Las situaciones de adversidad que se experimentan durante la infancia como aquellas relacionadas con la pobreza, la separación prolongada o definitiva de la familia o la vivencia de la enfermedad de uno de los padres se asocian a cuadros depresivos severos y a procesos inflamatorios crónicos durante la adolescencia.
Así lo señala un estudio realizado por un grupo de investigadores de la Universidad de British Columbia en Vancouver, Canadá, publicado en la edición en línea de la revista Biological Psychiatry, el 12 de abril de 2012.
La inflamación aguda es la respuesta natural del organismo, mediada por el sistema inmunológico, frente a las lesiones causadas por agentes externos como las bacterias o los virus, con el objetivo tanto de aislar y destruir al invasor como de reparar el órgano o tejido afectado.
Sin embargo, existe otro tipo de proceso inflamatorio, de larga duración y bajo grado de intensidad, que puede desempeñar un papel más complejo y desconcertante, en el cual el sistema inmune puede iniciar una respuesta de inflamación sistémica o general aun cuando no haya, aparentemente, una causa desencadenante.
Estudios previos han arrojado resultados inconsistentes en cuanto a la asociación entre inflamación crónica y depresión.
Con la finalidad de resolver estas discrepancias, el Dr. Gregory Miller y el Dr. Steve Cole reclutaron 147 adolescentes femeninas sanas, pero con alto riesgo de desarrollar depresión.
Los investigadores indagaron si las participantes habían estado expuestas a situaciones de adversidad durante la infancia como la vivencia de separación prolongada o definitiva de la familia, estatus socioeconómico bajo, además de considerar antecedentes familiares de depresión.
Durante el período de seguimiento que duró 2 años y medio, las jóvenes fueron controladas cada 6 meses. El equipo de investigadores las evaluó a través de entrevistas y, además, les tomaron muestras de sangre para medirles los niveles de dos marcadores de inflamación: la proteína C reactiva (PCR) y la interleucina-6 (IL-6).
Los autores encontraron que en aquellas participantes que habían experimentado un proceso de estrés severo en etapas tempranas de la infancia, el desarrollo de la depresión iba acompañado de un aumento de ambos marcadores de inflamación.
En esos casos, el nivel de la proteína C reactiva se mantuvo elevado, incluso, hasta 6 meses después de que los síntomas de la depresión habían remitido, lo cual confirmó que el proceso de inflamación que presentaban las participantes era crónico. Más aun, en algunos casos se observó aumento del marcador interleucina-6 hasta seis meses antes de la instalación del cuadro depresivo.
Debido a que los procesos de inflamación crónica se observan también en otras afecciones como la diabetes tipo 2 y la enfermedad cardiovascular, las personas que presentan depresión y aumento de la PCR y de la IL-6 tienen un mayor riesgo de desarrollar estas dolencias.
Esta coincidencia entre depresión y aumento de los marcadores de inflamación solo se observó entre las participantes que habían experimentado una situación de estrés grave durante etapas tempranas de la infancia.
Hallazgos como los reportados por este estudio podrían ayudar a los médicos a diagnosticar, evaluar y tratar de un modo más adecuado a estas personas, particularmente vulnerables a desarrollar cuadros depresivos severos y otras afecciones relacionadas con procesos inflamatorios crónicos.
Comentarios al margen
Los individuos que presentan un diagnóstico de depresión severa con frecuencia adoptan estilos de vida poco saludables. A menudo, aumentan el consumo de alimentos ricos en calorías y no participan en ningún tipo de actividad física programada.
La comida, a su vez, está impregnada de muchos significados y es utilizada tanto para saciar la sensación natural de hambre como para satisfacer el hambre emocional producto de carencias afectivas.
Todos estos factores predisponen al desarrollo de sobrepeso y obesidad.
Estudios previos han demostrado que el consumo excesivo de dulces, bebidas gaseosas azucaradas y jugos endulzados contribuyen con el incremento de la incidencia de sobrepeso y obesidad en los adolescentes.
Con frecuencia, estos jóvenes presentan aumento de la acumulación de grasa en la zona abdominal, la cual se debe, mayoritariamente, al incremento de la grasa visceral, que es aquella que se deposita alrededor de algunos órganos abdominales y es un factor de riesgo de enfermedad cardiovascular y diabetes tipo 2.
Hasta hace relativamente poco tiempo, se consideraba que las células adiposas tenían una función pasiva como simples depósitos de grasa. Actualmente, se sabe que el tejido adiposo se comporta como un órgano con funciones metabólicas y endocrinas.
Se ha comprobado que el exceso de grasa visceral aumenta la producción de unas proteínas llamadas citocinas como la interleucina-6, que a su vez aumenta los niveles de la proteína C reactiva, lo cual produce un estado de inflamación crónica y moderada que predispone al desarrollo de enfermedades como la diabetes tipo 2.
Por lo tanto, es posible que algunos adolescentes que desarrollan cuadros depresivos severos asociados a condiciones de estrés y adversidad durante la infancia tengan estilos de vida poco saludables, lo cual podría explicar, en parte, el incremento de factores proinflamatorios como la proteína C reactiva y la interleucina-6.
Estos niños y adolescentes, por lo tanto, deberían ser tratados por un equipo multidisciplinario de profesionales que les garantice, en lo posible, su bienestar tanto físico como mental.
Dra. Berdjouhi Tsouroukdissian
2 Comentarios
Carlos
Es importante que aparte de las evidencias físicas (de laboratorio) y de la evidencias estadísticas , se le trate con la palabra; o sea enseñarles a aceptar la vida que les tocó y las potencialidades que tienen para encarar experiencias mas gratificantes con lo cual su marcadores desaparecerían y todo su cuerpo al entrar en felicidad y armonía segregará sustancias que impedirán las enfermedades. Los medicamentos duran horas y luego hay que repetirlos (pero las causas seguirán ocultas generando sustancias negativas). LA PAZ INTERIOR ESEL MEJOR REMEDIO PARA LA SALUD, POR LA ARMONÍA QUE GENERAN EN TODO NUESTRO ECOSISTEMA INTERNO.
carmen
Estoy de acuerdo con sus palabras lo he podido comprobar en mi misma. No le das importancia hasta que lo lees.
gracias por compartir esas palabras de sosiego.
un cordial saludo