El fumar antes y durante el embarazo es la principal causa- prevenible– de enfermedad y muerte de las madres y sus bebés. Las mujeres que dejan de fumar antes o al comienzo del embarazo, reducen significativamente el riesgo de múltiples enfermedades; sin embargo, el tabaquismo y hábitos de los hombres también pueden determinar la salud de los hijos que procrean. Por ello es esencial recalcar que la salud y las conductas de las parejas en la etapa pre-concepcional determinan en buena parte la salud de la progenie, lo cual impone una gran responsabilidad a los hombres y a las mujeres en edad reproductiva.
En esta oportunidad, MiradorSalud desea llamar la atención sobre el principal factor de riesgo para las enfermedades crónicas no transmisibles (ENT): el tabaquismo. En enero de 2014 discutimos sobre las terribles consecuencias del tabaquismo en la salud en ocasión de la publicación del nuevo informe del Ministerio de Salud de USA“50 años de progreso, un informe del Director General de Servicios de Salud”.
De acuerdo al informe se infiere una relación causal entre fumar y una disminución de la salud general y se comprueba que el tabaquismo aumenta el riesgo de mortalidad por cualquier causa en los hombres y las mujeres Entre las grandes conclusiones está que en adición a causar múltiples enfermedades graves en casi todos los órganos del cuerpo, el cigarrillo tiene muchos efectos adversos tales como inflamación y alteración del sistema inmune.
Igualmente, los estudios acerca de cómo afecta el tabaquismo a la progenie son muy numerosos y su difusión debe ser primordial para contribuir a la cesación o prevención del tabaquismo. Fumar antes y durante el embarazo puede conducir a problemas significativos en el útero y también después del nacimiento, incluyendo bajo peso al nacer -con todas sus implicaciones metabólicas- y dificultades atencionales. De acuerdo a los Centers for Disease Control todas las mujeres en edad fértil deben ser evaluadas para el consumo de tabaco. Todas las intervenciones para consumidores de tabaco deben incluir al menos una breve terapia que describa los beneficios de no fumar antes, durante y después del embarazo. Las intervenciones deben ser mucho más fuertes en el caso de las mujeres embarazadas.
Veamos ahora cuatro interesantes artículos publicados en el año 2014 sobre el tabaquismo y sus efectos en la progenie de fumadores.
Ejemplo de un efecto preconcepcional: Papás fumadores y la salud de sus bebés.
Asma. De acuerdo a un estudio reciente aún no publicado pero cuyos avances fueron presentados en la última reunión de European Respiratory Society, el 8 de septiembre de 2014, los hombres que fuman antes de convertirse en padres pueden poner a sus hijos en mayor riesgo de padecer de asma. Para el estudio se analizaron los hábitos tabáquicos de más de 13.000 hombres y mujeres y se investigó la incidencia de asma en sus hijos. Los resultados mostraron que el asma es mucho más común en los niños cuyos padres eran fumadores antes de la concepción. El riesgo de asma de un niño aumentaba si el padre fumaba antes de los 15 años, y el riesgo seguía aumentando mientras más años fumase el padre. No se encontró asociación sin embargo, entre una madre fumadora antes de la concepción y el riesgo de asma de su niño. Según a los investigadores, este es el primer estudio que analiza cómo el hábito de fumar de un padre antes de la concepción puede afectar la salud respiratoria de sus hijos. Esto sugiere un papel clínicamente importante del tabaquismo en la espermatogénesis, con consecuencias para el desarrollo de asma. En vista de estos resultados, es posible suponer que la exposición a cualquier tipo de contaminación del aire, y la exposición ocupacional a químicos podría también tener un efecto. Por ello, intervenciones dirigidas a los jóvenes y les adviertan sobre de los peligros de fumar y de otras exposiciones y sus efectos futuros en sus hijos no nacidos
Obesidad. Otro estudio publicado en el European Journal of Human Genetics parece indicar que el tabaquismo de muchachos en la infancia media puede contribuir a la obesidad de la progenie de la generación siguiente, específicamente en sus hijos varones adolescentes. Un equipo multidisciplinario de la Universidad de Bristol en el Reino Unido evaluó el tabaquismo de 9.886 padres y analizó el desarrollo de sus hijos entre 7-17 años, investigando la asociación entre el índice de masa corporal (IMC), circunferencia abdominal, masa total grasa y masa magra, con la edad en la que el padre había comenzado a fumar con regularidad. De 5.376 padres que declararon haber fumado alguna vez, 166 declararon que fumaban regularmente antes de los 11 años de edad. Se encontró que los hijos cuyos padres habían comenzado a fumar antes de los 11 años tenían los IMC promedio más altos a cada edad evaluada, lo cual aumentaba con la edad, siendo mayor a partir de los 13 años de los hijos. Esto, no se observó en las hijas. Estos resultados ponen de manifiesto la importancia de la edad de inicio de la exposición paterna al tabaquismo. Los autores proponen la ocurrencia de efectos epigenéticos por metilación durante la espermatogénesis, con un impacto preconcepcional del tabaquismo de los progenitores varones en sus hijos varones.
