Dos equipos de investigadores publicaron recientemente el genoma del parásito P. vivax que causa malaria. Los resultados muestran una variabilidad genética significativamente mayor, lo que pone en evidencia la complejidad de la malaria, pero a la vez la información es crítica y abre caminos para el desarrollo de nuevos fármacos para el tratamiento y de vacunas para su prevención.
Los estudios fueron realizados en la especie, muy poco estudiada, de P. vivax, porque este parásito, amén de ser cada vez más la causa de una enfermedad letal fuera de África, afianzándose en regiones de Latinoamérica y Asia, ha mostrado ser inmune a las estrategias para controlarlo, ya que evade la respuesta inmune y a la vez es más difícil de detectar y de curar.
Al presente, se ha estimado que globalmente existen 2,85 billones de personas en riesgo de infección por P. vivax. Mientras que la incidencia de P. falciparum está decreciendo, la de P. vivax está aumentando, particularmente en el sur de Asia en donde se concentra del 80 al 90% de la población en riesgo.
La mayor variabilidad genética del P. vivax encontrada en estos estudios confirma la epidemiología de esta especie que muestra un panorama muy espinoso en los lugares donde prevalece; es decir, la variabilidad encontrada explica en parte la habilidad mostrada por el parásito de escapar a los tratamientos por su capacidad de producir recaídas y la facilidad de producir precozmente gametocitos transmisibles, hecho que facilita su transmisión y dificulta su control.
“Sin embargo, ahora que tenemos una mejor comprensión de los desafíos que enfrentamos, podemos seguir adelante con un análisis más profundo de la variación genómica de la malaria, en la búsqueda de soluciones más eficaces”, comentó una de las investigadoras y autora de uno de los trabajos, la Dra. Jane Carlton del Centro para la Genómica y Biología de Sistemas de la Universidad de Nueva York.
La malaria o paludismo, llamada la enfermedad de la pobreza, ha experimentado una disminución importante en el mundo en la última década, particularmente en África. No obstante, todavía mueren por malaria entre 665.000 y 1.238.000 personas en el planeta. Es causada por 4 especies del género Plasmodium y transmitida a los humanos a través de la picadura del mosquito Anopheles infectado. La enfermedad puede ser mortal dependiendo del tipo de parásito y de las condiciones del huésped y del ambiente. Los síntomas pueden variar, pero a menudo comprenden fiebre, anemia, dolor de cabeza, náuseas, vómitos y escalofríos.
La especie P. falciparum, letal y endémica en África, es la más estudiada de las cuatro especies que infectan a los humanos. Incluso ya tiene una vacuna con buenos resultados que muestran 56% de eficacia, en niños africanos.
El grupo estadounidense del Broad Institute (Massachussets-USA), afilado a las universidades de MIT y de Harvard, secuenció 4 cepas de P. vivax de distintas áreas geográficas, triplicando la disponibilidad del genoma de este parásito. Ellos observaron el doble de variaciones de polimorfismo de nucleótido simple (SNP) entre los aislados al comprarlos con otras especies de Plasmodium, lo que indica una mayor capacidad para más variaciones funcionales en esta especie.
El otro grupo de investigadores, de las universidades de Osaka y Kyoto en Japón, secuenció el genoma de tres cepas P. cynomolgi, parásito hermano del P. vivax con quien comparte muchas características. La secuencia de esta especie permitirá crear un sistema modelo para la especie P. vivax.
Se concluye que el P. vivax es mas variable genéticamente que el P. falciparum, pero la información generada abre puertas para la búsqueda de nuevos medicamentos y vacunas para esta especie poco estudiada.
Irene Pérez Schael