El año 2016 comenzó con una nueva amenaza en el campo de las enfermedades infecciosas en América. El nuevo virus denominado Zika (ZIKAV o ZIKV), de la familia de los Flavivirus le ha seguido los pasos al Chikungunya y el Dengue, pero con una remontada importante en América del Sur, ya que al ser un nuevo agente infeccioso, la población se encuentra desprotegida inmunológicamente y el virus se propaga muy rápidamente gracias a la existencia abundante del vector. Los tres virus son arbovirus o virus transmitidos por artrópodos o mosquitos (Aedes aegypti y Aedes albopictus). Los síntomas de la enfermedad, como fiebre, erupción, dolor de cabeza, conjuntivitis no purulenta, artralgia, mialgia, astenia, son muy similares a los causados por otros arbovirus y aparecen entre 3 y 12 días después de la picada del mosquito. El 25% de los infectados no desarrolla síntomas.
Desde su descubrimiento en África, el virus causó infecciones muy esporádicamente en ese continente (Nigeria, Uganda, Tanzania, República Centroafricana, Egipto, Sierra Leona y Gabón) y en Asia (India, Malasia, Filipinas, Tailandia, Vietnam e Indonesia) hasta que en 2007 apareció una epidemia, en los archipiélagos del Océano Pacífico (Micronesia), en isla de Yap en donde el 75% de la población fue infectada con Zika. Luego en 2012, se extendió a Filipinas y en 2013 a la Polinesia Francesa, causando dos epidemias en cada lugar.
En 2014, se detectó un caso en Isla de Pascua, Chile; pero, fue en Brasil, en mayo de 2015, que se registró la primera epidemia de zika en el continente americano. De allí pasó sin demora a otros países de Sudamérica, Centroamérica y el Caribe. La revista The Lancet catalogó a zika como la nueva amenaza global para 2016, estimando que ocurrirán entre 400 mil y 1,3 millones de casos solamente en Brasil. Se pensó que, posiblemente, el virus fue introducido en ese país durante la Copa Mundial de Fútbol en 2014 debido a la gran afluencia de turistas. Sin embargo, una publicación sugiere que llegó de la Polinesia Francesa y, probablemente, durante el Campeonato Mundial de Canoa “Vaá Sprint” que se celebró en agosto de 2014, en Río de Janeiro; allí participaron 4 países del Pacífico, entre ellos la Polinesia Francesa. Análisis genómico de la cepa viral confirman esta teoría. Es importante acotar que ya se identificó en Puerto Rico y en Texas, Estados Unidos.
El problema de América es que tenemos las condiciones climáticas adecuadas para la proliferación del vector, el cual huye de los climas fríos de invierno.
Entrevista al Dr. Pedro Vasconcelos de la Sección de Arbovirus y Fiebre Hemorrágica del Instituto Evandro Chagas, Brasil
¿Cuál es la magnitud de la epidemia de Zika en Brasil?
“Es difícil evaluar la magnitud de la epidemia por Zika debido ya que el virus está circulando simultáneamente con el Dengue y el Chikungunya. Sin embargo, el Ministerio de Salud ha estimado un número infecciones por Zika entre 500.000 y 1.500.000. Por lo tanto, la epidemia que ha sido confirmada en 23 estados persiste con una tendencia a aumentar drásticamente. Además, se han reportado más de 3.500 microcefalias y 40 muertes hasta finales de 2015. Estas cifras no tienen parangón y muestran la intensidad y severidad de la epidemia de Zika en Brasil y en otros 18 países de América Latina”.
¿Cuáles son los retos para enfrentar la epidemia?
“El reto son las medidas para mejorar el control del vector, la única herramienta disponible para evitar una epidemia masiva en el continente ya que no existen medicamentos ni vacunas para controlar la diseminación de la enfermedad. Por lo cual, es urgente la lucha contra el mosquito, para reducirlo en las áreas urbanas afectadas por el Zika”.