De madres a hijos: Aumento del riesgo de psicopatologías como déficit de atención / hiperactividad y desorden bipolar
Déficit de atención e hiperactividad. Un estudio muy reciente fue llevado a cabo para estudiar las diferencias de volumen del cerebro de hijos de madres fumadoras, así como la relación con el déficit de atención / hiperactividad (ADHD por sus siglas en inglés), empleando RMN, morfometría y tests especializados. El estudio incluyó 178 madres (140 de las cuales no eran fumadoras). El tabaquismo prenatal fue medido como 1-5 cigarrillos por día (14 madres), o más de 5 cigarrillos por día (24 madres). Se hizo el seguimiento de síntomas de ADHD a 175 hijos desde los 3 meses de edad de durante un período de 13 años (de los 2 a los 15 años de edad). Se encontró que los jóvenes que habían sido expuestos prenatalmente al humo de tabaco presentaban una respuesta más débil en algunas regiones del cerebro durante el procesamiento de una tarea que mide el control de la inhibición (la capacidad de controlar las respuestas inadecuadas). Igualmente presentaban un menor volumen en el giro cingulado inferior derecho (parte integrante del sistema límbico involucrado en la formación de emociones, procesamiento de datos relacionados con la conducta, aprendizaje y memoria). Estos resultados apuntan a una implicación funcional de la exposición prenatal al humo de tabaco en alteraciones neuronales similares al ADHD, lo que subraya la importancia de los tratamientos de prevención del tabaquismo.
Desorden bipolar. Un estudio reciente sugiere una asociación entre la exposición prenatal al tabaco y el desorden bipolar (DB), una enfermedad psiquiátrica grave, caracterizada por cambios significativos en el estado de ánimo que se alternan entre períodos de depresión y manía. Generalmente, los síntomas se hacen evidentes en la adolescencia o edad adulta temprana. Los investigadores del Instituto Psiquiátrico del Estado de Nueva York y el Departamento de Epidemiología de la Escuela Mailman de Salud Pública de la Universidad de Columbia, junto con la Kaiser Division of Permanent Research en Oakland, California, evaluaron la descendencia de una gran cohorte de mujeres desde 1959 hasta 1966. El estudio se basó en 79 casos y 654 individuos de control. Los resultados indican que el tabaquismo materno durante el embarazo se asoció con un riesgo dos veces mayor de DB en su descendencia.
De abuelas a nietos
De acuerdo a un nuevo estudio en ratones -usando un modelo que se podría cumplir en humanos- la exposición prenatal a la nicotina podría manifestarse como trastorno ADHD en niños nacidos una generación más tarde, con lo que se demuestra que el ADHD asociado a la nicotina puede ser pasado transgeneracionalmente tanto a crías masculinas como femeninas, pero por la línea materna y no la paterna. En otras palabras, el ADHD de su hijo podría ser un problema de salud por causas ambientales heredados de su abuela, quien puede haber fumado durante el embarazo hace mucho tiempo. Y el hecho de que usted nunca haya fumado puede ser irrelevante para el ADHA de su hijo. Un mecanismo plausible para la transmisión transgeneracional de los cambios cerebrales y conductuales observados en las crías, -inducidos por la exposición prenatal al tabaquismo- lo constituye las modificaciones epigenéticas heredables del genoma de las células germinales. La nicotina es conocida por producir la metilación del ADN en un número de genes, incluyendo el gen que codifica para la monoamina oxidasa, una enzima clave en el metabolismo de la dopamina y otras monoaminas importantísimas para nuestra conducta y funcionalidad cerebral. Por lo tanto, los cambios epigenéticos inducidos por nicotina-emergen como un mecanismo potencial para la heredabilidad transgeneracional. Debido a que la transmisión de la hiperactividad se produjo sólo a través de la madre y no del padre, los genes mitocondriales, que se heredan exclusivamente de la madre pueden contribuir de manera importante en esto.
Un comentario final podría ser: ¿Necesita más razones para no fumar?
Maria Soledad Tapia