La Organización Mundial de la salud (OMS), cada 7 de abril, celebra el Día Mundial de la Salud para conmemorar el aniversario de su fundación en 1948. El tema elegido para celebrarlo este año es “el envejecimiento y la salud” y el lema es “la buena salud añade vida a los años”. El tema de la vejez es muy interesante porque representa problemas y oportunidades, pero además es muy actual, porque en los próximos 5 años, el mundo contará con más personas mayores de 65 años y menos niños menores de 5 años.
La OMS señala que el número de personas mayores de 60 años es actualmente el doble de lo que era en 1980 y estima que para el año 2050, habrá en el mundo 395 millones de personas de 80 años, una cifra cuatro veces superior a la que existe hoy en día. Esto quiere decir que la humanidad ha progresado notablemente en salud, particularmente, durante la segunda mitad del siglo pasado y en lo que va del siglo XXI. Esto es motivo de celebración pero a la vez representa cambios sociales muy profundos que deben ir acompañados de cambios en la economía.
En los últimos 100 años, los progresos en salud pública son los responsables del aumento de la esperanza de vida al nacer y del descenso de la mortalidad que unido a la disminución de la natalidad, representan cambios en la fuerza de trabajo. Es decir, la población económicamente activa, proporcionalmente está disminuyendo, lo que resulta en un considerable impacto en la economía y la sociedad.
Esta situación demográfica requiere del diseño de políticas públicas específicas para una sociedad que está envejeciendo. Por un lado, el diseño de la política económica debe contemplar esta transformación de la fuerza de trabajo y, por otro, la salud, la principal necesidad de los mayores, debe recibir atención especial por parte de la sociedad para evitar problemas futuros. Es decir el mundo debe ir preparándose para esta transición demográfica.
Del mismo modo, es muy oportuno que la OMS, para celebrar su aniversario, haya escogido como tema “el envejecimiento y la salud”. De hecho, esta circunstancia brinda la oportunidad de promover colectivamente transformaciones sociales que impliquen bienestar para el ser humano y un beneficio para el planeta. Mientras existan más personas con edades avanzadas más saludables y activas, más se beneficiaran los sistemas de salud, porque se reduce la necesidad de asistencia médica, lo que también beneficia la economía y el desarrollo de los pueblos.
A medida que la población alcanza edades avanzadas tiene mayor riesgo de enfermarse.
Desde el punto de vista de la salud pública, las enfermedades no transmisibles, como las enfermedades del corazón, el cáncer, los accidentes cerebrovasculares (ACV), la diabetes y las enfermedades pulmonares crónicas, constituyen el mayor reto para los viejos. “Los ancianos de los países de ingresos bajos y medios tienen más riesgo de morir o de sufrir incapacidad que los que viven en países más desarrollados. Pero esto se puede prevenir y a costos accesibles”, comentó Margaret Chan, Directora de la OMS.
Pero, Margaret Chan también agrega: “la única preocupación de las personas mayores no es solamente la salud”. Actitudes estigmatizadoras y los estereotipos comunes establecidos pueden influir en los ancianos y frenar su participación en la sociedad.
Para la OMS, repensar lo que denota ser viejo significa romper el círculo vicioso de los estereotipos, entorno que se puede lograr de distintas maneras, como: dejar atrás lo que significa que las habilidades mentales declinan con la edad; reconocer que la edad en circunstancias particulares se puede permitir riesgos, como sucedió, por ejemplo, en Japón cuando el desastre nuclear, en donde la participación de personas mayores fue importante porque no temían al impacto de la radiación en el largo plazo; vencer el estereotipo del decline de la memoria con la edad ya que la memoria semántica, habilidad de recordar conceptos o hechos no relacionados a experiencias concretas, aumenta con la edad y cambiar la concepción de la enfermedad como parte de la vejez, lo que no siempre es así.
No es la edad lo que limita la salud y la participación de los mayores en la sociedad, sino la discriminación y las concepciones erróneas, individuales o sociales, sobre la vejez lo que contribuye con esta situación. Y esto hay que cambiarlo.
En este orden de pensamiento, los países europeos, respaldando esta campaña de la OMS, están diseñando intervenciones específicas para aumentar el acceso de los mayores al ejercicio físico, reducir el riesgo de caídas, fomentar el apoyo al cuidado personal y del hogar, crear servicios de geriatría y gerontología y aumentar las inmunizaciones para esta edad, entre otras.
A propósito de este día, agrega el Dr. John Beard de OMS: “La edad concierne a todos, a jóvenes y a mayores, ya que para llegar a viejo de una manera saludable y activa tenemos que comenzar con llevar una vida sana desde el comienzo de la vida”.
En consecuencia, la OMS ha señalado cuatro acciones que se pueden tomar para promover un envejecimiento activo y saludable:
- Promover la buena salud y conductas saludables en todas las edades para prevenir o retrasar el desarrollo de las enfermedades crónicas.
- Reducir al mínimo las consecuencias de las enfermedades crónicas mediante la detección temprana y una atención de calidad (primaria, a largo plazo y de cuidados paliativos).
- Crear ambientes físicos y sociales que fomenten la salud y la participación de las personas mayores.
- “Reinventar el envejecimiento”: cambiar las actitudes sociales para construir una sociedad en las que las personas mayores sean respetadas y valoradas.
Para finalizar y comprobar que se puede llegar a la vejez activamente, los invito a ver en la web de la OMS, una serie muy interesante de historias de personas con edad avanzada realizando actividades poco propias para su edad.
Irene Pérez Schael