La terapia con testosterona, ampliamente publicitada como una opción para ayudar a los hombres a mejorar su desempeño sexual, recuperar su fuerza muscular y la energía perdida, se asocia al aumento del riesgo de infarto de miocardio, de acuerdo con los resultados de una investigación reciente.
El estudio fue publicado en la revista PLoS One, el 29 de enero de 2014, y reportó que el riesgo de desarrollar infarto de miocardio se duplicó, poco después de comenzar la terapia con testosterona, en un grupo de hombres menores de 65 años con antecedentes de enfermedad cardiovascular.
El ensayo fue realizado por un equipo de investigadores de la Universidad de California Los Ángeles (UCLA) y el Instituto Nacional del Cáncer de EE.UU.
La investigación fue motivada por los resultados de varios estudios previos que plantearon la preocupación por los posibles efectos cardiovasculares adversos asociados a la terapia con testosterona.
Uno de los estudios previos, que incluyó hombres mayores de 65 años, publicado en julio de 2010, en la prestigiosa revista The New England Journal of Medicine fue detenido antes de lo previsto, debido a la elevada incidencia de eventos cardiovasculares que se registró en el grupo de participantes que recibió testosterona, en comparación con el grupo control.
Otro estudio de mucha relevancia publicado en la revista Journal of the American Medical Association (JAMA), en noviembre de 2013, incluyó a 8.709 hombres con bajos niveles de testosterona, a quienes les hicieron angiografía y angioplastia coronaria, un procedimiento utilizado para diagnosticar y tratar los problemas de obstrucción de las arterias coronarias.
Los participantes tenían, en promedio, 60 años y muchos presentaban enfermedad cardiovascular subyacente.
Los autores encontraron, al cabo de tres años, que los participantes que habían recibido testosterona, presentaron un aumento de 30% del riesgo de desarrollar infarto de miocardio, accidente cerebrovascular isquémico y muerte, en comparación con aquellos hombres que no habían sido tratados con la hormona.
El uso de la terapia con testosterona (TT) se asoció a resultados adversos, incluso, en aquellos participantes que no presentaban enfermedad de las arterias coronarias al inicio del estudio.
En vista de que la mayoría de los estudios previos se habían enfocado en hombres mayores de 65 años e incluían un número modesto de participantes, los investigadores decidieron emprender el estudio que nos ocupa, considerado como el ensayo de mayores dimensiones en su género, hasta la fecha.
Los autores examinaron los expedientes médicos de 55.593 hombres a quienes les habían indicado terapia con testosterona, por presentar niveles bajos de la hormona y disfunción eréctil, de los cuales 48.539 eran menores de 65 años.
Los investigadores les hicieron seguimiento a los participantes durante 90 días a partir de la fecha de la primera indicación de testosterona.
El riesgo de desarrollar infarto de miocardio se duplicó en ese período de 90 días en los hombres menores de 65 años que presentaban antecedentes de enfermedad cardiovascular.
Igualmente, el estudio confirmó los hallazgos observados en los estudios previos, en los que el riesgo de infarto de miocardio se duplicó en hombres mayores de 65 años con o sin antecedentes de enfermedad cardiovascular.
Posteriormente, los autores hicieron un seguimiento durante 90 días más y observaron que los hombres que dejaron de recibir la hormona redujeron su riesgo a los valores que tenían al principio del estudio.
Aun cuando el aumento del riesgo se observó solamente en los hombres menores de 65 años con antecedentes de enfermedad cardiovascular, los autores del estudio señalaron que no pueden asegurar que la terapia de reemplazo hormonal con testosterona sea segura para los hombres menores de 65 años, sin historia previa de enfermedad coronaria, ya que no se han realizado, hasta la fecha, investigaciones a largo plazo.
Aunque los investigadores encontraron una asociación entre el tratamiento con testosterona y el aumento del riesgo de infarto de miocardio, el estudio no probó una relación causa-efecto, ya que fue un ensayo de observación.
¿Cuáles son las causas de los niveles bajos de testosterona?
La testosterona se produce en los testículos y es una hormona clave para el desarrollo de los órganos sexuales masculinos, la densidad ósea, la masa muscular y las características sexuales secundarias como el vello facial y corporal.
Los niveles bajos de testosterona (hipogonadismo) pueden ser el resultado de lesiones en los testículos, enfermedades como el cáncer, la parotiditis, ciertos medicamentos y tratamientos como la quimioterapia y la radioterapia.
