Sobre Seguridad alimentaria. Según la FAO, la seguridad alimentaria existe cuando “todas las personas tienen —en todo momento— acceso físico, social y económico a alimentos suficientes, inocuos y nutritivos que satisfacen sus necesidades energéticas diarias y preferencias alimentarias para llevar una vida activa y sana”. Por otro lado, la seguridad alimentaria en el hogar existe cuando el grupo familiar puede satisfacer bajo estas premisas las necesidades y preferencias alimentarias de todos sus miembros durante el año.
De acuerdo a FAO, es crítico relacionar la seguridad alimentaria nacional y la seguridad alimentaria del hogar debido a que, aunque en el país exista disponibilidad de alimentos en cantidad y variedad correctas, esta es una condición necesaria pero insuficiente para garantizar un buen acceso para todos los hogares que los necesitan.
Además, contar en los hogares con un suministro favorable de alimentos es necesario pero insuficiente para garantizar el consumo adecuado (en términos de calidad nutricional y general), de todos los miembros de la familia.
La disponibilidad de alimentos en un país, comunidad u hogar no garantiza que su consumo sea equitativo ni nutricionalmente apropiado.
Sobre patrones de consumo. El comportamiento alimentario promedio de un conjunto de individuos -no lo que consume eventualmente sino la mayoría de las veces- configura un patrón en una población que permite una aproximación a lo que consume habitualmente. El patrón alimentario es producto no solo de la cultura, costumbres o hábitos alimentarios de los individuos sino de todos los factores restantes que configuran la seguridad alimentaria (disponibilidad, acceso en cantidad y calidad a alimentos adecuados, etc.)
Son muchos los factores que inciden en un patrón de consumo y estudiar los patrones de consumo alimentario de una población es de enorme importancia por todos los aspectos involucrados, uno de ellos, las relaciones existentes entre dieta y enfermedad, además de permitir generar políticas en pro del desarrollo social, proponer medidas para generar una sociedad saludable y guiar empresas dirigidas a prestar servicios de consumo en el país.
En 2015, el Estudio Venezolano de Nutrición y Salud (EVANS) se abocó a identificar un patrón general de alimentación, así como subpatrones, que dependen de factores sociodemográficos y relacionarlo con la ingesta de energía y macronutrientes. La investigación encontró cinco patrones de consumo según su composición nutricional. El patrón mayoritario y de menor calidad nutricional es el patrón 5 (35% de la población), presente en toda la geografía nacional, principalmente en Guayana y en las regiones occidental y capital, donde lo comparten la mitad de sus habitantes. El patrón 1 con altos niveles de adecuación, presente en apenas 6% de la población. El patrón 2, más característico de la región andina y central, presenta un nivel adecuado de consumo en casi todos los nutrientes. El patrón 3, característico de los llanos y la región occidental, en el que resalta un alto consumo de carne, grasas y cereales; y un patrón 4, más característico de la región oriental y Guayana, con predominio de pescado y frutas. Los patrones muestran diferencias geográficas y la existencia de una alta vulnerabilidad alimentaria en 35% de la población cuyo consumo calórico promedio alcanza niveles de sobrevivencia. La encuesta de seguimiento al consumo (ESCA) realizada por el Instituto nacional de Estadística (INE), reflejaba igualmente en 2015, la caída en la ingesta de casi todos los rubros de alimentos
En 2019 (antes de la pandemia), el Programa Mundial de Alimentos realizó una evaluación para estimar las necesidades y vulnerabilidades de los hogares venezolanos. Los resultados mostraron que la inseguridad alimentaria es una preocupación en todo el país. La falta de diversidad dietética surgió como un tema de gran alarma. El consumo de carne, pescado, huevo, vegetales y frutas está por debajo de los tres días a la semana para cada uno de estos grupos de alimentos. La falta de diversidad en la dieta indica una ingesta nutricional inadecuada.
¿Y las frutas y hortalizas? El bajo consumo de frutas y hortalizas (F&H) es un tema de importancia global, regional y nacional. ONU/FAO declararon 2021 como el Año Internacional de F&V para crear conciencia sobre los beneficios nutricionales y para la salud de su consumo y su contribución a la seguridad alimentaria y nutricional. El documento de antecedentes lo sustenta en detalles:
Las F&H son esenciales para una dieta saludable por su contenido en vitaminas, minerales, fibra y compuestos bioactivos. Ayudan en el crecimiento infantil y apoyan las funciones corporales y el bienestar físico/mental/social en todas las edades, a prevenir todas las formas de malnutrición (desnutrición, deficiencia de micronutrientes, sobrepeso y obesidad) y reducir el riesgo de enfermedades no transmisibles. Junto con la malnutrición, las dietas poco saludables se encuentran entre los diez principales factores de riesgo de enfermedades a nivel mundial. La OMS recomienda un consumo mínimo de 400 g para obtener sus beneficios para la salud y nutricionales. De acuerdo a la OMS, en 2017, 3.9 millones de muertes en todo el mundo se atribuyeron un consumo insuficiente de frutas y hortalizas (F&H).
¿Y la población venezolana? Son pocos los estudios que evalúan el consumo de F&H en la dieta de la población venezolana por lo que existe un desconocimiento de los factores que lo puedan afectar.
