su máxima velocidad, lo cual no era tan claro en reposo o en marcha normal. Estos resultados indican que las diferencias en personalidad surgen principalmente cuando se requiere un mayor esfuerzo energético, con un claro perfil de personalidad resiliente asociado a una mejor capacidad aeróbica. Esta observación es consistente con la evidencia que vincula estos mismos rasgos de personalidad, particularmente, bajo neuroticismo y alta responsabilidad con una mejor salud y longevidad.
Las asociaciones entre personalidad y capacidad aeróbica encontradas en «la marcha» a máxima velocidad se pueden deber a una serie de mecanismos. Los individuos con un perfil de personalidad resiliente tienen mayor probabilidad de llevar un estilo de vida activa, menor probabilidad de ser obesos y de adoptar conductas de riesgo como fumar.
Debido a llevar un estilo de vida más saludable, y a través de unas rutas fisiológicas directas, los individuos bajos en neuroticismo y altos en responsabilidad, tienen menos probabilidad de tener síndrome metabólico, tienen un menor nivel de marcadores de inflamación, y una menor carga de enfermedades.
La capacidad aeróbica puede ser uno de los mecanismos a través de los cuales los rasgos de personalidad contribuyen a una mejor salud y longevidad. De la misma manera, una mejor capacidad aeróbica puede ser un factor moldeador de la personalidad, especialmente para los rasgos que se expresan a través de conductas que requieren un mayor nivel de energía, como la extraversión.
El estudio refuerza lo que todos sabemos: que la personalidades que son más flexibles y adaptables se desempeñan mejor en la vida, pero relaciona de manera muy interesante, los rasgos de personalidad como la sociabilidad de los individuos, con una mejor salud cardiovascular, la cual a su vez está relacionada con longevidad y una mejor salud en la vida.
Las asociaciones entre la personalidad y el gasto energético se explicaron en parte por la proporción de grasa corporal. En conclusión, las diferencias en personalidad adquieren mayor importancia durante actividades de desafío que requieren aptitud cardiorrespiratoria. Esto sugiere posibles rutas que vinculan la personalidad con aspectos de salud como obesidad y longevidad.
María Soledad Tapia
Maria.tapia@5aldia.org.ve
Un Comentario
Máximo Salazar
Muy interesante el artículo. Hay dos puntos que quisiera se investigaran seguidamente.
Uno, la posible entre la salud y las enfermedades mentales como la sicosis y esquizofrenia
Dos, la influencia de la práctica de yoga, Tai chi, meditación, y otros en la salud y en la salud mental.