Los Centros para el Control de Enfermedades en EE.UU. (CDC) recomendaron que todas aquellas personas nacidas entre los años 1945 y 1965 deben hacerse las pruebas de diagnóstico para la identificación de infección crónica por el virus de la hepatitis C.
Esta recomendación se debe a las últimas estimaciones de los CDC, la cuales revelan que las personas nacidas en esas dos décadas, que comprenden el 27% de la población que se estima infectada por este virus (2,7 a 3,9 millones) en EE.UU., presentan una elevada y desproporcionada prevalencia de infecciones por hepatitis C y otras enfermedades hepáticas.
Igualmente, este grupo representa las tres cuartas partes de la población infectada, el 73% de la mortalidad asociadas a este virus y tienen el mayor riesgo de sufrir carcinoma hepatocelular y otras enfermedades hepáticas por hepatitis C.
En EE.UU, uno de cada 30 individuos de estas generaciones, llamados los “Baby Boomers”, está infectado pero no lo saben; por lo que el CDC recomienda que se hagan las pruebas y se sometan al tratamiento, en caso de estar infectados, para disminuir la alta mortalidad en este grupo.
Las infecciones por el virus de la hepatitis C se contagian mediante el contacto con sangre o productos sanguíneos. Por lo general, la mayoría de las personas infectadas no presentan síntomas pero a lo largo de los años de padecer la infección crónica, el hígado se afecta y puede terminar en cirrosis o cáncer hepático. Algunos de los siguientes síntomas se pueden presentar en la hepatitis C: dolor abdominal, heces de color arcilla o pálidas, orina turbia, fatiga, fiebre, picazón, ictericia, inapetencia, náuseas y vómitos.
En la actualidad, existen las pruebas de diagnóstico específicas, nuevos tratamientos que pueden detener el progreso de la enfermedad y eliminar el virus y disponibilidad de una infraestructura adecuada pare el cuidado y monitoreo médico; medidas que aplicadas correctamente pueden disminuir la morbilidad y mortalidad por la hepatitis C, según los CDC.
Pero los CDC alertan sobre esta nueva recomendación: “estas recomendaciones no reemplazan las guías previas publicadas en 1998, las cuales especifican que las pruebas de diagnóstico deben practicarse en las personas de alto riesgo y con indicaciones clínicas. Preferiblemente, definen una población adicional para ser incluida en los criterios para hacerse este tipo de pruebas: todas las personas nacidas durante 1945-1965”.
El reporte incluye el análisis de la epidemiología, los métodos de diagnóstico, los beneficios de los tratamientos, entre otros factores, que sirvieron de base para hacer esta nueva recomendación.
Las recomendaciones se encuentras publicadas en el Morbidity and Mortality Weekly Report (MMWR, 61 (RR04; 1-18, Agosto 17, 2012) y en la web de los CDC.
Irene Pérez Schael