El tema de pérdidas y desperdicios de alimentos es de importancia global, tanto, que forma parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Organización de las Naciones Unidas, particularmente del ODS 12: Garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles, cuya meta 12.3 apunta a reducir a la mitad el desperdicio per cápita de alimentos y reducir las pérdidas en las cadenas de producción y distribución, para el año 2030. ¿Será esto posible?
En MiradorSalud hemos discutido el tema desde varias perspectivas.
En el mundo se desperdician 1.300 millones de toneladas de alimentos, con lo que se podrían alimentar a 2 mil millones de personas.
En América Latina y el Caribe (región en la que cerca de 42 millones de personas padecen subalimentación aguda) se pierden y desperdician anualmente más de 127 millones de toneladas de alimentos (223 kilogramos por persona por año).
Hay grupos de alimentos, como las frutas y hortalizas, donde los niveles de pérdida superan el 50%. Este fenómeno ocurre en todas las fases de la cadena: en la producción se pierde un 28%; en el manejo y almacenamiento otro 21%; en el procesamiento un 6%; en la distribución y mercadeo un 17%. A nivel de consumo, especialmente en hogares, se desperdicia alrededor del 28% de los alimentos producidos.
Los efectos medioambientales de este fenómeno son enormes. Se estima que, a nivel global, el 18% de las tierras productivas y el 19% de los fertilizantes se utilizan en producir alimentos que nunca se consumen.
El XIV Congreso Internacional de Promoción al Consumo de Frutas y Verduras acaba de celebrarse los días 9 y 10 de Octubre de 2018, en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas – México. Esta edición del congreso fue organizada, por cuarta ocasión, y de nuevo, de manera impecable, por la «Fundación 5 por Día de México», con el apoyo de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación, (SAGARPA). El tema central del Congreso fue «Merma, desperdicios de frutas y verduras y sus consecuencias en el entorno económico, productivo, salud, ambiental y de educación».
El Congreso contó con la participación de representantes de organismos internacionales como la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura-IICA, funcionarios de Gobierno Federal y locales, representantes de 23 países miembros de la Alianza Global de Promoción al Consumo de Frutas y Verduras 5alDía, AIAM5, y más de 1000 asistentes.
Alfredo Moisés Ceja, Presidente Fundación 5XDía México, declara inaugurado el Congreso.
Manuel Moñino, Presidente Comité Científico 5aldía y Coordinador AIAM5; Crispim Moreira, Representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en México; y Joao Marcelo Intini, Oficial de Políticas Públicas en Sistemas Alimentarios de la FAO, región de América Latina y el Caribe.
5alDía Lituania
Gregorio Pérez. Federación Española de Bancos de Alimentos.
Monica Dycas, Global Food-banking Network
Ana Bertha Pérez Lizaur, Presidenta Patrona de Alimento para Todos, Banco de Alimentos
Estudiantes de enfermería asistentes al Congreso
Guadalupe Valdez San Pedro, Embajadora Especial de Buena Voluntad Hambre Cero para América Latina y el Caribe de la FAO y Manuel Moñino Gómez, Coordinador AIAM5
La Alianza Global de Promoción al Consumo de Frutas y Hortalizas «5 al día» – AIAM5 agrupa a entidades nacionales de 32 países de 4 continentes, están preocupados por esta problemática y comprometidos a contribuir en la búsqueda de soluciones, particularmente porque las frutas y hortalizas son uno de los rubros que experimentan pérdidas muy elevadas a escala global. Previamente al Congreso, los miembros de AIAM5 realizaron su Asamblea Anual.
Declaración de Tuxla Gutiérrez
En el Congreso se firmó la Declaración de Tuxla Gutiérrez, con representantes de 23 de los 32 países que conforman AIAM5, la cual compartimos en esta edición de MiradorSalud.
DECLARACIÓN DE TUXTLA GUTIÉRREZ – CHIAPAS – MÉXICO
En el marco del XIV Congreso Internacional para la Promoción del Consumo de Frutas y Verduras, celebrado los días 09 y 10 de octubre de 2018 en la ciudad de Tuxtla Gutiérrez – Estado de Chiapas de los Estados Unidos Mexicanos, los representantes asistentes de la Alianza Global de Promoción al Consumo de Frutas y Verduras 5aldía – AIAM5, procedentes de 23 países y encargados de la promoción nacional del consumo de frutas y verduras, reunidos en la 8ª Asamblea General de AIAM5,
Considerando que:
- Cerca de 1,300 millones de toneladas de alimentos se pierden o desperdician cada año, cantidad que según FAO podría alimentar a 2,000 millones de personas, en un mundo 842 millones de personas sufren de hambre crónica.
- En la Agenda 2030 sobre el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, el Objetivo de Desarrollo Sostenible 12 (ODS): “Producción y consumo responsable”, la Meta 3 es: “Reducir a la mitad el desperdicio mundial de alimentos per cápitaen la venta al detal, y a nivel de los consumidores, y reducir las pérdidas de alimentos en las cadenas de producción y distribución, incluidas las pérdidas posteriores a las cosechas¨. Logrando reducir el nivel actual de las pérdidas a la mitad, reduciría de forma sustancial el incremento previsto del 60 por ciento en la producción de alimentos que serían necesarios para alimentar en 2050 a los 9,000 millones de población esperada.
