El gen transportador de la serotonina, neurotransmisor asociado al estado de ánimo, se ha estudiado ampliamente, y se conoce como diferentes versiones (mutaciones) de este gen influencian la neurotransmisión serotoninérgica, la cual influye sobre la personalidad y la salud mental.
La investigadora británica Elaine Fox y su grupo (2009) mostraron por primera vez que la variación alélica, o formas alternas del gen, en la región del promotor del gen transportador de la serotonina (5-HTTLPR) se asociaba con imágenes afectivas tanto positivas y negativas. Los individuos homocigotos para el alelo largo (LL) presentaron un marcado sesgo para procesar selectivamente el material afectivo positivo junto con la anulación selectiva de materia afectiva negativa. Lo que quiere decir que estos individuos tienen mayor probabilidad de procesar la información positiva.
En 2011, otro británico Jan-Emmanuel De Neve usando la base de datos del Estudio Longitudinal Nacional de Salud del Adolescente (US National Longitudinal Study of Adolescent Health), estudió 2.500 adultos, entre 20 y 30 años. La encuesta preguntó cuán satisfechos estaban con su vida desde sus 13 años de edad (1995 a 2008). El análisis permitió distinguir, en base a la información genética, a los individuos que poseían las dos versiones largas del gen 5-HTTLPR de los que tenían las dos versiones cortas, es decir diferenciar entre los que procesaban más información positiva (LL) o negativa (alelo corto). El doble de los encuestados con las dos versiones largas dijeron que estaban muy satisfechos con su vida en comparación con los portadores de las dos versiones cortas del gen. Sólo el 26 % de los individuos con las dos versiones cortas del gen expresaron que estaban satisfechos con su vida.
Recientemente, Minkov y Bond en 2016 demostraron una fuerte correlación entre la felicidad de una nación y la presencia de la variante génica rs324420 del alelo A del gen del ácido graso amida hidrolasa (FAAH). Este alelo, también denominado gen de la felicidad, ayuda a prevenir la degradación química de la anandamida, una molécula que aumenta el placer sensorial y ayuda a reducir el dolor.
Los investigadores utilizaron varias bases de datos partiendo de la distribución por países del World Values Survey (2000 – 2014). Los resultados demostraron que la variante rs324420 se asocia con despreocupación ante el peligro, incremento del placer cotidiano, y menor actividad cerebral frente a “caras poco amigables”. Los países más felices fueron Ghana y Nigeria en África occidental, y los países latinoamericanos del norte, como México, Colombia y Venezuela, cuyos ciudadanos son de origen euroamericano, amerindio o mixto. Países árabes como Irak y Jordania, y asiáticos como Tailandia, Taiwán y China (con evaluación aparte de Hong Kong), que tenían la menor prevalencia de este alelo, se mostraron como los menos propensos a autocalificarse como “muy feliz”. Las diferencias en felicidad basadas en el terreno genético se evidenciaron en los países europeos del norte, como Suecia, con una prevalencia significativamente mayor del alelo A y una autoevaluación de “muy feliz”, que la detectada en los países de la Europa central y del sur.
Según el estudio, las diferencias climáticas también están asociadas con la condición de felicidad de los países, pero consideran que la riqueza económica, el crecimiento económico reciente, el estado de derecho, la prevalencia de patógenos y la distribución de cortos versus largos alelos del gen transportador de serotonina no son predictores significativos de la felicidad nacional.
La prevalencia de estas variantes génicas son importantes pero requieren de distintas condiciones genéticas, ambientales u otras, para que se dé la condición de “felicidad”, más aún cuando estas variantes también están ligadas a la despreocupación ante el peligro, incremento del placer cotidiano y menor actividad cerebral frente a adversidades. Condiciones todas que permitirían que una situación traumática modifique el estado de felicidad de una nación.
Esta asociación entre la felicidad y la despreocupación explicaría la felicidad de algunos países o regiones costaneras. Aspectos para debatir y seguir estudiando.
Felix J. Tapia
Nota sobre el autor:
Felix J. Tapia se define en su blog como biólogo, inmunólogo, parasitólogo, rockero, farandulero, ucevista y venezolano. Biólogo de Concordia University, Montreal, Canadá e inmunólogo de la Universidad de Londres, Reino Unido. Profesor Asociado de la Universidad Central de Venezuela (UCV) y Jefe del Laboratorio de Biología Molecular, Instituto de Biomedicina, UCV. Ha publicado más de 100 artículos en revistas científicas y capítulos en libros. Premio Fundación Empresas Polar “Lorenzo Mendoza Fleury” 2005. Fue miembro de comités editoriales de las revistas Histology and Histopathology, Acta Microscopica, Dermatología Venezolana, Vitae, Immunobiology; y actualmente de Our Dermatology, Journal of Microbiology & Experimentation e International Journal of Clinical Dermatology & Research. Activo en el ciberespacio con publicaciones en Blog Felix J. Tapia, Piel Latinoamericana, Código Venezuela, RunRunes, Mirador Salud y DermPathPro.
Nota: Imagen es «Abstract Red DNA» tomada del Flickr de Lisa Camper bajo Licencia CC BY-NC-ND 2.0