Según la última Encuesta Nacional de Consumo de Alimentos (ENCA) publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE) en 2015, la ingesta de frutas fue de 85.5g/persona/día, mientras que la de hortalizas fue de 82.1g/persona/día.
En 2015, en el marco del proyecto EVANS, se estudiaron los patrones de consumo de frutas y hortalizas en la población urbana de Venezuela encontrándose que la mayoría de la población no consume diariamente cantidades adecuadas de F&H (231.8 g) Se identificaron seis patrones (aliñeros, ensaladeros, popular, fruteros, no consumidores de frutas y no consumidores de hortalizas), con características tan diversas como uso culinario, cantidad consumida, tipo, forma, color (p. ej. se prefieren frutos amarillo-naranja antes que las hortalizas de tallos y hojas verdes). Ningún patrón se caracterizó por cumplir con las recomendaciones de variedad, equilibrio y cantidad para el consumo de F&H, lo cual, de acuerdo a los autores, contribuye con la situación alimentaria-nutricional de Venezuela.
La Encuesta de Condiciones de Vida (ENCOVI) ha venido documentado cambios bruscos en el consumo de F&H. Se registró una disminución en la intención de compra semanal de frutas de 5.1% para el 2015 y de 22.3% para el año 2017, casi tres veces menos que en el año 2014. En el caso de las hortalizas, para el 2017, un 17.2% de los hogares venezolanos dejó de planificar su compra. Las F&H adquiridas por 63.9% y 18.8% respectivamente de los hogares en 2014-2016 descienden a 34% y 11.5% en 2017.
ENCOVI 2021, compara los años 2020 y 2021 y al analizar los gastos en alimentos por rubros y condición de pobreza de los hogares venezolanos, todos los estratos redujeron su gasto en alimentos, y considerablemente su gasto en F&H, siendo los hogares venezolanos “No Pobres” los que tuvieron la mayor disminución.
Es importante decir que es notoria la ausencia de F&H en los programas asistenciales del gobierno como las cajas y bolsas CLAP. Tampoco el gobierno ha innovado, por ejemplo, con la inclusión en sus programas de bonos, de alternativas para contribuir con el acceso de F&H en mercados campesinos, municipales o mayoristas, para adquirir F&H aplicando el valor de estos bonos condicionado para ese fin específico.
Costo de las F&H. Según el informe de las Naciones Unidas sobre el Estado de la Seguridad Alimentaria y la Nutrición en el mundo (SOFI) de 2020, el costo y la asequibilidad de las dietas en todo el mundo sugieren que más de 3 mil millones de personas no pueden permitirse una dieta saludable, una cifra dramática que revela una causa central de la malnutrición en todas sus formas y pone el foco en si las personas pueden acceder a los alimentos para satisfacer las necesidades dietéticas, o en la calidad nutricional de esas calorías.
En el “Documento de antecedentes para el SOFI 2020” sobre costo y asequibilidad de dietas saludables en todos los países —dentro de los cuales no hay datos para Venezuela— estiman que de los $ 3.75 necesarios para una dieta saludable, $ 1.50 es para F&H. Estas estimaciones demuestran los enormes desafíos que los responsables de la formulación de políticas enfrentan para transformar los sistemas alimentarios de sus países para 2030, más cuando COVID-19 ha exacerbado estos retos al afectar negativamente las cadenas de suministro de alimentos y al acceso de las personas a alimentos nutritivos.
En estos documentos se enfatiza la importancia de reducir el costo de los alimentos nutritivos y garantizar la asequibilidad de las dietas saludables. Esto es bastante desafiante para la recomendación de la OMS de al menos 400 gramos de F&H/día.
Corolario. El concepto mismo de seguridad alimentaria hace inferir que no habrá seguridad alimentaria plena mientras la cuestión de la disponibilidad, acceso consumo y aprovechamiento de alimentos saludables, como las F&H no se resuelva.
Es muy importante obtener información sobre la presencia de las F&H en los patrones de consumo del venezolano y los determinantes que lo afectan. Tanto al nivel rural como urbano el problema de acceso a las F&H en Venezuela es grave, por elevados precios y el deterioro del poder de compra.
Los resultados podrían contribuir con las políticas públicas del Estado en cuanto a identificar los alimentos que faltan en la dieta venezolana de modo de mejorarla en términos de nutrición y salud para la población. Igualmente, para enfatizar la necesidad de apuntalar la producción local, de enorme valor para el sector agrícola del país, apoyar a los agricultores, mejorar la producción y las cadenas agroalimentarias, incentivar agricultura familiar y compras locales de F&H.
El Sistema Alimentario Venezolano necesita transformarse para recuperar producción nacional y consumo que permitan niveles de seguridad alimentaria y nutricional adecuados para la población venezolana.
María Soledad Tapia
3 Comentarios
Nelly Marin
Asi es, es fundamental cubrir todos los aspectos q hacen parte de la seguridad Alimentaria… diversidad, acceso monetario, disponibilidad, variedad entre otras…
Nelly Marin
Asi es, es fundamental cubir todos los aspectos q hacen parte de la seg. Alimentaria… diversidad, acceso monetario, disponiblidad, variedad entre otras…
Mirador Salud
Muchas gracias Nelly por tu comentario.
Es así.
MS