La primera notificación de este año que hace la Organización Mundial de la Salud del brote epidémico del ébola en África fue el 23 de marzo de 2014 en su sección de Global Alert and Response (GAR). En esa oportunidad, GAR señaló que el Ministerio de Salud de Guinea había informado el inicio de una epidemia de ébola en las zonas boscosas del sudeste del país, que para el 22 de marzo presentaba 49 casos con una letalidad de 59% (29 muertes).
La enfermedad del virus ébola (EVD, por sus siglas en inglés), anteriormente conocida como fiebre hemorrágica del ébola, es muy grave y contagiosa, tiene un período de incubación hasta de 20 días y en humanos puede ser fatal hasta más del 90% de los casos, ya que no existe tratamiento específico ni vacuna disponible. El ébola causa la aparición brusca de fiebre, debilidad, dolor muscular y de cabeza, vómitos, diarrea y hemorragia, entre otros síntomas.
El virus es introducido en los humanos mediante el contacto con sangre, secreciones, órganos y otros fluidos corporales de animales infectados como murciélagos, chimpancés, gorilas, monos, cochinos, puercoespines y antílopes del bosque; pero la enfermedad se propaga en la comunidad mediante la transmisión de humano a humano por contacto directo con piel lesionada, mucosas, sangre, secreciones de infectados o por contacto directo con ambientes u objetos contaminados. Los sobrevivientes pueden transmitir la infección hasta 7 semanas después de haber contraído la enfermedad a través del semen.
De las 5 cepas virales distintas del ébola que existen, actualmente circula la cepa Zaire, una de las más mortales. Solamente tres de las cepas han circulado en África. El ébola aparece por primera vez en 1976, simultáneamente en Sudán y la República Democrática del Congo (RDC), antigua Zaire, y en ese país se extendió al río Ébola, de donde viene su nombre. Las epidemias más mortales han ocurrido en RDC, una de ellas contó con 318 casos y 280 muertos para una letalidad de 88%. El último brote ocurrió en 2012 en RDC con 57 casos y 29 fallecidos (57%).
Según el último reporte de GAR al 20 de abril de 2014, la actual epidemia de ébola en Guinea presenta 208 casos diagnosticados clínicamente, de los cuales 136 (65%) han fallecido y 112 (54%) han sido confirmados por laboratorio. Se han contagiado 25 trabajadores de salud y 16 de ellos han sido fatales. La epidemia se ha extendido a seis distritos del país, incluyendo la capital Conakry, donde hay 53 casos confirmados y 23 muertes. Esto es un signo de preocupación porque el virus llegó a ciudades más pobladas en donde la transmisión es más acelerada. Mientras la epidemia persiste en zonas alejadas y despobladas es más fácil su control.
Otro signo de alarma es la dispersión del virus al punto de su transmisión a países vecinos como Liberia que presenta un total de 34 casos clínicos (6 confirmados) y 11 casos fatales, Sierra Leona y Mali. Sin embargo, los casos sospechosos de Sierra Leona y Mali han resultado negativos por las pruebas de laboratorio por el momento.
En el lapso de un mes existen 242 casos clínicos, 118 confirmados y 147 (61%) muertes, algo inquietante si se tiene en cuenta que el virus no se propaga tan fácilmente entre humanos ya que solamente 1 se contagia de 12 que han tenido contacto con un enfermo. Según investigadores de la epidemia, el origen del brote no se conoce exactamente. Los estudios indican que podrían ser los murciélagos, que son el reservorio específico para la cepa Zaire. En Guinea el gobierno prohibió el consumo de la sopa de murciélago, un majar local.
No existe vacuna para el ébola ni tampoco un tratamiento eficaz. La OMS recomienda proporcionar cuidados intensivos a los pacientes graves y proveer una adecuada hidratación.
Para prevenir el contagio lo primero que debe hacerse es informar a la población de la epidemia, características de la enfermedad, los factores de riesgo e identificar cada caso nuevo que ocurra. Se debe evitar el contacto directo con enfermos sin haber tomado las debidas precauciones o las medidas adecuadas como usar guantes apropiados, equipo protector, las medidas higiénicas de lavado de manos y el uso de medidas específicas contra la infección, antes y después de cuidar a un paciente, así como también evitar tocar directamente a los fallecidos y las superficies contaminadas sin estar debidamente equipado para ello. También se debe evitar el contacto con animales infectados y consumir los alimentos muy bien cocidos.
