El título del artículo científico ya dice bastante: “Efecto beneficioso del consumo de pistacho sobre el metabolismo de la glucosa, la resistencia a la insulina, la inflamación, y marcadores de riesgo metabólicos relacionados”. Es decir, el consumo regular de pistachos podría proteger contra la diabetes tipo 2 ya que tiene efectos significativos sobre la resistencia a la insulina, y puede incluso ayudar a revertir algunas consecuencias metabólicas nocivas de la pre-diabetes. Esto, de acuerdo a un estudio español publicado el mes de agosto de 2014 en la revista Diabetes Care.
Verdaderamente, los pistachos son frutos secos para considerar agregar a nuestra dieta pues parecen albergar propiedades muy especiales. Ya han sido asociados a través de numerosos estudios con formidables beneficios para la salud cardiovascular: disminuyen el colesterol malo y los triglicéridos, y aumentan el colesterol bueno, con lo que disminuyen el riesgo de enfermedad coronaria. Además, mejoran la elasticidad de las arterias con lo que se previene la hipertensión.
Estos beneficios se atribuyen al “robusto paquete nutricional” que constituyen los pistachos: no contienen grasas trans o colesterol dietario, pero tiene altos contenidos de vitaminas, minerales y fitoquímicos. Por ejemplo, son una fuente muy rica de luteína (antioxidante carotenoide que previene la degeneración macular), ?-caroteno (vitamina A) y ?-tocoferol (una forma de vitamina E). Son las únicas nueces aparte del maní que contienen resveratrol, un polifenol que se encuentra también en las frutas y hortalizas de color morado, altamente antioxidante al que se le atribuyen propiedades anti-envejecimiento. Los pistachos también tienen propiedades analgésicas y antiinflamatorias.
El efecto benéfico de los pistachos en el metabolismo de lípidos, lipoproteínas, y sensibilidad a la insulina ha venido siendo estudiado en pacientes con diabetes tipo 2, sin embargo, no había estudios que evaluaran el efecto de los pistachos en el metabolismo de la glucosa y en la resistencia a la insulina en sujetos pre-diabéticos, es decir en la progresión de la prediabetes.
En el trabajo español se trabajó con una muestra de 54 personas pre-diabeticas, es decir, personas con los valores de glucosa alterados, lo que sugiere que con el tiempo acabarán desarrollando diabetes Tipo 2. Estas personas consumieron dos dietas tipo mediterráneo (cada una por 4 meses): una dieta suplementada con pistachos (57 gramos al día) y una dieta control sin frutos secos, con un período de descanso de dos semanas antes de cambiar de dieta. Las dietas eran isocalóricas y equivalentes en proteína, fibra y ácidos grasos saturados, es decir, no diferían en el total de ácidos grasos saturados y contenido de colesterol. Un 55% de las calorías de las dietas control provenían de carbohidratos y 30% de grasas, mientras que en las dietas con pistacho, los porcentajes eran de 50 y 35% respectivamente.
Al inicio del estudio y durante cada mes, se recogieron datos de peso, distribución de grasa corporal, presión sanguínea, hábitos alimentarios y actividad física. No se encontraron diferencias significativas en el índice de masa corporal (IMC) entre los periodos de intervención, es decir, que incluso tras la ingesta de pistachos no se observó un aumento de peso corporal.
También se tomaron muestras de sangre, tanto al inicio como al final de cada periodo de intervención. La glucosa e insulina en ayunas y el marcador de resistencia a la insulina (HOMA por sus siglas en inglés), disminuyeron significativamente después de la dieta con pistachos comparados con la dieta control.
Otros biomarcadores de riesgo cardiometábolico tales como fibrinógeno, LDL oxidada, GLP-1 (péptido similar al glucagón tipo 1), y el factor plaquetario 4, mostraron una mejoría significativa después de la dieta con pistacho en comparación con la dieta control. Los individuos en la dieta con pistacho mostraron también una mejoría en los niveles de hemoglobina glucosilada (HbA1c) que se encuentra alterada en la diabetes tipo 2, y una tendencia a un mejor perfil de grasa en sangre
Los autores concluyen que el consumo habitual de pistacho está emergiendo como una estrategia nutricional para el estadio pre-diabético. Los datos sugieren que los pistachos pueden disminuir la resistencia a la insulina, promueven un perfil metabólico más saludable y reversan ciertas consecuencias metabólicas perjudiciales de la pre-diabetes.
Entonces, a comer pistachos recordando que a pesar de ser menos calóricos que la mayoría de las otras nueces, los pistachos son calóricos, por lo que se sugiere la recomendación estadounidense de 1,5 onzas diarias (42,5 gramos), equivalente a un puñado. En este caso sin embargo, los participantes del estudio español consumieron 57 gramos diarios.
Un trabajo publicado en el año 2011 en la revista Appetite concluyó que debemos comer pistachos que se encuentren dentro de su cáscara, pues el consumo de calorías es menor en comparación con las nueces descascaradas. La razón es el tiempo adicional que nos toma descascar la nuez así como también el volumen extra que percibimos cuando tienen cáscara.
Entonces, a comprar pistachos en su cáscara, sólo que el precio en Venezuela es elevadísimo.
Pregunta al margen: ¿Se siguen vendiendo pistachos en los juegos de pelota en nuestro país?
María Soledad Tapia
3 Comentarios
Marina Madrid
Excelente información, lástima que su precio sea tan alto en este momento, mil gracias por este artículo, me será muy útil con mis pacientes y sus familiares
Mirador Salud
Gracias Marina. Así es, son muy caros. Deberíamos buscarlos en los mercados donde quizás sean más accesibles, y que traigan menos sal.
Saludos.
Marisol
Emily
«Excelente información la cual ustedes han compartido con nosotros es de mucha utilidad para quienes buscamos opciones ante este problema. Mas cuando uno busca un buen tratamiento complementario que ayude a controlar la diabetes de forma efectiva, con algún sistema natural que nos ayude a vivir una vida plena, estoy muy seguro que esto será de gran ayuda http://5blogger.com/diabet3s