Una investigación desarrollada por científicos de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) y de otras instituciones de los Estados Unidos y Sudáfrica ha llenado de esperanzas a la comunidad internacional en la lucha contra el sida y sus graves consecuencias. Un estudio en la revista Nature, muestra el descubrimiento de potentes anticuerpos que bloquean la parte conservada de la región V1V2 de la cubierta viral, hecho que podría mejorar sustancialmente la vacuna para el VIH-1, la única que ha mostrado buenos resultados, aunque modestos.
La comunicación de NIH describe que comenzaron la investigación con la identificación de individuos infectados que presentaran anticuerpos contra la región V1V2 con el fin de estudiar la genética original del anticuerpo, su evolución en el tiempo y su interrelación con el virus durante la enfermedad. El estudio reveló que después de pocas mutaciones, el anticuerpo CAP256-VRC26 podía neutralizar significativamente una proporción importante de cepas virales de VIH.
Estos resultados multiplican los chances de mejorar la vacuna VIH-1 o desarrollar nuevas vacunas dirigidas a la región V1V2. Los investigadores ya están trabajando en varios componentes que puedan inducir este tipo de anticuerpos. Estos datos fueron presentados en la conferencia titulada “El fin del Sida” en NIH, el pasado 13 de marzo.
Vacuna de rotavirus y el riesgo de invaginación intestinal
Las vacunas de rotavirus, Rotarix y Rotateq, no mostraron ningún riesgo de invaginación intestinal en los estudios clínicos previos a su comercialización. Sin embargo, estudios posteriores después de ser incorporada a los programas nacionales de inmunización, en distintos países, han mostrado un leve incremento de este riesgo que oscila de 1 a 4 casos por 100.000 niños vacunados. Un riesgo que no sobrepasa los beneficios de la vacuna, ya que se ha observado un impacto sustancial, al reducir las hospitalizaciones en 80% y la mortalidad por diarrea en 40%, en distintos países.
El 6 de febrero, la acreditada revista “The New England Journal of Medicina” publicó dos nuevos estudios y un editorial sobre el riesgo de invaginación intestinal en niños estadounidenses, inmunizados con la vacuna de rotavirus. En dichos estudios, se encontró un pequeño incremento del riesgo a 1- 5 casos por 100.000 vacunados, durante 7 años de la aplicación masiva de ambas vacunas en los Estados Unidos; lo que indica que la invaginación asociada a la vacuna es un evento muy poco frecuente.
Los autores del editorial, Roger Glass y Umesh Parashar, señalan: “Dado el bajo riesgo y el gran impacto que estas vacunas han tenido en la reducción de hospitalizaciones, visitas a las emergencias de los hospitales, y en algunos casos, las muertes por diarrea, los responsables políticos han llegado a la conclusión de que la incorporación de la vacuna de rotavirus en los programas nacionales de inmunización sigue siendo valiosa”.
Glass y Parashar finalizaron el editorial con el siguiente texto: “Quedan muchas preguntas por resolver: ¿Es el riesgo de invaginación intestinal similar para las dos vacunas? ¿Cuál es el mecanismo para el evento? ¿Podemos identificar un subgrupo de niños que pueden presentar un riesgo mayor? Y, será el riesgo de invaginación intestinal de los países de ingresos altos y medios extrapolable a los países de bajos ingresos, donde se sabe que estas vacunas al ser menos eficaces, por lo tanto, pueden estar asociadas a un riesgo menor? Las respuestas a estas preguntas serán objeto de próximos estudios. Sin embargo, a pesar de la menor eficacia en los países de bajos ingresos, los beneficios de estas vacunas para la salud pública en dichos países, donde ocurren la gran mayoría de las muertes por rotavirus, es probable que sean considerables y superen el pequeño riesgo de invaginación intestinal.”
La Organización Mundial de la Salud (OMS), a través de su Comité GACVS, después de analizar los datos producidos hasta el momento, incluyendo los de estas publicaciones, estima que sí existe un riesgo real de 1 a 5 casos por 100.000 niños vacunados, pero como el riesgo varía entre los estudios, se debe continuar con la vigilancia de la invaginación intestinal, particularmente registrar si el niño recibió o no la vacuna de rotavirus en los casos de invaginación intestinal. Concluye, además, que los beneficios definitivamente sobrepasan los riesgos, sobre todo en las poblaciones con alta mortalidad por rotavirus.
Irene Pérez Schael