¿Qué nos hace poner de mal estado anímico o de mal humor? Muchas cosas sin duda. La sola lectura de las noticias de la mañana puede hacerlo. Un estado de ánimo negativo puede disminuir nuestro tiempo de reacción, y afectar capacidades cognitivas básicas como el habla, la escritura, y el poder contar. Si leemos un titular de periódico deprimente en la mañana, es posible que se afecte nuestro desempeño laboral ese día. Muchos decidimos entonces, no continuar leyendo para no deprimirnos más.
Sin embargo, una nueva investigación realizada por científicos de la Escuela de Ciencias Psicológicas de la Universidad de Tel Aviv, revela que la exposición repetida a un evento negativo neutraliza su efecto sobre nuestro estado de ánimo y forma de pensar. El estudio, publicado en Attention, Perception, & Psychophysics, tiene amplias implicaciones para la comprensión de nuestras emociones.
Entonces, de acuerdo a los autores, en lugar de dejar de leer la mala noticia, es mejor leer el artículo completo, e incluso varias veces. De esa manera podemos proseguir con nuestro día en un mejor estado de ánimo, “desenganchándonos” de los efectos negativos la noticia.
¿Cómo llegaron los autores a esta conclusión?
Los sentimientos y las emociones son difíciles de estudiar, ya que son únicas en cada individuo, pero existe un test psicológico que se emplea para evaluar nuestro estado emocional: El test emocional de Stroop, que fue precisamente el que emplearon los investigadores, basado en el Efecto Stroop.
En este test, se muestra a los participantes una serie de palabras escritas con diferentes colores y se les pide después, nombrar los colores en los que están escritas. Como cada persona tendrá una reacción emocional a las palabras, esto acelerará o retrasará la habilidad para recordar el color.
En general, a la gente le toma más tiempo identificar los colores de las palabras negativas como «terrorismo», que el de las palabras neutrales como «mesa». Esta tendencia es especialmente pronunciada en las personas con trastornos emocionales, como depresión o ansiedad.
Una explicación es que las palabras negativas nos distraen. Otra explicación sugiere que nos sentimos amenazados por las palabras.
En ambos casos, la razón por la que tardamos más en identificar los colores es porque nuestros recursos mentales están “enganchados” en otra parte.
Pero los autores encontraron que después de leer una palabra perturbadora, este retraso se extiende también a las palabras neutrales. Es decir, hay un efecto sostenido.
Esto se ha documentado por ejemplo, en fumadores, quienes son más lentos en responder a palabras neutrales que les son presentadas después de habérseles enseñado palabras relacionadas con «fumar».
Se esperaría sin embargo, que después de la “distracción” o “amenaza” inicial, las personas vuelvan a identificar los colores de las palabras neutrales sin demora.
Los autores encontraron que si les mostraba una palabra negativa una vez, los individuos, nombraban entonces el color de las palabras neutrales más lentamente, pero si la misma palabra negativa era presentada al menos dos veces, los individuos no se demoraban en identificar la palabra neutral que se les enseñaba después.
Es decir, cuando se les enseñaba una palabra negativa solamente una vez, a las personas se les afectaba el estado de ánimo, se ponían de mal humor, y sufrían de efectos sostenidos por esta emoción, mientras que a aquellos a quienes se les enseñaba las palabras negativas repetidamente, no sufrían de los mismos efectos posteriores.
En este estudio, aparte del Test de Stroop, se aplicó posteriormente un cuestionario a los participantes, y aquellas personas de mal humor tardaban más en completar el cuestionario de evaluación.
Este trabajo puede tener un impacto importante en nuestra comprensión de las emociones, la atención, y cómo procesar las señales en el medio ambiente. También podría influir en el diagnóstico y el tratamiento de muchos trastornos.
Pero, esto puede verse también desde otra perspectiva: si las personas nos exponemos frecuentemente a eventos negativos, llegará un punto en el cual el mismo evento dejará de afectarnos, haciéndonos inmunes a la negatividad.
¿Nos hace acaso esto más insensibles? ¿Nos acostumbramos a las malas noticias?
María Soledad Tapia
Maria.tapia@5aldia.org.ve
Un Comentario
Bermy Queen
Ciertamente el ser humano puede volverse insensible a eventos y noticias. A veces las noticias se presentan para que eso suceda, veamos los noticieros:
Primero los grandes eventos nacionales e internacionales, noticias del gobierno, banca, crisis, etc, luego la crónica local de un asesinato o robo en nuestra ciudad (eso toca la fibra sensible y hace olvidar la noticia anterior), finalmente deportes y cultura que termina por calmar al televidente.
Pero en Venezuela, la población entre 15-20 años de edad no es que se acostumbró, sino que nació y creció con la crisis de escasez, corrupción, restricciones, entonces, solo eso conoce y por eso nada pasa, es normal, es así y siempre fue así. Pero nosotros ? los adultos mayores sera que a «golpes» limpios nos quieren acostumbrar? Buen artículo.