Datos de un estudio realizado en más de 1 millón de adolescentes en los EE.UU. revelan que la legalización de la marihuana no conduce a un aumento de su consumo en esa población. Hasta ahora, 23 estados y el Distrito de Columbia (DC) han aprobado la ley para el uso medicinal de la marihuana y en algunos estados (Colorado, Washington, Alaska, Oregón y el DC) el consumo recreacional.
El estudio, llevado a cabo en la Universidad de Columbia y publicado este mes en la revista The Lancet, fue realizado porque era muy importante conocer si había alguna relación entre la ley y el consumo de la marihuana o que la misma enviara un mensaje de permisividad. Esta preocupación yace ante los efectos adversos que tiene su consumo en adolescentes, por lo cual es de mucha importancia para la salud pública identificar los factores vinculados a la utilización de esta droga en esta población.
Los resultados de la investigación, que sorprendieron hasta los autores, pudieran alentar a aquellos estados o países que todavía no la han legalizado. Respecto a esta posibilidad, el Profesor Val Curran del University College London (UCL) en el Reino Unido señaló lo siguiente: “Todo esto podría cambiar y mover el estatus del cannabis del esquema 1 al 2 y así reconocer el valor medicinal de la droga.” Este experto en marihuana medicinal y autor del informe parlamentario para la reforma política de las drogas en el Reino Unido, comenta que hay pacientes que sufren y deben acudir a otros lugares para tratarse con cannabis con el fin de aliviar los síntomas de sus enfermedades.
El estudio, a la par, demostró que el consumo es mayor en los estados que aprobaron la ley, sin embargo, el riesgo de consumir marihuana no fue diferente antes ni después de la ley en estos estados. Una hipótesis personal es que el mayor consumo pudo haber logrado impulsar la legalización de la droga.
La utilización del cannabis se ha incrementado en los adolescentes en los EE.UU. acompañado de una disminución de la percepción de sus daños, más no así se ha elevado el consumo de tabaco, alcohol o los opiodes comenta el Dr. Kevin Hill del Hospital McLean de Massachusetts. En Europa también es prevalente su consumo entre los adolescentes.
Otro aspecto que agudiza el problema de la marihuana es que comienza a edades muy tempranas, como lo muestra un estudio publicado en la revista Clinical Pediatrics, donde los investigadores examinaron las tasas de exposición a la marihuana en niños menores de 6 años. Los datos son alarmantes: la tasa de exposición se ha incrementado en 148% entre 2006 y 2013, pero lo peor es que el 75% de los niños expuestos eran menores de 3 años de edad. De modo que unos niños que apenas han aprendido a caminar ya conocen la marihuana.
Es importante destacar que el 19% de los niños expuestos ingresaron a hospitales o lugares de atención médica. Henry Spiller, uno de los autores del trabajo comentó: “El alto porcentaje de consumo puede estar relacionado a la popularidad de los brownies, galletas y otros alimentos que contienen marihuana”. Por cierto, estos alimentos no están sometidos a ninguna regulación como fue denotado en MiradorSalud, donde se reseña que la industria de alimentos con marihuana necesita una regulación ya que algunos de estos productos no cumplen con las especificaciones de las etiquetas.
Por otro lado, la necesidad de producir nuevos medicamentos a partir de la marihuana o de sus componentes cannabinoides ha llevado a su utilización, después de aprobada la ley, sin pasar por los procesos de regulación y aprobación de la FDA (Food and Drug Administration). Es decir que su consumo actual está basado en una opinión pública, “reportes anecdóticos”, testimonios individuales o evidencias científicas de baja calidad. Así fue comentado en un editorial, publicado en junio en JAMA, titulado “Marihuana medicinal: ¿Está el carruaje delante de los caballos?
El cannabis se utiliza para tratar los síntomas de enfermedades crónicas como neuropatías, esclerosis múltiple, la falta de apetito en pacientes con VIH, las náuseas causadas por la quimioterapia, ansiedad, depresión, problemas con el sueño y el síndrome de Tourette.
Estudios sobre los daños que puede causar la marihuana reportan riesgo de déficit neurocognitivo y accidentes de tránsito, reducción de la atención y el control de los impulsos y el empeoramiento de síntomas psiquiátricos y la precipitación de cuadros psicóticos.
El editorial alerta sobre los aspectos básicos de la situación imprecisa de la marihuana tales como ausencia de regulación, inconsistencia en las condiciones médicas para su uso, dificultades que representa la multiplicidad de los componentes de la marihuana y los efectos ante repetidas exposiciones, por lo que promueve la necesidad de investigación científica del uso medicinal de la marihuana respaldada y apoyada por el gobierno federal y estatal, como también se comenta en el artículo de Miradorsalud.
En el mismo número de JAMA, aparecen dos revisiones del tema que pusieron en el tapete la discusión de tan importante tema y fueron el punto de partida para escribir el editorial. El primero es un análisis de 79 ensayos clínicos con el fin de evaluar los beneficios y efectos adversos de los canabinoides. La mayoría de los estudios demostraron mejoría de los síntomas de ciertas enfermedades tratadas con canabinoides pero los resultados no fueron significativos estadísticamente. Igualmente, entre los efectos adversos se señalaron mareos, resequedad en la boca, náuseas, fatiga, somnolencia, euforia, desorientación, confusión, pérdida del balance y alucinaciones. Los autores concluyen que existe una evidencia moderada en el beneficio del uso de los cannabinoides para tratar las enfermedades crónicas.
El propósito de la segunda investigación fue revisar la farmacología, indicaciones y las leyes relacionadas con el consumo de marihuana. Los autores encontraron, después de revisar 28 estudios, que hay resultados beneficiosos que apoya el uso de la marihuana para los dolores crónicos, las neuropatías y la espasticidad pero también encontraron estudios que no mostraron buenos resultados. También, recomiendan que la marihuana debe administrarse bajo supervisión médica. Estos trabajos también tuvieron sus detractores y fueron objeto de críticas.
A toda esta difusa fotografía se le suma el hecho de que los consumidores de cannabis medicinal prefieren la hierba al producto farmacéutico.
Creemos que es imperativo la discusión de esta problemática entre expertos además de estimular la investigación en el área. Un ejemplo es el artículo de Maule WJ.
Irene Pérez Schael
2 Comentarios
Eduardo Pérez Guardia
Hola Irene
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Tu alguna vez fumaste o comiste marihuana? No en una ocasión, me refiero a una temporada de tu vida. Yo fume por primera vez cuando tenia 15 años, imagínate!!! tu en esa época no sabias que eso existía.
En la universidad no la usaba para estudiar, la química y las matemáticas exigían mucha, pero recuerdo a los de mercadeo, arte, historia, música que la consumían como locos, estos últimos sobretodo.
Tengo mil historias del tema que de seguro te pueden ilustrar bajo el punto de vista de un conocido.
El articulo esta claro. Yo soy un defensor a ultranza de la legalización de todas las drogas. Pienso que el narcotráfico le hace mas daño a la sociedad que el daño que le hace la misma droga.
Mirador Salud
Hola Eduardo
Respeto tu posición personal e individual. Pero, yo hablo desde el punto de vista de la salud pública. Los puntos de vista desde
las dos aristas son muy distintos.
Saludos y gracias por tu comentario.
Irene