Zika: una historia interesante en USA
El virus de Zika fue aislado por primera vez en 1947 de un mono del bosque llamado Zika, en Uganda, por un grupo de investigadores que trabajaban en el East African Virus Research Institute. Ellos estaban estudiando los mosquitos como vectores de infecciones virales, tales como la fiebre amarilla, con un proyecto financiado por la Fundación Rockefeller. El mono fue trasladado a la fundación para ser estudiado y se le aisló el virus del cerebro; además su suero fue inoculado a un ratón que desarrolló la enfermedad. La investigación fue publicada en 1952. Posteriormente, en 1948, fue aislado de un mosquito del género Aedes, habitante del mismo bosque. En 1964, Alexander J Haddow, uno de los descubridores del Zika, describe la transmisión por mosquitos de los virus Ntaya, Fiebre Amarilla, Chikungunya, Rif Valley y, particularmente, del virus de Zika, en un interesante artículo sobre el papel de estos vectores y su ecología en la propagación de enfermedades.
A todas estas, en 2008, el investigador de malaria en la Universidad de Colorado, Brian Foy, regresa de uno de sus viajes de Senegal, acompañado de su estudiante de doctorado Kevin Kobylinski, donde ambos recolectaron mosquitos como parte de su trabajo, además de recibir muchas picaduras, historia que relató en una entrevista en Science, en 2011. A los pocos días de haber regresado, ambos investigadores se enfermaron con una erupción en el torso, dolor en las muñecas, rodillas y tobillos, dolor de cabeza y de garganta y presentaron mucha fatiga. Foy también tuvo una prostatitis con dolor al orinar. Varios días después enfermó la esposa de Foy, sin embargo no así ninguno de sus 4 hijos. Enviaron los sueros a los laboratorios de los Centros de para el Control de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) ubicados en Fort Collins, Colorado, y los resultados fueron positivos para dengue en los dos investigadores, quienes habían recibido la vacuna de fiebre amarilla antes de viajar y que presenta reacción cruzada con el dengue. La esposa de Foy, quién no había recibido la vacuna de la fiebre amarilla, no fue positiva para ninguna de las pruebas. Del CDC les dijeron que era dengue pero que no sabían con qué se había enfermado la esposa de Foy; aunque los síntomas eran muy similares. Esas muestras fueron guardadas por Foy, una conducta muy común entre científicos, con la idea de conocer en un futuro qué había pasado.
Un año después, en otro viaje de trabajo a Senegal, Kevin Kobylinski fue a tomar unas cervezas con el médico y entomólogo de la Universidad de Texas, Andrew Haddow, nieto del Dr. Alexander Haddow, uno de los descubridores del virus de Zika. En esa tertulia compartieron historias y apareció la relación entre el zika, el abuelo y el joven Haddow, quién se había leído todos los trabajos de su abuelo e investigaba en ese campo, naturalmente inspirado en su abuelo. Igualmente, Haddow asomó la eventualidad de que hubiera sido zika la enfermedad que tuvieron años atrás. A su regreso a los Estados Unidos en 2009, Kobylinski le cuenta su encuentro con el nieto de Haddow a Foy e inmediatamente les envían las muestras a Haddow, quién se las entregó para ser procesadas a su colega, el virólogo Robert Tesh, con quién había publicado sobre el virus de Zika. Las muestras de Foy, de la esposa y de Kobylinski dieron positivas para el virus de Zika. El virus había circulado en Senegal en aquél momento, como fue descrito posteriormente. El misterio fue resuelto en 2011, tres años después.
A la par, surgió la pregunta: ¿cómo se contagió la esposa? Ella no había viajado a África ni tampoco había sido picada por mosquitos? Foy cuenta en la entrevista que tuvo relaciones sexuales con su mujer al día siguiente de su llegada lo que lo indujo a proponer que la transmisión del Zika también puede ocurrir por contacto sexual-vaginal y publicarlo en un artículo en 2011. A la par, el virus se ha identificado en el semen de un paciente. En ese tenor, se ha descrito la transmisión por transfusión de sangre en Brasil y la Polinesia Francesa.
Diferencias entre zika, dengue y chikungunya
Los síntomas clínicos son muy similares entre las tres enfermedades, pero, por ejemplo, el dengue cursa con fiebre más alta, los dolores musculares son peores y bajan las plaquetas. El sangrado y petequias son signos importantes de alertas en el dengue. El chikungunya presenta fiebre alta y dolor más intenso en las articulaciones de manos, pies, brazos, rodilla y espalda, mientras que en el zika, la conjuntivitis y erupción son los síntomas más característicos. Más aun, en la Polinesia Francesa, se han reportado casos de infección simultánea de Dengue, Chikunguyan y Zika, lo que dificulta el diagnóstico clínico.