Para el experto de OMS, Tom Fletcher, la enfermedad ahora puede ser más controlable, comenta: “Hoy día, el egreso del hospital de pacientes muestra que el ébola no siempre es fatal. Buenos y tempranos cuidados médicos como la hidratación, nutrición y la apropiada medicación pueden tener un impacto positivo”.
Una evidencia de esto es que dos pacientes positivos para el ébola fueron dados de alta el 3 de abril, después de haber pasado 7 días en la sala de aislamiento del hospital de Donka, en la capital de Guinea. Al momento del alta, habían pasado 3 días sin síntomas y eran negativos por la prueba viral de laboratorio. Médicos Sin Fronteras reportó que para el 9 de abril habían sido dados de alta 7 pacientes con ébola, en el mismo hospital.
Existen buenas noticias para derrotar al ébola ya que dos farmacéuticas están trabajando para dar respuestas rápidas a este problema, a pesar de que probablemente no sea una inversión muy rentable, dado los pocos casos, aunque fatales, que ocurren en el mundo.
Recientemente, tras la epidemia de ébola, una nota de prensa de la farmacéutica Tekmira de Canadá informó los nuevos avances en las investigaciones sobre la tecnología LNP antiébola (TKM-Ebola) que han sido desarrollada por Tekmira gracias al financiamiento del Departamento de Defensa de los Estados Unidos. Además, la farmacéutica anunció que en enero de este año comenzó el estudio clínico para probar por primera vez el antídoto en humanos después de haber demostrado su eficacia en primates no-humanos. En marzo del año en curso, la FDA, mediante un proceso administrativo, contribuyó con la aceleración del desarrollo de esta tecnología antiébola. El Departamento de Defensa ha apoyado esta investigación ante las amenazas químicas, biológicas, radiológicas y nucleares a las que está expuesta la población mundial.
Otra farmacéutica, Mapp Biopharmaceutical en San Diego, Estados Unidos, está trabajando en el desarrollo de una mezcla de anticuerpos, para ser utilizado como tratamiento en la infección por ébola (ZMapp). El marzo pasado, los Institutos Nacionales de Salud (NIH) le otorgaron financiamiento por 5 años para desarrollar una mezcla de anticuerpos para la lucha contra el ébola, partiendo de una serie de anticuerpos que han sido identificados con potencialidades terapéuticas. En la investigación, donde participan 15 instituciones, deben encontrar la mejor y más eficaz combinación de estos anticuerpos.
Precisamente, en 2013 fueron publicados los resultados exitosos de uno de los componentes de este tipo de tratamiento, llamado MB-003, que mostró proteger 100% de los primates no-humanos del estudio al ser tratados una hora después de haber sido infectados experimentalmente con ébola, mientras que 43% de los animales se curaron cuando fueron tratados entre 4 y 5 días después de la infección. Mientras más precoz es el tratamiento existe mayor probabilidad de curación. El MB-003 como ya se dijo fue desarrollado por un proyecto de colaboración entre instituciones del gobierno de los Estados Unidos y la industria privada, donde Mapp Biopharmaceutical es una de ellas.
El ébola es una de las enfermedades más virulentas en el mundo porque puede desbastar familias y comunidades. Esta epidemia ha sido un gran desafío para la OMS dado que los países afectados son muy pobres con PIB entre 580 y 1.340 US$ y un expectativa de vida que oscila entre 45 y 63 años.
El riesgo de infección para los viajeros es muy bajo ya que tienen que tener contacto directo con fluidos corporales del infectado para contagiarse.
La OMS ha desplegado todo su apoyo técnico para el diagnóstico, epidemiología, manejo de los casos y prevención para controlar esta epidemia en África. Al mismo tiempo, hasta el momento, la OMS no recomienda la aplicación de restricciones viajeras o comerciales a los países afectados.
Irene Pérez Schael