El 29 de septiembre de 2021 se celebró por segunda vez el Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos (PDA) por parte de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), y asociados tan importantes como el Programa Mundial de Alimentos, entre otros, además de mucha, mucha gente sensibilizada ante este tema.
En un mundo en el que:
- La inseguridad alimentaria, el hambre y la desnutrición están afectando a todos los países.
- Aproximadamente 811 millones de personas padecen hambre.
- Casi 2.370 millones no tuvieron acceso a una alimentación adecuada (saludable), y sufren deficiencias de micronutrientes, millones de niños sufren retraso en el crecimiento y emaciación, formas mortales de desnutrición.
- Los altos costos, niveles de pobreza y la desigualdad de ingresos hacen que las dietas saludables (las frutas y hortalizas constituyen un ejemplo de un componente esencial de las mismas), estén fuera del alcance de 3.000 millones de personas en todas las regiones del mundo y se asocian con niveles de inseguridad alimentaria moderada o severa.
En un mundo así, sin embargo:
- Aproximadamente el 17 % de la producción total de alimentos se desperdició (11 % en los hogares, 5 % en los servicios de comidas y 2 % en el comercio al por menor)
- Cerca del 14 % de los alimentos producidos se pierden entre la cosecha y la venta minorista.
- Algunos estudios han encontrado que hasta el 50% de las frutas y hortalizas se pierden durante el almacenamiento (por ej. en Asia oriental y en el sudeste asiático) y en el campo (por ej. en el África subsahariana).
Esto quiere decir que las PDA son enormes y un problema que debe enfrentarse desde todos los ámbitos, y nos indica que hay un gran potencial de mejora en las cadenas de valor en todas las regiones del mundo por lo que los países necesitan adoptar el camino de la innovación para reducirlas.
Efectos de las pérdidas y desperdicios de alimentos en la seguridad alimentaria y en la sostenibilidad de los sistemas alimentarios
Repercuten en todas las dimensiones de la seguridad alimentaria y nutricional pues
- Reducen la disponibilidad mundial y local de alimentos,
- Afectan el acceso a los alimentos por las consecuencias económicas.
- Ocurren pérdidas de calidad, inocuidad, y nutrientes a lo largo de la cadena.
- Se perturba la estabilidad del sistema alimentario.
Afectan la sostenibilidad de los sistemas alimentarios:
- Se utilizan valiosos recursos de aguas, tierras, uso de nitrógeno, de energía, hay afectación de biodiversidad.
- Son el origen del 10 % de las emisiones de gases de efecto invernadero.
De por sí, la escala y ritmo de producción de alimentos al compás requerido para alimentar mil millones de personas adicionales para 2030 emplea muchos recursos que afectan la sostenibilidad y si encima de ello, hay más sobreexplotación de recursos en alimentos que no se consumen, el tema se hace inaceptable.
Reducción de las pérdidas y desperdicios de alimentos
Entonces, es incuestionable que la reducción de la pérdida y el desperdicio de alimentos:
- Mejoraría los sistemas agroalimentarios y ayudaría a lograr la seguridad alimentaria, preservar inocuidad y la calidad de los alimentos, y al mismo tiempo, producir beneficios nutricionales.
- Contribuiría significativamente a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, así como a la presión sobre los recursos terrestres, hídricos y de biodiversidad.
Por lo tanto, resulta prioritario:
Acelerar la acción colectiva para reducir las PDA hasta el 2030 (solo faltan 9 años) fecha límite para alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 12 la meta 12.3 de reducir a la mitad el desperdicio mundial de alimentos per cápita a nivel minorista y de consumo, y reducir las pérdidas de alimentos a lo largo de las cadenas de producción y suministro, incluidas las pérdidas posteriores a la cosecha.
¿Cómo fue la ceremonia 2021 de concienciación de las PDA?
La ceremonia del 29 de septiembre contó con mensajes del Secretario General de las Naciones Unidas, el Director General de FAO, el Director Ejecutivo Adjunto del Programa Mundial de Alimentos, el Ministro de Políticas Agrícolas, Alimentarias y Forestales de Italia; el Ministro de Agricultura, Bosques y Alimentación de Eslovenia, la Comisaria Europea para la Salud y la Inocuidad de los Alimentos; el Presidente del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola y un panel de expertos que dieron conferencias magistrales y mensajes muy importantes, entre ellos, el Chef Massimo Bottura, embajador de Naciones Unidas contra el desperdicio alimentario, y del presidente de Too Good To Go, la aplicación móvil que hace de intermediario entre restaurantes o tiendas que ponen a la venta productos o alimentos que no han vendido al servicio de los consumidores para no malgastar la comida. Actualmente la aplicación está disponible en la mayoría de países europeos.
Quiero referirme a una presentación en particular: “Pérdida y desperdicio de alimentos y sus impactos nutricionales: una perspectiva de sistemas agroalimentarios”, por la Dra. Nancy Aburto, Subdirectora de la División de Alimentación y Nutrición de FAO.
Para ubicarnos en contexto, lo primero es recordar que ya en 2018, el Panel Mundial sobre Agricultura y Sistemas Alimentarios para la Nutrición (Glopan) señaló que una reducción en la pérdida y el desperdicio de alimentos, particularmente en alimentos con alto contenido de nutrientes, tiene el potencial de producir beneficios nutricionales sustanciales, y contribuir al logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, por lo que abordar la pérdida y el desperdicio de alimentos nutritivos debería ser una nueva prioridad específica para mejorar la nutrición.
