Esta es la gran oportunidad de conocer nuestro microbioma intestinal y a ellos nos invita el periodista, autor de varios libros y profesor de la Universidad de California en Berkeley, Estados Unidos, Michael Pollan, es su artículo “Algunos de mis mejores amigos son los gérmenes”, publicado el 19 de mayo de 2013, en The New York Times Magazine*.
Cuando Michael Pollan se refiere a “los gérmenes como sus mejores amigos”, está hablando de las bacterias o huéspedes perennes que nos acompañan durante el curso de la vida, ya que ellos habitan en nuestro cuerpo y conforman la microbiota y el microbioma.
Pero ¿qué son la microbiota y el microbioma?
Pues, la microbiota está compuesta por las bacterias que forman nuestra “flora” microbiana normal, ubicada en distintas partes del cuerpo, y el microbioma es el conjunto de genes pertenecientes a estos diminutos y microscópicos organismos que pueden contarse hasta 100 trillones. De hecho, nuestro cuerpo posee más células bacterianas que humanas, en un rango de 10 a 1, ubicadas en nuestro intestino, oídos, nariz, boca y piel.
El estudio del microbioma es un área de investigación que cada vez ocupa mayor espacio en nuestra salud, siendo a la vez transcendental por que estos microorganismos nos hacen únicos y distintos a nuestros congéneres. Es decir, según Rob Knight, un experto en el tema, nuestros compañeros de viaje nos hacen únicos, incluso más que nuestros genes.
Pero no es casual que Michael Pollan haya escrito sobre este tema, ya que es un amante de la buena mesa y del tema de los alimentos en la evolución de las sociedades. Precisamente, él se hizo el estudio del microbioma de su intestino, en el Instituto BioFrontiers de la Universidad de Colorado, en Boulder, Estados Unidos, y nos cuenta su historia en el artículo.
Investigadores de este Instituto recién abrieron al público general la posibilidad de hacerse estos estudios, ya que mientras más se conozcan las características de la microbiota en individuos sanos de distintos orígenes más podremos comprender sus vínculos y cómo lidiar con la enfermedad.
Esta es una iniciativa, llamada American Gut (parte del Human Food Project), donde cualquiera puede solicitar el estudio de su microbioma intestinal por 99 dólares. El laboratorio enviará un estuche para la toma de muestras con las respectivas instrucciones y un cuestionario. Después del análisis usted recibirá la lista de microorganismos que habitan en su intestino y conocerá cómo son sus bacterias en relación a otros individuos o grupos, de acuerdo a su estilo de vida, lugar donde habita y su dieta, datos que deberá proporcionar en el cuestionario recibido. A la vez, usted se convertirá un donante de esta investigación que tiene magnitudes, quizás cercanas a la del genoma humano.
La microbiota conforma en nuestro cuerpo 5 ecosistemas (piel, cavidad oral, y los tractos respiratorios, gastrointestinal y génito-urinario) y puede convertirse en patógena cuando se sale de su ecosistema. Estos microorganismos, que también incluyen virus y hongos aunque en menor cantidad, cumplen varias funciones que contribuyen a mantener la salud. Sin la convivencia con estas bacterias, comensales o mutualistas, la vida no existiría.
En los últimos años, las investigaciones para comprender el microbioma y sus funciones han crecido aceleradamente y han permitido el avance en el conocimiento sobre su papel en el equilibrio entre la salud y la enfermedad.
Según Knight, aunque nuestra colección de bacterias es única, ella presenta cerca de un 10% de similitud con nuestro entorno porque, ya que de alguna manera, compartimos microorganismos con el ambiente donde habitamos, con la familia, con las mascotas, o con aquellos que consumen la misma dieta. De la misma forma, la microbiota intestinal difiere dramáticamente de acuerdo al lugar donde se vive debido justamente a las diferencias ambientales, dieta y estilos de vida. Así, algunos hablan de una “microbiota occidentalizada”, por ejemplo.
La interacción de la microbiota con el organismo no puede ser trastocada porque, por ejemplo, puede representar la pérdida de diversidad y la proliferación equivocada de un microorganismo que nos predispone a enfermedades como la obesidad, infecciones, cáncer o enfermedades crónicas como el asma y la diabetes.
Por ejemplo, investigaciones recientes han comprobado la importancia de la microbiota intestinal en las infecciones. Una publicación de 2013 en The New England of Medidine muestra que la infusión de heces, proveniente de individuos sanos, en pacientes que padecían infecciones recurrentes y difíciles de tratar por C. difficile resultó más efectiva que el tratamiento de la infección con el antibiótico de elección.
Igualmente, la función de la microbiota intestinal en la diabetes y la esteatosis hepática ha sido estudiada en animales, por investigadores franceses. Ellos demostraron que ratones libres de gérmenes o estériles que recibieron microbiota de ratones enfermos con resistencia a la insulina mostraron en el tiempo una resistencia a la insulina y mayores niveles de grasa hepática; mientras que los que recibieron microbiota de ratones sanos mantuvieron niveles normales de glucosa y no presentaron resistencia a la insulina.