Complicaciones del virus
La enfermedad de zika era considerada leve y el virus fue llamado “el primo leve del Dengue”; sin embargo, su asociación con Guillain Barré y microcefalia en recién nacidos ha hecho que la calificación de leve no sea la más adecuada. A la par, por ejemplo, en ratones el virus presenta alto neurotropismo, no ha sido aislado de otros tejidos excepto del cerebro y causa degeneración neuronal e infiltración celular.
En Brasil, desde que comenzó la epidemia ha habido un incremento sustancial (20 veces mayor a lo habitual) de microcefalia (3.174 casos para el 2 de enero de 2016), hecho que sugiere su asociación con esta patología, ya confirmada por el Ministerio de Salud de Brasil, que ha sido reforzada por el neurotropismo del virus y por su identificación en el líquido amniótico de mujeres embarazadas. Una publicación reciente describe dos casos de mujeres embarazadas con Zika, en quienes el ultrasonido reveló disminución de la circunferencia de la cabeza de los fetos, atrofia del cerebro y calcificaciones en los lóbulos frontales. Los autores sugieren que la microcefalia podría ser la punta del iceberg en la enfermedad causada por el Zika. Justo hace cuatro días, fue publicada la noticia sobre la demostración de la presencia del ARN viral de Zika en la placenta, en el Instituto Oswaldo Cruz (IOC/Fiocruz) en Brasil; lo que viene a confirmar que el zika puede ser factor causal de la microcefalia con sus secuelas neurológicas, en la visión, audición y el aprendizaje.
El virus también ha sido asociado con el síndrome de Guillain Barré, primero en la Polinesia Francesa y ahora en Brasil y Venezuela.
Situación en Venezuela.
Las noticias sobre Zika en Venezuela no son oficiales. Estamos al tanto de la situación a través de los medios de comunicación. La primera vez que se conoció del virus, aunque ex ministros de salud lo venían anunciando, fue el 28 de noviembre por una nota de prensa que reportaban 17 enfermos de Zika, en Zulia. Dos días después recibí un correo del CDC solicitando información sobre la enfermedad en Venezuela, se habían enterado por la nota de prensa. Para el momento, todavía no había ninguna declaración oficial hasta que fueron confirmados por pruebas de laboratorio 4 casos en Bolívar. Esta noticia se conoció por un comunicado oficial de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Hasta la fecha, esos son los únicos casos oficiales de la enfermedad causada por el virus de Zika en Venezuela.
Según José Félix Oletta, ex ministro de salud, se estima que por el aumento de casos de Guillain Barré se hablaría de 6.000 enfermos de Zika, extrapolación que se puede hacer estimando el número de casos a partir de que el 0,5% de enfermos con Zika desarrollan el síndrome de Guillain Barré y en base al exceso de casos que se han registrado. Sin embargo, en mi entorno conozco por clínica cerca de 10 enfermos con Zika. Se ha reportado este síndrome en 4 estados del país y ahora recientemente en Caracas, la capital.
Al mismo tiempo, no existen los reactivos de laboratorio para su diagnóstico en Venezuela con la excepción del Instituto de Higiene. Tampoco se consiguen los analgésicos para el dolor y no hay inmunoglobulinas para tratar el Guillian Barré. Para cerrar el cuadro no existe una campaña sanitaria dirigida al control de los mosquitos y a educar a la población.
Así mismo, es importante tener en cuenta que en la primera semana de noviembre de 2015, se llevaron a cabo las “Jornadas de arboviurs: Dengue, Chikungunya y Zika”, organizadas por la Oficina Panamericana de la Salud (OPS) para prepararse ante el nuevo reto que representa la circulación simultánea de los tres virus. A esa reunión asistieron varios países pero no Venezuela.
Es decir, la situación venezolana es crítica para afrontar esta epidemia que augura un impacto peor al esperado.
¿Posibilidad de una vacuna?
Dado lo complicado de la situación con esta enfermedad emergente, se evidencia la necesidad de una vacuna para ya. Se ha discutido que la actual vacuna para el dengue podría servir de plataforma o base para la vacuna contra el Zika, lo que ahorraría tiempo y trabajo para lograr su desarrollo.
Irene Pérez Schael