Ya que estamos en el Año Internacional de las Frutas y Hortalizas, es fundamental recordar que las frutas y hortalizas son constituyentes emblemáticos de una dieta saludable, esenciales para una vida saludable. Ayudan a los niños a crecer y apoyan las funciones corporales y el bienestar físico, mental y social en todas las edades, pueden ayudar a prevenir todas las formas de malnutrición (desnutrición, deficiencia de micronutrientes, sobrepeso y obesidad) y reducir el riesgo de enfermedades no transmisibles,
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda consumir al menos 400 g al día para aprovechar sus beneficios para la salud y la nutrición. En 2017, alrededor de 3,9 millones de muertes en todo el mundo se atribuyeron a no comer suficientes frutas y verduras. Se estima que una ingesta insuficiente de frutas y verduras causa alrededor del 14 por ciento de las muertes por cáncer gastrointestinal en todo el mundo, alrededor del 11 por ciento de las causadas por cardiopatía isquémica y alrededor del 9 por ciento de las causadas por un accidente cerebrovascular.
¿Es posible cumplir con esa meta en términos de producción mundial?
El mundo está produciendo más frutas y verduras, pero todavía no es suficiente. A nivel mundial, no hay suficientes frutas y verduras disponibles para cubrir la ingesta mínima recomendada.
Esto lo dice las estadísticas de FAO: De acuerdo a Faostat, la producción total es de 695 gramos de frutas y hortalizas por persona por día, la porción comestible disponible es de 535 gramos, la que después de las pérdidas queda en 418 g, y después de los desperdicios, en 346 g: No llegamos entonces a los 400 gramos.
¿Puede la disminución de las pérdidas y el desperdicio de alimentos (PDA) aumentar la disponibilidad de frutas y verduras?
También hay cálculos para ello, lo hizo FAO en su informe de 2019: El estado mundial de la agricultura y la alimentación. Progresos en la lucha contra la pérdida y el desperdicio de alimentos.
Si tuviéramos un 50% menos de PDA, habría suficientes frutas y hortalizas disponibles en el suministro de alimentos para cubrir la recomendación a nivel mundial, pues las cuentas darían: 434 gramos.
Esto por supuesto, es disponibilidad y no garantiza una ingesta adecuada, pero sin disponibilidad, la ingesta es imposible Esto hace ver la importancia de disminuir las PDA.
¿Se han cuantificado los beneficios de reducir las pérdidas y el desperdicio en alimentos ricos en nutrientes?
Este es un tema crítico que deben considerar los responsables de la formulación de políticas y estimar el grado en el que la reducción de la pérdida y el desperdicio en alimentos ricos en nutrientes puede ayudar en la provisión de dietas saludables para todos. Se ha modelado así, escenarios de más vs menos PDA en relación con el suministro global total de nutrientes.
Estos modelos predicen que una reducción del 50% en PDA podría aumentar la disponibilidad de nutrientes.
Por ejemplo, en cuanto a:
- Nutrientes que actualmente no están disponible en las cantidades recomendadas.
- El hierro podría aumentar por encima de las recomendaciones en países de ingresos altos y medios
- Las calorías podrían aumentar por encima de las recomendaciones en países de bajos ingresos
- Las deficiencias de vitamina A, folato, calcio, etc. podrían reducirse entre un 33 y un 50%.
- Disponibilidad de nutrientes de interés para la salud pública:
- Exceso de calorías disponibles en todos los niveles de ingresos.
- Exceso de ácidos grasos saturados disponibles en todos los niveles de ingresos
Metodología de estudio de caso de análisis de la pérdida de alimentos de la FAO
Recordemos que FAO es el líder y custodio del Índice de Pérdidas de Alimentos (PNUMA es de los desperdicios). FAO reconoce que la pérdida de alimentos es un problema complejo, a menudo con causas múltiples e interrelacionadas que operan a diferentes niveles. Ha puesto a la disposición un curso de aprendizaje electrónico que presenta la metodología de estudio de caso de la FAO para el análisis de puntos críticos de pérdida de alimentos.
Identifica puntos críticos de pérdida en las cadenas de suministro de alimentos de manera sistemática y comparable y permite identificar tendencias y soluciones comunes, pero, además, señala, pasos adicionales para cuantificar el impacto nutricional. Por ejemplo, recomienda:
- Utilizar valores de composición de alimentos para calcular las pérdidas de nutrientes.
- Comparar con la cantidad de niños con deficiencias
- Estimar el impacto de reducir la pérdida
Es decir, esto permite vislumbrar un campo enorme de investigación para la generación de datos por parte de muchos actores de la cadena. En Venezuela sería de enorme valor.
La Dra. Aburto finaliza con un gran mensaje:
La promoción de la circularidad en los sistemas alimentarios permite una mayor disponibilidad de nutrientes, la reintroducción de nutrientes en los ecosistemas y en la cadena de suministro de alimentos.
Recordemos la definición de pérdidas: Alimentos que se descartan, incineran o desechan a lo largo de la cadena de suministro desde la COSECHA/SACRIFICIO/CAPTURA, hasta, excluyéndolo, el nivel minorista, y no vuelve a ingresar en ninguna otra utilización productiva, como alimento o semilla.
Por lo tanto, la circularidad surge como una solución extraordinaria. Pensemos.
Sin embargo, como consumidores, nos corresponden otras etapas de la cadena, las que tienen que ver con desperdicio de alimentos en nuestros hogares, en la restauración, en el mercado al menor. ¡Tantas cosas por hacer!
María Soledad Tapia
maria.tapia@5aldia.org.ve