El microbioma también influye en el sistema inmune, el cual puede ser educado desde el nacimiento, como lo describe la Dra. María Gloria Domínguez es su artículo ¿Con qué bacterias nacen los bebés? de MiradorSalud. Ella – investigadora venezolana que está trabajando actualmente en la Universidad de Nueva York – concluye que los recién nacidos por parto natural adquieren una población bacteriana similar a la de la vagina de la madre, donde predominan bacterias que facilitan la digestión de la leche, mientras que los bebés nacidos por cesárea carecen de estas bacterias y, además, contienen bacterias potencialmente patógenas, adquiridas del medio ambiente, por lo que sufren en el futuro más infecciones, asmas o alergias.
A propósito de la leche materna, es necesario recordar, que ella contiene oligosacáridos, carbohidratos complejos que, aunque no son digeridos por las enzimas presente en el intestino del recién nacido – un hecho extraño desde el punto de vista evolutivo -, son prebióticos o precursores de bacterias que ayudan la digestión de la leche en el bebé. Es decir, estas sustancias cumplen la función de desarrollar por selección natural una microbiota útil para el organismo.
La microbiota intestinal juega un papel muy importante en la nutrición y el metabolismo, a la par que la población bacteriana del tracto gastroeintestinal está influenciada por la dieta. Por ejemplo, existen diferencias en las heces de los que son y no son vegetarianos. Igualmente, una dieta libre de gluten influye en la flora bacteriana intestinal así como restaura la microbiota alterada en los pacientes celíacos, cuando son sometidos a este tipo de dieta. Otro caso es el de los individuos obesos que tienen menos poblaciones de Bacteroidetes y más de Firmicutes, sucediendo lo contrario con los individuos delgados; sin embargo, lo importante es que cuando la microbiota de los obsesos es revertida por la ingestión de dietas bajas en grasas pierden peso, lo que confirma la participación de ciertas poblaciones bacterianas en el control de algunas enfermedades metabólicas.
Las fibras, componentes no digeribles de los vegetales, tienen propiedades anticancerosas. En ratones, dietas altas en fibras y aceite de oliva alteran la microbiota y reducen la incidencia de adenomas intestinales. La inulina y otros polisacáridos son parte de la fibra vegetal y son clasificados como prebióticos porque aumentan significativamente las bifidobacterias en la flora intestinal o bacterias beneficiosas, aunque su efecto se pierde al ser retirados de la dieta.
Del mismo modo, las bifidobacterias o bacterias ácido lácticas ayudan a digerir los alimentos (descomponen las vitaminas y las fibras vegetales) y absorber valiosos nutrientes, a fortalecer la barrera intestinal y además compiten con las bacterias patógenas, evitando que ocurran infecciones intestinales. Ellas se encuentran en los alimentos fermentados como el yogur y el queso y pertenecen al grupo de los probióticos.
El mundo de los probióticos es muy complejo y son muy utilizados en la prevención y el tratamiento de las diarreas y de muchas otras enfermedades. Por ejemplo, las bifidobacterias son utilizadas en la prevención y tratamiento de la colitis ulcerosa, enterocolitis necrotizante y el síndrome del colon irritable. También son utilizadas en tratamientos de la piel como el eczema atópico y las infecciones con hongos (candidiasis), así como también son utilizadas para estimular el sistema inmune y reducir el colesterol.
A la luz de esta información, incompleta por demás, podemos comprender el daño que puede ocasionar, a los individuos y al ambiente, el mal uso de los antibióticos, por lo que debemos evitar: El uso inadecuado y sin indicaciones médicas de los antibióticos.
De igual manera, es importarte tener presente lo puntualizado por Knight: “La variedad es la sal de la vida y cuanto más diversa es la comunidad de bacterias mejor es la salud. Cuanto más diverso es nuestro equipo intestinal, es mejor”, “…estamos encontrando que la optimización de los microbios que tienes puede ser incluso más importante que la optimización del estilo de vida”.
La relación del microbioma con la salud y la enfermedad podría representar un impacto importante en el futuro de la práctica de la medicina y un cambio de paradigma en el empleo y la restauración de la microbiota en el tratamiento médico y las prácticas de prevención, como fue señalado por Robinson y colaboradores en una revisión del tema.
Para solicitar información sobre el estudio de la microbiota intestinal.
Irene Pérez Schael
*La versión online fue publicada el 15-05-2013.
5 Comentarios
Francisco Oliva
Me parece muy interesante los tres artículos publicados aquí. Felicitaciones
Elsa guerra de Pericchi
Estoy orgullosa de que esta revista; de tanta actualidad cientifica y de tanta utilidad para preservar la salud; sea editada en Venezuela ycon la accion de mi querida Irene Perez . Gracias por enviarme tan importante publicacion
Trinidad Punceles
Hola Irene que bueno está esto!!No había tenido chance de verlo con detenimiento!! Te felicito!
Te quiero preguntar si acaso tienes información sobre la enfermedad celíaca?
Gracias Trini
Miriam Freilich
Muy buena información.Me gustaría recibirla cuando publiques.Saludos
Anadina Salvatierra
Hola Irene que buenos esos comentarios sobre la microbiota , me gustaria me enviaras el artículo completo ya que estoy preparando la charla Hans Romer que dare en el marco del congreso de gastro para lo cuá estas cordialmente invitada es el viernes 6 de sep a las 3 pm le puse Microbiota intestinal del niño al adulto y creo presentar algo diferente estimulador . Un abrazo .