Sin embargo, la principal causa del síndrome de testosterona baja, también conocido como “T baja”, es el simple hecho del envejecimiento. Los niveles de testosterona disminuyen 1% anualmente después de los 30 años.
Teniendo en cuenta este hecho, no es de extrañar que el rango «normal» de los niveles de testosterona sea muy amplio. Generalmente, los especialistas consideran entre 300 y 1.000 nanogramos por decilitro (ng/dl) un nivel aceptable de testosterona en sangre para un hombre adulto sano.
En consecuencia, los criterios para determinar si un hombre presenta los síntomas de la “T baja” también son amplios: disminución del deseo y el desempeño sexual, depresión, falta de energía, reducción de la fuerza muscular y capacidad atlética.
Alerta con la publicidad
Debido al mercadeo agresivo y a la campaña publicitaria «low T syndrome» o síndrome de testosterona baja, muchos hombres de mediana edad reciben innecesariamente terapia de reemplazo hormonal, en forma de gel, parches o inyecciones.
Las recetas médicas de testosterona que se expiden en los EE.UU., para hombres mayores de 40 años, aumentaron 360% entre 2001 y 2011. Estas cifras son la evidencia de que muchos individuos sin deficiencia de la hormona reciben terapia de reemplazo hormonal.
La terapia con testosterona (TT) se mercadea con tanto éxito que el sitio web Drugs.com reportó que las ventas de Androgel superaron a las de Viagra en 2013, de acuerdo con investigaciones de la Universidad de California Los Ángeles (UCLA).
Los efectos que la TT pueda producir, a largo plazo, en los hombres con niveles aceptables de la hormona (en el límite entre el valor normal y bajo), están aún por dilucidarse.
Por lo tanto, los médicos tratantes deberían analizar con cada uno de sus pacientes las ventajas y desventajas de la TT, antes de indicarla.
Riesgos de la terapia de reemplazo hormonal en hombres
La TT se ha asociado con cambios fisiológicos que promueven trastornos de coagulación, trombosis y policitemia (aumento exagerado de los glóbulos rojos), una condición que incrementa la viscosidad de la sangre y el riesgo de infarto de miocardio y accidente cerebrovascular.
La TT se ha vinculado con la reducción del colesterol HDL (bueno), e infertilidad. Además incrementa los niveles de estrógenos circulantes, lo cual puede aumentar los eventos de trombosis.
Igualmente, hay una preocupación persistente, entre los profesionales de la salud, de que la TT podría estimular el crecimiento de células cancerosas en la próstata, pero las evidencias aún no son concluyentes. Sin embargo, debido a que el cáncer de próstata es tan común, los médicos tienden a ser muy cuidadosos con la prescripción de testosterona en hombres que puedan estar en riesgo de desarrollar esa afección oncológica.
Los autores del estudio que nos ocupa señalan que “el incremento del uso de la TT y las evidencias de riesgo de desarrollar infarto de miocardio demandan con urgencia nuevos estudios (aleatorios y controlados) que evalúen los riesgos de la terapia de reemplazo con testosterona a largo plazo”.
Dos estudios que prenden las alarmas de la FDA
En vista de los hallazgos tanto del estudio que nos ocupa como de uno previo publicado en la revista Journal of the American Medical Association (JAMA), en noviembre de 2013, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) de los EE.UU. emitió un comunicado de prensa el 31 de enero de 2014, en el cual señala que “están investigando el riesgo de accidente cerebrovascular, infarto de miocardio y muerte en los hombres que reciben productos que contienen testosterona aprobados por la FDA”.
En una nota de advertencia, la FDA también recordó a los profesionales de la salud que los productos aprobados que contienen testosterona solo se pueden usar en hombres que no tienen testosterona o presentan niveles muy bajos de la hormona, y que, además, padecen de alguna afección médica relacionada con esta deficiencia.
La terapia con testosterona no es la fuente de la juventud
Consumir una dieta balanceada, mantener un peso adecuado y realizar ejercicio físico aeróbico y de resistencia son hábitos de vida seguros y eficaces que contribuyen a mantener, en buena medida, la masa ósea y muscular, previenen y mejoran la disfunción eréctil, reducen la sensación de fatiga y mejoran el estado de ánimo.
Por lo tanto, un estilo de vida saludable podría enlentecer el desarrollo de muchas de las manifestaciones del envejecimiento en los hombres, sin los efectos secundarios adversos de la terapia de reemplazo hormonal.
Dra. Berdjouhi Tsouroukdissian