Atención consumidores en exceso de bebidas azucaradas, léase como tales refrescos, bebidas de frutas tipo jugos y néctares, bebidas energéticas y para deportistas, bebidas de té frío y bebidas caseras azucaradas: una investigación publicada en Circulation, ha estimado que su consumo puede incidir en alrededor de 184.000 muertes de adultos que ocurren anualmente en el mundo.
Esto se estima para bebidas de al menos 50 kcal por porciones de 8 onzas (aprox. 237 ml). Interesante: se excluyen los jugos de fruta 100 por ciento. El trabajo fue realizado por investigadores de la Escuela de Ciencias y Política de la Nutrición de la Universidad de Tufts y de la Escuela de Salud Pública de Boston (EEUU) y del Imperial College London (Reino Unido), quienes señalan que las bebidas azucaradas constituyen un componente particular de las dietas, que lo mismo que los factores de riesgo de las enfermedades crónicas que son modificables, puede impactar la mortalidad y discapacidad prevenibles, en países de altos, medios y bajos ingresos. De acuerdo a los autores, esto revela la urgente necesidad de poner en marcha programas globales de prevención que reduzcan o eliminen las bebidas azucaradas de las dietas diarias.
En lo que constituye el primer informe mundial detallado sobre el impacto de las bebidas azucaradas en la salud, los investigadores calcularon para el año 2010, las muertes y discapacidades por diabetes, enfermedades cardíacas y cáncer relacionadas con su consumo.
Las estimaciones del consumo mundial de bebidas azucaradas fueron hechas a partir de 62 encuestas alimentarias realizadas entre 1980 y 2010 en 51 países, que incluían 611.971 individuos, lo cual permitió obtener datos de la variación de los niveles de consumo de bebidas azucaradas, por género y edad en las diferentes poblaciones. Se utilizaron además, datos de disponibilidad de azúcar en 187 países.
Sobre las base de metanálisis que revelaban evidencias de daños a la salud producidos por las bebidas azucaradas, los investigadores calcularon su impacto directo en la diabetes así como los efectos -relacionados con la obesidad- en la enfermedad cardiovascular, diabetes y cáncer.
Así para el año 2010, los investigadores estimaron que el consumo de bebidas azucaradas puede haber sido responsable de aproximadamente:
-133 mil muertes por diabetes
-45.000 muertes por enfermedades cardiovasculares
-6.450 muertes por cáncer
El impacto en la salud de las bebidas endulzadas varió mucho entre poblaciones. Así, el porcentaje estimado de muertes fue de menos del 1% en Japón en individuos de 65 años de edad, y del 30% en adultos mexicanos menores de 45.
De los 20 países más poblados, México tuvo el mayor índice de mortalidad atribuible a las bebidas azucaradas, con un estimado de 405 muertes por millón de adultos (24.000 muertes totales) y los EE.UU. ocupó el segundo lugar con un estimado de 125 muertes por millón de adultos (25.000 muertes totales).
Alrededor del 76 por ciento de las muertes relacionadas con bebidas azucaradas se produjo en países de bajos o medianos ingresos.
En las naciones del Caribe y América Latina, como México, las bebidas azucaradas caseras son muy populares además de las bebidas endulzadas comerciales.
Entre los 20 países con mayor cantidad de muertes relacionadas con el consumo de bebidas endulzados, al menos, 8 están en América Latina y el Caribe, lo que refleja las altas ingestas en esa región del mundo.
En general, el porcentaje de enfermedades crónicas atribuidas a las bebidas endulzadas fue más alto en los adultos jóvenes que en adultos mayores. Esto es muy importante porque los adultos más jóvenes forman un gran sector de la población activa en muchos países, por lo que el impacto económico de las muertes y la discapacidad relacionada a las bebidas azucaradas en este grupo etario, puede ser significativo.
Los autores plantean preocupaciones sobre el futuro, ya que si estos jóvenes continúan consumiendo estos altos niveles de bebidas azucaradas a medida que envejecen, los efectos de este consumo serán agravados por los efectos del envejecimiento, lo que elevará aún más las altas tasas actuales de mortalidad y discapacidad por enfermedades del corazón y diabetes
Los investigadores se aventuran a comentar que reducir o eliminar las bebidas azucaradas puede ser una estrategia mucho más fácil para prevenir enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT) que por ejemplo, aumentar el consumo de frutas y hortalizas, por el reto que ello representa para la agricultura, los costos y otras complejidades. La población debe entender que las bebidas azucaradas no representan ningún beneficio para la salud, en su mayoría, son calorías vacías, y que por el contrario aumentan el riego de ECNT. Y lo más importante, que el impacto potencial de la reducción de su consumo representaría un “ahorro” de decenas de miles de muertes cada año.
Recientemente publicamos en MiradorSalud un artículo sobre la sustitución del consumo diario de 1 porción de las bebidas azucaradas que toman regularmente las personas, por agua o té o café sin azúcar, lo cual puede reducir el riesgo de desarrollar diabetes 2 en un 14% a 25%.
La sustitución de las bebidas azucaradas por agua o el café o té sin azúcar puede ser un paso simple para que las personas empiecen a reducir el azúcar de su dieta, y empezar a tomar el café o el té sin azúcar es una buena estrategia para cumplir con las recientes directrices de la OMS: el consumo de azúcares libres no debe sobrepasar el 10% de la ingesta calórica total diaria.
Nota: Desde el año pasado se aprobó en México un impuesto especial que grava el consumo de refrescos y bebidas azucaradas con el objetivo de combatir la obesidad. Sin embargo, la industria del refresco en México cree que el impuesto a las bebidas azucaradas, implementado el año pasado, no está funcionando. La Asociación Nacional de Productores de Refrescos y Aguas Carbonatadas (ANPRAC) ha negado que las ventas hayan caído significativamente durante 2014, como lo señala un estudio del Instituto Nacional de Salud Pública y la Universidad de Carolina del Norte. Por el contrario, la patronal señala que los mexicanos gastan más dinero para conservar su nivel de consumo de refrescos y que el combate a la obesidad, anunciado por la autoridades, no está ocurriendo.
María Soledad Tapia
Maria.tapia@5aldia.org.ve