- La pérdida y desperdicios de alimentos tiene un gran impacto en la seguridad alimentaria y en la economía, en particular en la de los pequeños productores, a la vez que hace estragos en el medio ambiente, consumiendo valiosos recursos de agua y tierra y contribuyendo al 8% de las emisiones de gases de efecto invernadero.
- La coordinación efectiva entre Gobiernos, sector privado y organizaciones de la sociedad civil, entre otros, puede suponer una mejora real ante uno de los principales retos de la seguridad alimentaria del mundo.
- La Alianza Global de Promoción al Consumo de Frutas y Hortalizas «5 al día» – AIAM5 que agrupa a entidades nacionales de 32 países de 4 continentes, están preocupados por esta problemática y comprometidos a contribuir en la búsqueda de soluciones, particularmente porque las frutas y hortalizas son uno de los rubros que experimentan pérdidas muy elevadas a escala global.
DECLARARON que:
- Los gobiernos y la sociedad civil deben reflexionar sobre el problema ético que supone la pérdidas y desperdicio de alimentos para conseguir el reto de Hambre Zero, con el fin de redoblar esfuerzos y compromisos políticos que establezcan el marco legal, las políticas públicas y en activismo ciudadano para reducir la pérdida y desperdicio de alimentos.
- Todos los sectores de la sociedad deberían establecer alianzas estratégicas e intercambiar buenas prácticas para promover sistemas de producción más sostenibles y justos, en los que prevenir la perdida y desperdicio de alimentos sea un objetivo clave.
- Es urgente la capacitación, desarrollo e incentivos al campo. Promover el uso de la tecnología para el monitoreo de cultivos y tratamientos postcosecha, así como la presencia de canales de distribución más cortos, con el fin de lograr sistemas alimentarios más sostenibles y justos con los productores y más asequibles para los consumidores, lo que revertiría en menos pérdidas, especialmente de frutas y hortalizas.
· Es necesario incentivar la donación de alimentos en la producción y distribución, así como facilitar la tarea a los Bancos de Alimentos para recibir y distribuir alimentos seguros y nutritivos que tienen mermada su calidad comercial, así como valorar la aplicación de medidas fiscales y/o incentivos económicos a la donación.
- Es importante revisar en profundidad las normas de etiquetado que rigen el uso de “fecha de consumo preferente” y “fecha de caducidad” así como hacer un esfuerzo en capacitar a los consumidores en su correcta interpretación. La educación nutricional de la población, es clave para la sostenibilidad y la seguridad alimentaria.
- Promover el consumo de alimentos de proximidad ligados a los patrones de alimentación tradicionales, poniendo en valor la producción local y nacional, contribuiría de forma determinante a la reducción de pérdidas así como a un menor impacto de la alimentación en el medioambiente. Esto sería de gran importancia especialmente en el sector de las frutas y verduras.
- Es importante monitorizar los sistemas de producción, distribución y consumo para valorar las pérdidas y desperdicios y determinar sus causas con el fin de poder tomar medidas correctoras.
- Deberían implementarse estrategias nacionales de educación alimentaria-nutricional en los distintos entornos (escolar, laboral, comunitario y sanitario), para sensibilizar a la población y capacitarla en la prevención del desperdicio de alimentos.
- El sector productivo y de distribución de frutas y verduras es clave para reducción de pérdidas de alimentos derivadas de los destrios por defectos comerciales y por su mal manejo y conservación, de ahí que la capacitación de sus actores debería ser una prioridad para los departamentos de agricultura, sanidad y consumo de los Estados.
- El sector HORECA (Hoteles, Restaurantes y Cafeterías) y las cadenas de distribución tienen un papel determinante a la hora de prevenir las pérdidas y desperdicios aplicando estrategias de aprovechamiento, donación y acceso a precios reducidos de frutas y hortalizas, y otros alimentos nutritivos y seguros con calidad comercial menor.
- La alimentacion sostenible debe ser un criterio a considerar a la hora de establecer las guías alimentarias basadas en alimentos, no solo en cuento a la promoción del consumo de alimentos con una menor huella ecológica, hídrica y de carbono, tales como los alimentos vegetales frescos destacando especialmente las frutas y hortalizas, si no también incorporando herramientas para la reducción de desperdicios en el hogar.
En la ciudad de Tuxtla Gutiérrez, en el Estado de Chiapas sede del XIV Congreso Internacional para la Promoción del Consumo de Frutas y Hortalizas, firman la presente declaratoria el 09 de octubre de 2018.
Nota final
Dado que el desperdicio de alimentos tiene un gran impacto en la seguridad alimentaria, la nutrición y economía de las naciones, deberían implementarse estrategias nacionales de educación alimentaria-nutricional en distintos entornos, para sensibilizar a la población y capacitarla en la prevención del desperdicio de alimentos. En Venezuela, esto nos llega muy de cerca cuando hay tanta hambre, y tantas personas alimentándose de los desperdicios que el mundo entero quiere reducir.
María Soledad Tapia
maria.tapia@5aldia.org.ve