El 2 de marzo de 2012, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publica sus logros en la lucha contra la tuberculosis y el sida. Se estima que se han salvado 910.000 vidas en el mundo gracias a la aplicación de un programa mundial en conjunto contra ambas enfermedades. En vista de los buenos resultados de este programa, iniciado en 2004, la OMS ha actualizado y profundizado esta política mundial para la prevención, diagnóstico y tratamiento en paralelo de la tuberculosis y la infección por VIH.
Las primeras directrices de este programa implicaban el abordaje en paralelo de ambas enfermedades. Es decir, los pacientes con tuberculosis eran estudiados para el VIH y los infectados con VIH eran sometidos a pruebas para la tuberculosis. En el transcurso de 6 años, los estudios para tuberculosis en pacientes con VIH se multiplicaron de 200.000 a 2,3 millones personas en 2010 y el número de pruebas para VIH en pacientes con tuberculosis pasó de 470.000 a más de 2,2 millones, según la nota de prensa. Esto se debe a la colaboración entre los servicios de atención para ambos tipos de enfermedades.
La probabilidad que tiene una persona infectada con VIH de contraer tuberculosis es mayor que en otras circunstancias, por lo que existe un número alto de personas que presentan coinfección de tuberculosis y VIH. Diagnosticar tempranamente este tipo de situación y recibir el tratamiento adecuado para ambas enfermedades mejora la evolución y la expectativa de vida de los pacientes.
Sin embargo, la OMS también alertó sobre el tímido avance en este sentido en Latinoamérica. Al respecto, “Mario Raviglione, el director del Departamento de Lucha contra la Tuberculosis, aseguró que tanto en Asia como en Latinoamérica las pruebas médicas a personas infectadas por una de estas enfermedades para ver si también son portadoras de la otra no ocurre muy a menudo”.
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