Las nanovacunas, tema tratado en nuestra anterior publicación, necesitan de dispensadores o dosificadores para que los antígenos lleguen a las células especializadas encargadas de disparar la respuesta inmunológica para mantenernos protegidos frente al microorganismo agresor.
Las nanovacunas, dada su composición, necesitan de nuevos métodos de aplicación que sean seguros, efectivos, fáciles de utilizar, menos costosos y menos dolorosos, por lo que este campo de investigación está abriendo nuevas oportunidades para desarrollar sistemas de aplicación que no utilicen agujas ni inyectadoras. Estas son las llamadas “vacunas sin agujas”.
Esta área de investigación ha experimentado un gran auge en las últimas décadas. Ya existen variadas metodologías en exploración, algunas ya han pasado la prueba de los ensayos en animales, otras están siendo evaluadas en humanos y una de ellas ya tiene la aprobación de la Food and Drug Administration (FDA, por sus siglas en inglés).
Sin embargo, vencer la barrera de la piel y llegar a las células presentadoras de antígenos que al entrar en contacto con el antígeno inician la respuesta inmunológica no es nada sencillo. Estos son procedimientos muy complejos porque hay que acoplar la composición de la vacuna con la tecnología para aplicarla, lo que constituye de hecho un desafío en el desarrollo de las nanovacunas y de las vacunas sin agujas. Justamente, existen las vacunas tipo VLP (partículas como virus) en el campo de las nanovacunas que se aplican con el método habitual (inyección), como el caso de las vacunas de la hepatitis B y del virus del papiloma humano (VPH), entre otras.
Este tipo de inmunización transcutánea ha sido estudiado desde diferentes ángulos y perspectivas. Por ejemplo, investigadores australianos están trabajando en la aplicación de la nanovacuna mediante parches, llamados nanoparches y una compañía en Colorado (USA) ha diseñado un inyector a presión que ha mostrado ser tan eficaz como la vacuna tradicional.
Igualmente, se está investigando la aplicación de vacunas por aerosoles (spray) nasales, o mediante esporas, aplicaciones en la boca, o a través del folículo del pelo como muestra un artículo publicado este año, en la revista Experimental Immunology, en done se utilizó un pegamento llamado cianoacrilato, utilizado en medicina para suturar la piel, como transportador de nanopartículas que cuando penetran la piel a través de los folículos del vello activan las células dendríticas. Este sistema se llama “cyanoacrylate skin surface stripping” (CSSS).
A la par, la FDA aprobó el año pasado el primer sistema de inyección intramuscular a presión sin agujas, llamado PharmaJet, para aplicar la vacuna de influenza en adultos sin agujas.
El uso de agujas e inyectadoras tienen más de siglo y medio (1853), es hora de cambiarlo dijo el ingeniero biomédico australiano Mark Kendall, fundador de la compañía Vaxxas y creador del “nanoparche” (Nanopatch™). Mediante este sistema se administra una pequeña cantidad de vacuna debajo de la piel de manera que la cantidad aplicada genera una respuesta inmune, al menos similar al de una dosis de la vacuna convencional. Este sistema ha sido probado en animales utilizando antígenos para la malaria donde se demostró que se puede usar una cantidad mucho menor para generar la misma respuesta inmune. Además, el parche es mucho más barato (menos de 1 dólar por dosis). Según Kendall, este sistema se puede utilizar con cualquier vacuna.
La compañía de biotecnología Vaxxas recibió financiamiento de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para evaluar el Nanopatch™ con la vacuna de polio. Asimismo, este año acaba recibir 20 millones de US$ para realizar los estudios clínicos en humanos, planificados para fines de año.
Por otro lado, un grupo de científicos del King’s College London desarrolló con financiamiento de la Fundación Bill y Melinda Gates un molde de silicona en forma de disco que contiene una matriz de microagujas de azúcar que se disuelven cuando se insertan en la piel. Fue utilizado para la vacuna de la malaria en ratones y tienen también una versión para la vacuna de VIH.
La Fundación Bill y Melinda Gates, a través del programa “Grand challenges explorations” creado para financiar ideas innovadoras en salud, financia proyectos de este tipo como él de la vacuna de la tuberculosis en la Universidad de Harvard, aplicada en forma de aerosol por la boca o nariz y él de la vacuna de polio aplicada con parches desarrollados por investigadores del Georgia Institute of Technology .
Ventajas de las vacunas sin agujas.
La primera ventaja es que son muy fáciles de aplicar y no causan dolor, indistintamente del dispositivo que se utilice.
Además, estas vacunas no son líquidas sino secas por lo que no necesitan refrigeración para el transporte y almacenamiento, una de las barreras más complicadas de resolver, particularmente en los países más pobres. La vacunas actuales necesitan refrigeración para mantener su actividad desde que son manufacturadas hasta que son aplicadas a la persona, un sistema que al mismo tiempo es muy costoso. Por el contrario, las vacunas sin agujas ocupan menos espacio, son fáciles de transportar, menos costosas y en algunas circunstancias no necesitan personal especializado para aplicarlas y hasta podría hacerlo el propio paciente.
Conjuntamente con las ventajas prácticas, las vacunas sin agujas por su naturaleza pueden inducir una respuesta inmune más poderosa que podría implicar la eliminación de los refuerzos e incluso una sola dosis podría bastar para la protección. Es decir se optimiza la inmunogenicidad y se prolonga la respuesta. Las nanopartículas y su aplicación sin aguja podrían ser una oportunidad para el desarrollo de vacunas contra enfermedades muy difíciles de abordar como la tuberculosis, malaria y sida.
El mundo de las vacunas sin agujas está cerca de ser una realidad. Se estima que para el 2020 o antes, ya existirán vacunas de este tipo en el mercado. Pronto la muy popular foto de Bill Gates con una vacuna y una inyectadora en sus manos tendrá que desaparecer.
Irene Pérez Schael
Un Comentario
MARIA ISABEL
muy interesante lo de las vacunas sin agujas yo no lo sabia.